Crítica Indiana Jones y el dial del destino de James Mangold

Indiana Jones y el dial del destino de James Mangold por Luisjo Cuadrado

Ficha

Título original: Indiana Jones and the Dial of Destiny

Año: 2023

Duración: 154 min.

País: Estados Unidos

Dirección: James Mangold

Guion: Jez Butterworth, John-Henry Butterworth, James Mangold. Personajes: George Lucas, Philip Kaufman

Reparto: Harrison Ford, Mads Mikkelsen, Phoebe Waller-Bridge, Antonio Banderas, Boyd Holbrook, Shaunette Renée Wilson, Thomas Kretschmann, Toby Jones, Olivier Richters, John Rhys-Davies

Música: John Williams

Fotografía: Phedon Papamichael

Compañías: Amblin Entertainment, Lucasfilm, Paramount Pictures. Distribuidora: Walt Disney Pictures

Género: Aventuras. Acción | Años 40. Años 60. Nazismo. Secuela

Sinopsis

    El arqueólogo Indiana Jones deberá emprender otra aventura contra el tiempo para intentar recuperar un dial legendario que puede cambiar el curso de la historia. Acompañado por su ahijada, Jones pronto se encuentra enfrentándose a Jürgen Voller, un ex nazi que trabaja para la NASA.

Crítica

Estamos en verano y hay temas recurrentes en el mundo cinematográfico. Hay tópicos y frases hechas como aquello de la serpiente de color, en una clara referencia a las carreras ciclistas –Giro, Tour y Vuelta- o en el mundo del fútbol con el baile de los fichajes. En el panorama cinematográfico verano es sinónimo de películas frescas, ligeras. Un buen ejemplo es la producción española Vacaciones de verano o de grandes producciones de esas que aseguran un espléndido taquillazo. Ahí surgen propuestas como las nuevas entregas de Misión imposible e Indiana Jones (a estas dos se le unía la inevitable cita de James Bond).

Indiana Jones (Harrison Ford) in Lucasfilm’s IJ5. ©2022 Lucasfilm Ltd. & TM. All Rights Reserved.

Personalmente disfruto como un crío con estas propuestas. Son películas que te dejas llevar, no te fijas en las frases de guion ni en cuestiones técnicas más allá de que cumplan unos mínimos estándares de calidad. Verter un comentario sobre ellas me resulta muy difícil. No son propuestas que inviten a la reflexión, eso que se considera como cine de autor, un cine más reflexivo, sin tantos alardes técnicos ni enormes costes de producción; son películas que no llegan a todas las salas a diferencia de las sagas citadas.

Pero como estamos en verano y es tiempo para relajarnos un poco y realizar otro tipo de actividades diferentes a las del resto del año, pues me he decidido a escribir sobre Indiana Jones y el dial del destino.

Indiana Jones, con el paso del tiempo, se ha convertido en una especie de marca concebida por el estadounidense Georges Lucas y producida por Lucasfilm. Bajo este nombre se recoge las aventuras y desventuras de un arqueólogo, Henry Walton Jones Jr., Indiana Jones, «Indy» –profesor de universidad-, (¡qué gran referente para los estudiantes de esta disciplina!) que, fundamentalmente, trata de localizar objetos de relevancia histórica (Arca de la Alianza, Santo Grial o la Lanza de Longinos, por ejemplo). Para ello se tiene que enfrentar a una serie de adversarios, nazis y soviéticos, que tratan también de hacerse con estas reliquias, pero con fines siniestros debido fundamentalmente a los poderes que según la leyenda cuenta que tienen estos míticos tesoros.

Los inicios hay que buscarlos en 1973 cuando George Lucas escribió una historia inspirada en las series cinematográficos de los años 1930 – 1940, pero no fue hasta 1977 cuando se juntó con su amigo Steven Spielberg (tras el estreno de Star Wars) para dar forma con un acuerdo con la Paramount Pictures para producir una serie de películas con el marchamo de Indiana Jones. Harrison Ford era el elegido para representar al joven y apuesto Dr Jones.

(L-R): Doctor Jürgen Voller (Mads Mikkelsen, standing), Helena (Phoebe Waller-Bridge) and Indiana Jones (Harrison Ford) in Lucasfilm’s INDIANA JONES AND THE DIAL OF DESTINY. ©2023 Lucasfilm Ltd. & TM. All Rights Reserved.

