Crítica película Pájaros de Pau Durà

Ficha

Título original: Pájaros

Año: 2024

Duración: 100 min.

País: España

Dirección: Pau Durà

Guion: Pau Durà, Ana M. Peiró

Reparto: Colombo (Javier Gutiérrez), Mario (Luis Zahera), Elisabetta (Teresa Saponangelo), Olimpia (Diana Cavaliotti).

Música: Magalí Datzira

Fotografía: David Omedes

Compañías: Birds Film, FoscaFilms, Icónica Producciones, Tandem Films, RTVE, Amazon Prime Video, Crea SGR

Género: Comedia. Drama | Comedia dramática. Road Movie. Aves / Pájaros

Sinopsis

    Colombo trabaja en un garaje 24 horas y complementa su mísero sueldo trapicheando con marihuana. Mario, un tipo peculiar y aficionado a las aves, que aparece inesperadamente en el garaje, lo contrata de chófer para ir a la Costa Brava a ver grullas. Pero al llegar a su destino, le cuenta que las aves han variado su rumbo migratorio hacia el delta del Danubio, en Rumanía. Mario necesita llegar hasta allí. Y Colombo necesita el dinero. Ocultando sus verdaderos motivos, emprenden un viaje que los llevará a conocerse mejor y enfrentarse a sí mismos.

Crítica

«Las aves no son de ninguna parte, van, vienen, vuelan»

Pájaros es la tercera película como director de Pau Durá, también actor, reconocido y reconocible por sus trabajos en televisión y en el cine. Tras la cámara la primera de ellas fue Formentera Lady (2018) un drama generacional a la que siguió una comedia de enredo, Toscana (2022).

Pájaros es una road movie que nos traslada desde el barrio de Cabanyal, en Valencia, hasta el delta del Danubio en el sur de Rumania pasando por Tarragona, Turín, los Alpes eslovenos, Hungría y la capital de Rumania, Bucarest. No es una película para descubrir mundo, ni para adentrarnos en el fascinante mundo del estudio de las aves. Más bien de lo que se trata es de la observación de la propia especie humana en forma de amistad, de la relación entre dos personas que se encuentran un tanto a la deriva en este momento de sus vidas.

Pau Durà es un buen conocedor del oficio. Para esta interesante propuesta se ha rodeado de dos de los actores más en forma y con interesantes propuestas a sus espaldas en los últimos años: Luis Zahera y Javier Gutiérrez. O a la inversa. No hay preferencias. Vaya por delante que están los dos para llevárselos de juerga. Se meten en un traje que conocen a la perfección. Quizás el papel de Zahera, Mario, le saca de esa zona de confort que han sido sus papeles de malo malote y tiene que bregar más. Pero ambos lo bordan con unas actuaciones solventes y creíbles que no llevan rápidamente a empatizar con ellos. El papel de Javier como Colombo es más de típico, más habitual en nuestras pantallas. Un hombre que se encuentra fuera de la vida conyugal casi con toda seguridad por sus propias desatenciones tanto a su esposa como a su hijo. Ahora padece una vida muy precaria. Malvive entre partida y partida de cartas con los amigos, un trabajo como cajero/vigilante de un aparcamiento de coches y su afición a la marihuana (esta última por lo menos le sirve para un plus en su exiguo sueldo). Y claro, su mujer no le aguanta más y le presenta la demanda de divorcio. Volvamos con Mario. Un papel muy bien diseñado sobre el guion y muy bien trabajado en el rodaje. Tiene esos tics, por un lado, fruto de su tartamudez (genial Zahera que nos provoca angustia porque no le salen las palabras), y, por otro, de hombre atormentado que esconde un pasado con tintes dramáticos y al que vamos acogiendo en nuestro seno mientras descubrimos esa vida.

Pronto vemos que ambos personajes tienen una vida casi misera por esos dolores artríticos de la separación y de un lamentable accidente. Casi experimentan una huida hacia adelante como en su día lo hicieron las protagonistas de Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991). El derrumbe emocional, la euforia, el romance, las risas conforman un viaje de aventuras y desventuras de esta pareja, con una aparición relativamente breve de una mujer, Elisabetta, que le sirve al guion para matizar y dar profundidad a esos dos papeles de los varones (la estupenda actriz napolitana Teresa Saponangel). Ese viaje geográfico, constituye también un viaje emocional al interior de cada uno ya que en su deambular verán a otras gentes, algunas de las cuales han sido desplazadas por guerras y hambrunas y esto hará que los protagonistas abran sus ojos. Esa es, básicamente, la historia que nos cuenta Pájaros.

Buena fotografía de la mano de David Omedes quien ha sabido captar la complejidad del camino con una sutil evolución cromática y formal. Buena música compuesta por la joven compositora y cantante Magalí Datzira con alguna pegadiza canción italiana y algún toque instrumental para acompañar el alma nostálgica de estos dos pájaros.

Pájaros es el ejemplo de que se puede hacer cine de manera solvente, creíble, barato y en apenas cien minutos. Sin alardes pirotécnicos, sin alargar innecesariamente el metraje. Lo justo. Como yo, ya no me alargo más. Una de las grandes películas españolas de este año 2024 con una gran dirección, un pulido guion y la excelente actuación de dos actores en estado de gracia.

Como resultado final tenemos una fresca propuesta de un director que promete y al que se le puede exigir mucho más. Estaremos muy atentos. No esperaba nada de esta película y ha sido un grato descubrimiento esta historia de amistad entre dos personas que se van descubriendo kilómetro a kilómetro. Hay altibajos en esta relación entre los personajes con sus riñas, con sus desavenencias, con sus risas frutos de la hierba de la felicidad y sus aventurillas amorosas. Mucha naturalidad y buen rollo. Es una película muy vitalista que se cuida muy mucho de mostrarnos un sentimentalismo desmesurado, lo corta con el fino humor, algo de cinismo y mucha ternura. Apenas con cuatro o cinco personajes, Pau Durà monta esta historia bien contada, mejor dirigida y excelentemente ejecutada por Javier Gutiérrez y Luis Zahera. Magnífica y también magnífica esa metáfora que constituye la grulla que surca unos cielos que pertenecen a todos y en los que no hay frontera alguna.

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus