68 SEMINCI – Crítica película Teresa de Paula Ortiz

Crítica película Teresa de Paula Ortiz – Carlos Ibañez

Ficha

Título original: Teresa

Año: 2023

Duración: 100 min.

País: España

Dirección: Paula Ortiz

Guion: Paula Ortiz, Javier García Arredondo. Obra: Juan Mayorga

Reparto: Bñanca Portillo, Asier Etxeandía, Greta Fernández

Música: Juanma Latorre

Fotografía: Rafael García

Compañías: Coproducción España-Bélgica; Bluebird Films, Inicia Films, La Lengua en Pedazos, RTVE. Distribuidora: BTeam Pictures

Género: Drama | Biográfico. Religión. Siglo XVI

Sinopsis

Teresa espera paciente la llegada del Inquisidor para ser juzgada. De su visita y de sus palabras dependerá su futuro: libertad, cárcel o la hoguera. Adaptación de la obra de teatro La lengua en pedazos de Juan Mayorga, basada en la figura de Santa Teresa de Jesús, también conocida como “Santa Teresa de Ávila”.

Crítica

Interesante propuesta que pronto, quizás demasiado, se nos escapa ante unas imágenes que sucumben ante unos diálogos excesivamente teatrales para el lenguaje cinematográfico y que la directora intenta resolver, sabedora de esto, moviendo escenarios y generando flashbacks para que el cara a cara no agote al espectador. Gran acierto en principio, salvo porque hay varias cosas que se le escapan por amor al texto y a sus dos protagonistas, cosa que se ve en el mimo de algunos planos, jugados con un tenebrismo del último barroco y una luminosidad en contraste que agota pasado un rato de proyección y distancia, al menos a este humilde espectador.

Versos insertados, ideas bastante bien acotadas y sin juicio de valor del siglo XXI a la moral del XVI, y una ausencia de crítica al papel de Teresa en aquella reforma suya que contó con muchos más amigos poderosos de los que cuenta la historia, como la poderosísima María de Mendoza, esposa del secretario personal del emperador Carlos y que le acogió en su palacio durante su visita a Valladolid para ver su fundación en la entonces villa, o los obispos contrarreformistas que veían en su acción un toque de atención a ciertos acomodos dentro del clero.

Aquí todo es bueno o malo, blanco o negro, cristalino u opaco. Sin vetas, sin grises, sin personas capaces de ejercer ambas acciones, aun sin desearlo. Y con ese principio maniqueo, tan afín al Hollywood de los mejores westerns, componen sus papeles Blanca Portillo y Asier Etxeandía. Ella como si de la Juana de Arco de Dreyer se tratase juega a contar su bagaje en temas metafísicos y él, como Tomás Moro, a acusar sin remisión, sin descanso y sin fe en lo que ella le cuenta, a ser el malo de la película.

Escenarios muy bien cuidados, salvo la oración ante un retablo barroco, un siglo antes de que este estilo se impusiese, o un movimiento del reloj de arena, algo violento y que no viene a cuento porque ya lo habíamos visto.

Por desgracia un duelo tan excelente se hace largo y no logra que empatice con ninguno de los dos protagonistas (error, seguro, por mi parte), pero que me conducen a una reflexión y eso que es fantástico cómo cuenta la transverberación que tan magníficamente esculpió Bernini o el ataque del Santo Oficio como solía tachando de ilusorio y demoníaco todo aquello que sus estrechos cánones no comprendían con el fin de amedrentar a quien éste llamaba a su sede y juicio. Mi reflexión es por qué las imágenes no aligeran más el texto, como hace Welles en su Macbeth o Mankiewicz en La huella. Y mi respuesta es sencilla: por amor al texto y al trabajo de sus protagonistas, cosa que le honra como persona, pero no como realizadora, con todo lo bueno que esta mujer, Paula Ortiz, atesora, que es mucho.

Carlos Ibañez