En busca del arca perdida, la primera entrega, se estrenó en 1981 y la última, tras cuarenta y dos años, en 2023, Indiana Jones y el dial del destino con Harrison Ford como protagonista (con ochenta hermosos años). La franquicia ha dado para mucho. Se han hecho multitud de videojuegos, series televisivas, parques temáticos, publicaciones, juguetes y un sinfín de objetos que tienen que ver con la mercadotecnia. La segunda entrega, Indiana Jones y el Templo maldito, se estrenó tres años después, en 1984, aprovechando el tirón de la anterior. Indiana Jones y la Última Cruzada (1989) es la tercera entrega en la que se nos presenta al padre de Indy, responsable de su afición. Esta aparición sirvió para desvelar una serie de datos personales de la vida del arqueólogo. Entre estos la procedencia de su apodo (debido a un perro de la familia), el pavor que siente con las serpientes, o la cicatriz que luce su rostro y que le da un plus. Hubo que esperar casi veinte años para volver a ver la cuarta entrega, Indiana Jones y el Reino de la Calavera (2008). La quinta y última película es la que nos reúne hoy, Indiana Jones y el dial del destino.

Helena (Phoebe Waller-Bridge) in Lucasfilm’s INDIANA JONES AND THE DIAL OF DESTINY. ©2023 Lucasfilm Ltd. & TM. All Rights Reserved.

Una de las características de la saga es que las aventuras de indiana Jones nos han llevado por una multitud de escenarios naturales de increíble belleza. En busca de selvas y templos antiguos hemos viajado a Perú, a ciudades egipcias (El Cairo, Tanis), a Shanghai, a una inconmensurable Petra, Túnez, y en esta última y reciente entrega disfrutamos de una maravillosa Tánger y Siracusa. Los equipos de producción han tenido que viajar a países de África, pero también a China, Austria, Chequia, Grecia…

Vamos a centrarnos en Indiana Jones y el dial del destino. Antes de entrar en detalles, destacan dos circunstancias: no está rodada por Steven Spielberg (le ha sustituido James Mangold director de Logan, 2017, o Le Mans 66, 2019) y la segunda es que todas están protagonizadas por Harrison Ford a pesar de que en esta última contaba con ochenta años (se ha tenido que recurrir a una técnica digital en las primeras secuencias donde se nos muestra a un Indiana Jones muy joven).

La película arranca con una poderosa secuencia llena de acción que nos remite al clásico Indiana Jones en sus comienzos. Persecución por fuera y dentro de un tren con los nazis amenazando su vida. La particularidad es que vemos a un Harrison Ford con casi cuarenta años menos. Magnífico arranque. Indy (Harrison Ford) y su amigo y colega Basil (Toby Jones) se encuentran en Berlín tratando de que los nazis en su retirada no se lleven consigo un tren cargado con un sinfín de antigüedades saqueadas. Entre ellas se encuentra un curioso artilugio construido por Arquímedes: Anticitera (Antikythera) o el Dial de Arquímedes. La Anticitera es un objeto real, de lo más desconcertante y complejo, un antiguo artefacto que unos arqueólogos descubriendo allá por 1900. Se le supone una antigüedad de cerca de dos mil años. Eso sí, es poco probable que entre sus funciones se encuentre la del poder de retrasar el tiempo, como sí lo tiene en la película (hoy el artilugio se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas). Entre sus funciones debió de ser creado como una especie de predicción de tormentas y terremotos, pero también como instrumento capaz de localizar fisuras en el flujo temporal. Este último uso, si «los malos» lo descubren puede alterar el curso de la historia, de ahí lo del dial del destino. Este objeto lo tuvo a su alcance Indy varias décadas después, pero lo pero lo perdió a manos del nazi Jürgen Voller (Mads Mikkelsen). Un Voller que ha sobrevivido a la descomposición del Tercer Reich y ahora se ha reciclado como físico del programa espacial estadounidense.

A Indiana Jones, en esta ocasión, le saca de su rutina y su letargo su ahijada Helena Shaw–hija de Basil- (interesante papel interpretado por Phoebe Waller Bridge –la autora y protagonista de Fleabag y creadora, también, de Killing Eve-) para buscar esa anhelada reliquia. Helena solo ve un interés económico: hacerse con ella para venderla al mejor postor y con ese dinero aliviar las deudas que su paupérrima cuenta tiene. El desempolvar su sombrero, su látigo y su cazadora le llevará por medio mundo (un guiño más a la saga, son esos trayectos que se marcan sobre un mapa con las líneas que van uniendo los distintos puntos del viaje) y en esta ocasión hasta bajo el mar. Un viaje que le llevará al bueno del doctor Jones a reencontrarse con viejos amigos como Sallah (John Rhys-Davies) o Renaldo (Antonio Banderas) entre Nueva York, Marruecos, las profundidades del mar Egeo y Sicilia. Por cierto, Antonio Banderas se luce en este pequeño papel de buzo, pocos minutos, pero muy bien aprovechados.

