68 SEMINCI – Crítica película Que nadie duerma de Antonio Méndez Esparza

Crítica película Que nadie duerma de Antonio Méndez Esparza – Luisjo Cuadrado

Ficha

Título original: Que nadie duerma

Año: 2023

Duración: 122 min.

País: España

Dirección: Antonio Méndez Esparza

Guion: Antonio Méndez Esparza, Clara Roquet. Novela: Juan José Millás

Reparto: Malena Alterio, Aitana Sánchez-Gijón, José Luis Torrijo, Rodrigo Posión, Manuel de Blas, Mariona Ribas, Mariano Llorente, Íñigo de la Iglesia.

Música: Zeltia Montes

Fotografía: Barbu Balasoiu

Compañías: Coproducción España-Rumanía; Aquí y Allí Films, Wanda Visión, ICAA

Género: Drama. Thriller | Road Movie

Sinopsis

Lucía pierde su empleo como programadora informática y decide dar un giro en su vida: convertirse en taxista. Al volante de su taxi, recorriendo las calles de Madrid, esperará pacientemente la ocasión de llevar en él a su vecino desaparecido, del que se ha enamorado, dándose cuenta de que nunca debió fiarse de todos aquellos en quienes ha confiado.

Crítica

Una nueva adaptación de una novela de Juan José Millás acude de nuevo a la SEMINCI. Si el año anterior se presentó No mires a los ojos del director Félix Viscarret que adaptó Desde la sombra. En esta ocasión Que nadie duerma nos adentra en la historia de una mujer, informática de profesión, que se ve de repente en la calle tras ser intervenido una clínica dental en la que trabajaba. Millás tomó el título

De la celebérrima ópera de Turandot de Giacomo Puccini, Nessum Dorma y que funciona como como un estribillo durante buena parte de la película.

Malena Alterio es Lucía, una mujer madura, que se ha tenido que reconvertir en taxista. Toca reinventarse y no perder esa frescura natural. Tiene a su cargo a un padre en la recta final de su vida con todos los achaques posibles y dependencia imaginable. Su rabia hacia su jefe huido, y dejándoles a deber las últimas nóminas, la vuelca en su hogar y su padre es el objeto. Pero aparecen en escena un vecino cultureta que no deja de oír la ópera de Puccini. Se trata de la celebérrima Turandont, Nessum Dorma. Cual ratón acude a la flauta de Hamelín y Lucía llama a la puerta de su vecino. El flechazo está servido. Un tiarrón (Rodrigo Posisón) que se hace llamar Calaf, con una tocha descomunal y que no para de hacer ojitos a Lucía. Esto envalentona a la joven y la lleva a su taxi con una inusitada alegría y hasta el estudio para educar su voz.

Por el taxi desfilarán una rica amalgama de personajes. Entre ellos destacará la productora teatral (Aitana Sánchez-Gijón) quien al final se convertirá en amiga de Lucía. Y también un curioso hombre que resulta ser un escritor, papel que interpreta José Luis Torrijo. Con ellos mantiene una estrecha relación fuera del taxi en la que mezcla placer y negocio y supondrán una válvula de escape. Lucía instrumentaliza el taxi para su deseo de venganza en los hombres tras el fiasco que le supuso Calaf. Pero guarda en la guantera un deseo de venganza mayor y el convencimiento de que tarde o temprano aparecerá por su taxi el anhelado vecino Calaf.

Este ir y venir de personas marea al espectador lo que evidencia la falta de un guion claro y una estructura definida. No sabemos hacia dónde va la historia (como se nota que no lo sabían los propios actores) y el director nos muestra una serie de secuencias inconexas. El clímax final es sorprendente y bien resuelto (salvo la inexcusable omisión de la venganza del tercer actor en la trama). Todo desemboca en un final indefinido para que el espectador opte hasta por hasta tres versiones que, lógicamente no pienso desvelar, pero que nos pone en la estela de si todo es real o forma parte de la ficción, por cierto, muy propio en la obra de Juan José Millás.

Buena actuación de Malena Alterio y también de una desaprovecha Aitana Sánchez Gijón que estaba pidiendo a gritos tomar las riendas de su personaje para llevarle a otra situación.

Luisjo Cuadrado

Fotografía: César Mena

Es probable que Juan José Millás sea uno de los novelistas más complicados para adaptar. Requiere mucha pericia trasladar su universo, en el que realidad e imaginación se superponen en múltiples capas, a la gran pantalla. Un reto del que salen airosos Antonio Méndez Esparza y Clara Roquet en Que nadie duerma, a competición en la Sección Oficial de la 68 Seminci y que han presentado esta mañana en un encuentro con los medios junto a los productores de la película, Miguel Morales y Pedro Hernández Santos, y sus protagonistas, Malena Alterio y Aitana Sánchez-Gijón.

«Teníamos que eliminar una parte de la novela y crear otra muy distinta», ha explicado Méndez Esparza, su director, sobre la transición entre libro y filme. Roquet, coguionista, se ha sumado a la afirmación para incidir en la dificultad de trasladar a imágenes el mundo interior de Lucía, una programadora informática que, tras ser despedida, se mete a taxista.Malena Alterio da vida a esta mujer que se refugia en sus propias ficciones en un papel que marca un punto de inflexión en su carrera y que Roquet ha descrito como una versión femenina de los protagonistas de Joker (Todd Philips, 2019) y Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976).«A Lucía la fui construyendo a medida que hacíamos la película», ha explicado Alterio, quien ha agradecido a Méndez-Esparza el «regalo» de pensar en ella para el personaje y su forma de rodar, en la que son habituales la improvisación y el azar durante la grabación.

Fotografía: Luis Gracias Reglero
Aitana Sánchez-Gijón Fotografía: Luis Gracia Reglero

Malena Alterio. Fotografía: Luis Gracia Reglero

fotografías: César Mena – Luis Gracia Reglero

Revista Atticus