68 SEMINCI – Crítica película El rapto de Marco Bellocchio

Crítica película El rapto de Marco Bellocchio – Carlos Ibañez

Ficha

Título original: Rapito

Año: 2023

Duración: 125 min.

País: Italia

Dirección: Marco Bellocchio

Guion: Marco Bellocchio, Susanna Nicchiarelli, Edoardo Albinati, Daniela Ceselli

Reparto: Enea Sala, Leonardo Maltese, Paolo Pierobon, Fausto Russo Alesi, Barbara Ronchi, Samuele Teneggi, Filippo Timi, Fabrizio Gifuni, Aurora Camatti, Paolo Calabresi…

Fotografía: Francesco Di Giacomo

Compañías: Coproducción Italia-Francia-Alemania; Kavac Film, IBC Movie, Ad Vitam Production, Match Factory Productions, RAI Cinema, Emilia-Romagna Film Commission

Género: Drama | Religión. Años 50. Secuestros / Desapariciones

Sinopsis

    Bolonia. Año 1858. Los soldados del Papa irrumpen en la casa de los Mortara para secuestrar a su hijo de siete años, Edgardo. La película sigue la lucha de la familia para tratar de recuperar a su hijo ante esta acción de la Iglesia Católica.

Crítica

            Cinta italiana valiente, aunque repleta de agujeros de guion, sobre la historia real de un niño judío secuestrado por los Estados Pontificios poco antes de su desaparición absorbidos por la Italia unida diseñada por Camilo Benso, conde de Cavour, y ejecutada por el rey Víctor Manuel II y muchísimos soldados muertos a lo largo del territorio de la península de la bota.

            Pero vayamos al cine. Guion algo falto de profundidad en algunos personajes, en especial el de Pío IX, papa de una radicalidad medievalista en pleno siglo XIX y de que compone un personaje casi caricaturesco de aquel ser al que la historia y también sus contemporáneos, juzgan con mala persona, pésimo gobernante, y cabeza de una iglesia que pedía otra cosas más allá de los muros del Vaticano donde él mismo se calificó de prisionero tras marcharse las tropas de Napoleón III a defender su propio territorio por la guerra franco prusiana que terminó con la captura del mismísimo rey francés y la unidad de Alemania bajo la estrecha vigilancia de Bismarck, el primer ministro de Prusia. De esta manera Roma y los estados del Papa pasaron a la nueva Italia que sólo bajo la espada y yugo de Napoleón había estado unida tras la descomposición del imperio romano.

            Esta historia que lleva años intentando ser adaptada por Steven Spielberg sobre un niño judío de Bolonia al que una criada de ética más que reprochable, bautiza sin el consentimiento de sus padres y cómo es secuestrado de la patria potestad de estos por una orden papal y una justicia que siempre da la razón al poderoso frente al débil, al rico frente al pobre y que nada tiene de divina, porque no deja de ser una entelequia cómoda para el poder.

            Y todo lo que narra lo hace más terrible si se empatiza con esos padres que pierden a uno de sus hijos ante un poder terrenal disfrazado de metafísico. Muy buen planteamiento, muy correcto nudo ahondando en El gatopardo, la obra maestra de Visconti sobre la unificación italiana, y la idea de que “hay que cambiar todo para que nada cambie”, y un desenlace terrible por lo esperado.

            Lástima que no estén más trabajados algunos personajes, repito, porque hubiese compuesto una grandísima obra que se queda en una correcta película, necesaria y bien realizada.

Carlos Ibañez

Revista Atticus