Este nuevo capítulo participa de la estructura de las anteriores entregas: búsqueda de un objeto arqueológico (Anticitera) que se inicia con un viaje cargado de persecuciones y escenas llenas de pura acción vibrante; descubrimiento fantástico que cambia el rumbo y sentido de la idea original de la búsqueda; todo ello aderezado de esa pulsión sexual no resulta aunque en este caso se puede invocar la tensión paterno filial (la protagonista femenina es ahijada de Jones y estaría mal visto que un casi anciano anduviera metido entre las faldas). La acción se sitúa en un momento clave en la historia de la humanidad como es el hecho de que el hombre puso el pie sobre la Luna.

Quizás el problema de la película es que podemos estará viajando de un sitio para otro durante otros ciento cuarenta minutos más. Podría haber habido más lugares de parada en pos de hallar ese mítico objeto. Y también sucede lo contrario, que podían haber quitado alguna escala y la película apenas se resentiría. Es lo que tiene este tipo de películas de acción, que te olvidas un poco del desarrollo del asunto. A la espera de ver la nueva entrega de Misión imposible, los gurus del mercado cinematográfico han decidido dar una vuelta de tuerca más: dividir la cinta en dos entregas (más dinerito para la caja). Como se ve, es un cine de aventuras.

La película recibe críticas que tiene que ver con la gran cantidad de recursos que se emplean, como por ejemplo, el desfile en Nueva York por la llegada de los integrantes de la misión de Apolo XI (espectaculares escenas de acción con persecuciones en moto y a caballo que acaban por las vías del metro) o la recreación de las serpientes en los pasajes de la Oreja de Dionisio en Sicilia o la de las anguilas, un recurso que sirve para recordarnos que a pesar de tener ante nosotros un octogenario, seguimos estando ante el gran Indiana Jones de las primeras entregas. Pues sí, puede ser que haya excesos, pero al fin hay que pensar que estamos ante una película de evasión, de entretenimiento puro y duro. Una película que sirve para mantener viva la industria del cine llenando las salas. Basil, en los primeros compases de la entrega, dice a los nazis que ellos solo quieren quedarse con ese objeto porque ellos intentan salvar la Historia. Es así como un guiño a que con esta película lo que se pretende es salvar o revitalizar el cine, el que la gente acuda en masa a ver películas como esta perteneciente a una saga que ya es inmortal.

Con el cambio del director hemos perdido un poquito el sentido del humor que caracterizaba buena parte de la saga, no así la espectacularidad en las escenas. Eso no. Tras ver la entrega, nos dan ganas de volver a visitar Sicilia o apuntarte que el próximo destino sea Tánger (la ciudad del norte de África luce espectacular, aunque ya sabemos que el cine es la gran industria del engaño). Eso sí, John Williams vuelve a tomar la batuta para interpretar la archiconocida fanfarria de la ya mítica serie. En principio solo iba a hacer unos retoques y componer algún tema, pero, al final, ha compuesto toda la banda sonora de la película.

En definitiva, Indiana Jones y el dial del destino es un auténtico homenaje a las películas de aventuras y que constituye un magnífico cierra a la saga iniciada ahora hace más de cuarenta años. Es una película muy bien hecha. No obstante, hay que echar mano de la suspensión de la incredulidad para tragarte algunas bolas, como, por ejemplo, la facilidad con la que Teddy Kumar (Ethann Isidore), el inseparable amigo de Helena, pilota una avioneta sin tener más práctica que la de un improvisado centro de mandos rudimentario o la destreza que tienen los protagonistas para bucear en busca del tesoro. Hay un exceso de buenas intenciones y de metraje (pero en verano y al fresquito del aire acondicionado todo nos vale y bien que disfrutamos). Salvo esto… es una película para disfrutar una buena tarde con los amigos y una velada en común haciendo risas. Tal vez estiren el chicle de Indiana Jones hasta lo imposible, y no me extrañaría que la saga de una manera u otra, pero ya con Harrison Ford fuera de ella (y seguro que también Steven Spielberg) volvamos a ver alguna entrega, pero el recuerdo de Harrison Ford será el de un arqueólogo con sombrero Fédora, cazadora de cuero y látigo en busca de la aventura que muchos anisamos vivir. Un icono mundialmente reconocido. Larga vida a Indiana Jones/Harrison Ford. Ningún otro actor habría sido capaz de dotar a ese magnífico personaje la dosis de credibilidad, encanto, humor y cercanía que le convierten en un héroe casi casi humano. No dejen de ir al cine.

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus