Crítica película Saben aquell de David Trueba

Crítica película Saben aquell de David Trueba – Luisjo Cuadrado

Ficha

Título original: Saben aquell

Año: 2023

Duración: 109 min.

País: España

Dirección: David Trueba

Guion: David Trueba, Albert Espinosa. Biografía sobre: Eugenio. Novela: Gerard Jofra

Reparto: David Verdaguer, Carolina Yuste, Pedro Casablanc, Marina Salas, Ramón Fontseré, Matilde Muñoz…

Música: Andrea Motis

Compañías: Ikiru Films, Atresmedia Cine, La Terraza Films, Movistar Plus+, TV3. Distribuidora: Warner Bros. España

Género: Drama | Años 60. Años 70. Biográfico

Sinopsis

Película sobre los primeros años de carrera del humorista Eugenio. Barcelona, finales de los 60. Eugenio Jofra, un joven joyero, conoce a Conchita y el flechazo es instantáneo. Eugenio aprende a tocar la guitarra para acompañar a Conchita, para lo que tendrá que luchar contra el miedo escénico. Empieza así la carrera musical de ‘Els dos’. Cuando Conchita se tiene que ausentar durante dos semanas de Barcelona, convence a Eugenio de que lleve las actuaciones a cabo él solo. Cuando regresa, Eugenio se ha convertido en un fenómeno del humor underground de la ciudad. Poco a poco, entre los dos irán construyendo al personaje: las gafas, la camisa negra, el taburete, los cigarrillos y el vaso de tubo, que se convertirá en un éxito inesperado en una España deprimida que busca desesperadamente reírse con ese singular cómico que empieza todos sus chistes con ‘Saben aquell que diu…».

Crítica

David Trueba lleva a la pantalla en Saben aquel, la historia del matrimonio formado por Eugenio Jofra y Conchita Alcaide. Ella una cantautora más bien del montón, con una voz bonita, pero una visionaria de gran corazón. Y él conocido cómico que se hizo llamar Eugenio. Eugenio triunfó en las salas de fiesta de casi toda España y en la televisión, entre los años 70 y 90, justo cuando el régimen de Franco languidecía y se asoma unos aires de cambio. Trueba centra la acción en el comienzo de esa relación entre los dos personajes que sintieron un flechazo al conocerse, y en el desarrollo de esta incipiente relación y el papel fundamental que tuvo Conchita en el nacimiento del personaje humorista Eugenio. De la necesidad la virtud. De los problemas de precariedad en el seno de la familia que apenas tenían para vivir, al surgimiento de un fenómeno social que llevó a Eugenio a lo más alto de su carrera.

En la historia de la pareja hay muchas luces y sombras. Quizás es la historia que nos ha querido contar su hijo, dejando las sombras para que sea el espectador el que se haga una idea del Eugenio humorista (un desconocido de aspecto un tanto sombrío y melancólico) y del Eugenio Jofra incapaz de manejarse con soltura en las labores de padre. El hombre que sabía cinco mil chistes y que provocó todas las carcajadas imaginables en el fondo era un tipo triste, tímido e inseguro.

Magníficas actuaciones de Carolina Yuste y David Verdaguer. Este último no solo se ha metido en el papel, sino que lo ha hecho suyo llevándolo a unas cotas de verisimilitud que el mismismo Eugenio se sorprendería. A veces, cuesta distinguirle de ese recuerdo tan nítido que tenemos del humorista. Es clavado a él, pero es que en la forma de hablar y de actuar lo borda. No es una imitación. Es una traslación de la personalidad de Eugenio, con sus miserias, tristezas, miedos a la persona de David Verdaguer. David re-crea a Eugenio. Magnifico. Verdaguer un asiduo en la TV3 catalana con un montón de series, que sin duda ahora le empezaremos a verle en los largometrajes. Además de unos buenos secundarios (como Pedro Casablanc) el director ha echado mano de veteranos contemporáneos de Eugenio y nos lo ofrece como unos singulares cameos: Mónica Randall, Pedro Ruiz y Miriam Díaz Aroca entre otros.

Una sencilla película, pero bien interpretada y construida partiendo de un solido guion. No es de extrañar, pues David Trueba es un excelente guionista y escritor. En esta ocasión le ha echado una mano Albert Espinosa y entre los dos han pulido el libro del hijo mayor de Eugenio, Gerard Jofra en el que se basa la película. Un gran acierto con detalles recurrentes como el vaso de vodka con naranja, el paquete de ducados y el encendedor, el cenicero y la mesa. Siempre presentes. También es muy meritoria la ambientación con esa recreación de los garitos de la Transición (auténticos tugurios «de mala muerte», llenos de humo, donde se huele y se masca el ambiente. Y esa alusión a los cantantes desaparecidos prematuramente que nos ayudan a esa ambientación como fueron Cecilia (con apenas 28 años fallece en 1976) y Nino Bravo (también con 28 años falleció en 1973).

David Trueba se centra en un parte de la vida de Eugenio, en ese momento en que nace el personaje que le daría fama. Para los que vivimos esos años es entrañable oírle contar (con la misma poca gracia que te lleva a la hilaridad) el chiste en el que el padre le cuenta aquella historia de búhos y buhitos, extenuante, y todo por no decir (al hijo) la palabra culo: «hijo, culo, ¡he dicho culo!». Todo ello impregnado con un aire de melancolía. Una historia en la que no todo son risas. Asistimos al nacimiento de una leyenda, pero también comprobamos como la línea que separa el éxito y el fracaso es muy delgada. Salió bien, pero tras mucho sufrimiento. También es una historia que nos cuenta la valentía de una mujer, el arrojo de enfrentarte a las duras condiciones y sacar adelante una familia. Es la historia que la vida de Eugenio, es la historia de una mujer. Es un canto al papel que en muchos casos desempeña una mujer como Conchita Alcaide (una excelsa Carolina Yuste,) que a pesar de tener que lidiar con lo suyo (sus problemas de salud, su madre enferma, el tener que dejar a un lado su carrera para apoyar la de su marido porque es la que funcionaba, el tener que hacerse cargo del hogar, de sus hijos y, en definitiva, de su familia). En resumen, Saben aquell es un canto a la mujer como hija, esposa, madre y amante. Por cierto, no entiendo muy bien el juego que han hecho a la hora de publicitar la película, en algunas carteleras aparece con el título Jokes & Cigaretes. No lo entiendo y no quiero darle más vueltas no siendo que me enfade. Una cinta de bajo presupuesto, que tendrá muy poco recorrido por las salas pero que resulta una propuesta muy digna, entretenida y meritoria. Vayan al cine, no es lo mismo que la pantalla de nuestra tele.

Os dejo un tráiler.

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus