Mis mejores películas del 2022 por Gonzalo Franco Blanco

Selección efectuada por Gonzalo Franco Blanco

MIS 10 MEJORES PELÍCULAS DE 2022.

Entre las que he visionado durante el año 2022, esta es mi lista de las mejores películas del año. No van por orden de prelación, sino aleatorio

Argentina 1985, de Santiago Mitre.

Necesitábamos que alguien volviera a contarnos algo que algunos habíamos vivido desde las noticias de televisión y la prensa de la época. Era la victoria de la justicia, incluida la Justicia con mayúscula, en 1985 y en Argentina sobre la Junta Militar, sobre la dictadura y el genocidio de toda una generación de jóvenes argentinos. Santiago Mitre lo cuenta desde su intrahistoria, desde las dudas y el empecinamiento de un fiscal (Julio Strassera), desde su equipo de voluntarios y desde un entono familiar. Lo consigue con una línea sencilla, emotiva en los detalles, y con dos portentosos actores como son Ricardo Darín y Peter Lanzani. Solo un final un tanto optimista empaña una obra mayor del cine político y judicial.

Sin duda una de las grandes películas españolas del año 2022, que junto a las del año anterior forman un conjunto de excelentes filmes con una temática variada y que niegan cualquier tópico sobre la presunta uniformidad del cine de nuestro país. As bestas cuenta el retorno al campo de una pareja madura para realizar la ilusión de su vida y el choque con otra familia de paisanos cuya mentalidad e ideas sobre el futuro del agro es muy diferente. Retrato social y a la vez thriller, película de narrativa clásica pero también rompedora con la narrativa que han impuesto las series. Difícil de olvidar.

Una película con una enorme sensibilidad para contarnos el difícil tránsito entre la ultima infancia y la primera adolescencia, entre la amistad incondicional y los primeros prejuicios y temores ante los roles asignados en la convivencia social. Con una oportunidad para poder enfrentarse a los errores del pasado desde el afecto de una madre herida y desde la propia valentía de uno de los jóvenes. Con un actor no profesional cuya mirada transparente es un cristal para adentrarse en su alma: Eden Dambrine.

Entramos en territorio SEMINCI que nos ha deparado un puñado generoso de buen cine en 2022. Ese regreso al polvo del título de la película es el destino de un mundo, el rural, camino de su extinción. Los dos protagonistas son también “desechos” para sus familias, pero conseguirán construir no solo su casa sino una relación de afecto y ayuda mutua. Rodada con un estilo sencillo y profundo a la vez, es capaz de conmover sin caer nunca en la sensiblería.

La relación entre padre e hijos, y la amistad entre hombres, es retratada por los directores de una de las formas más serias y emotivas que recuerde. Permiten que la trama, la historia, respire, dejando que las conversaciones y los silencios tengan su tempo. Algo enmarcado en los paisaje de los Alpes o del Himalaya, con un formato 4:3 que impide que nos creamos en un documental sobre la naturaleza, a la vez que percibimos su belleza e inmensidad.

  • Fire of Love, de Sara Dosa.

Documental rodado con el material a la vez grabado por los vulcanólogos Katia Y Maurice Krafft, que compartían su vocación por conocer “el ser” de los volcanes y la pasión por estar siempre al borde del abismo en la observación de sus erupciones. Una relación, además, personal y afectiva entre ambos que no puede entenderse sin esa otra pasión común por la aventura. Un retrato veraz por parte de la documentalista que consigue que lo veamos también casi como una historia de ficción.

Si el lema de Cronenberg (de tenerlo) fuera “dar un paso más allá”, en esta su última película hubiera vuelto a cumplirlo: un futuro cercano en el tiempo en el que la humanidad ha vencido al dolor físico y en el que el organismo humano tiene dificultades para digerir los alimentos propios del homo sapiens. En cambio, sí puede digerir plásticos convertido el hombre en un comemierda literal. Solo Cronemberg, con este argumento,  podía ser capaz de levantar y sostener una reflexión dramática y filosófica sobre nuestro futuro. O hacernos comprender que una madre mate a su hijo. Con la colaboración inestimable de actores como Viggo Mortensen y Léa Seydoux.

  • EO, Jerzy Skolimowski.

Leía en un artículo de Berna González Harbour que si alguien les decía que EO iba sobre un burro se equivocaba, que de lo que va es de las burradas humanas. Y es cierto, aunque a mí me llegan todavía más los sufrimientos de los animales infringidos por esos otros animales llamados humanos. Tras Robert Bresson y su Al azar Baltasar, de espíritu clásico y sencillo, viene este EO de un espíritu más surrealista que aprovecha para dar un repaso al estado confuso de Europa mediante la mirada y las vicisitudes de un pobre burro: que hasta le obligan a ser hincha de futbol y luego padecer sus consecuencias.

Y seguimos con la SEMINCI por donde pasó esta bellísima película sobre una niña silenciosa que como todos solo quiere ser querida y aceptada. Nada más. Solo un guion escrito con mucha finura y una puesta en escena sobria, puede conseguir el milagro de la pura emoción y que nunca caiga en la sentimentalidad. Con una actriz que es un milagro: Catherine Clinch.

  • Sobre la historia natural de la destrucción, de Sergei Loznitsa.

El documental asume el título de uno de los ensayos de W. G. Sebald en los que reflexiona en torno al silencio de los alemanes sobre los seiscientos mil muertos y las ciento treinta y una ciudades destruidas por los bombardeos aliados en la II Guerra Mundial. Un silencio culpable u ominoso, como otros más cercanos a nosotros. Loznitsa monta el documental sobre las imágenes rodadas por los aliados y los propios nazis: las restaura, introduce sonidos de fondo si no los hubiera  y deja que ese montaje “hable”, sin una voz narradora. Las imágenes se tiene que valer y se valen: bastan un breve prólogo y un breve epílogo. Con un resultado hipnótico mientras vemos una autentica exhibición de atrocidades.

Gonzalo Franco Blanco

Revista Atticus