Crítica película La estrella azul de Javier Macipe – Gonzalo Franco Blanco

Ficha

Año: 2023.

Duración: 129 min.

País: España.

Dirección: Javier Macipe.

Idioma original: castellano.

Guion: Javier Macipe.

Fotografía: Álvaro Medina.

Reparto: Pepe Lorente, Cuti Carabajal, Bruna Cusí, Marc Rodríguez, Mariela Carabajal, Catalina Sopelana, Noelia Verenice Díaz, Alberto Castrillo Ferrer…

Productora: coproducción España/Argentina. Mod Producciones, El pez amarillo, Cimarrón, La Charito Films.

Género: Drama. Biografía. Música. Años 90.

Premios: Premio del Jurado Joven en el Festival de San Sebastián 2023.

Sinopsis

Años 90 del siglo pasado, Mauricio Aznar es un músico zaragozano, vocalista del grupo de pop rock Más birras, que no se encuentra a gusto ni con los derroteros de su prometedora carrera discográfica ni con su vida personal. Rememorando que las primeras canciones que escuchó en su casa fueron las de Atahualpa Yupanqui, emprende un viaje a la provincia de Santiago del Estero (Argentina) buscando reencontrarse con su vocación de músico y alejándose de su adicción a la heroína. Allí conoce a don Carlos Carabajal, un músico veterano, muy reconocido pero con poco éxito comercial que vive retirado con su familia, componiendo y tocando, y haciendo una vida sencilla. Don Carlos y su familia acogen con generosidad al visitante forastero y le inician en la música tradicional de la provincia: la chacarera. El aprendizaje que emprende Maurico Aznar no es solo musical, sino de vida, de cómo vivir la vida. Cuando regrese a Zaragoza, intentará reiniciar su carrera musical desde estas nuevas experiencias, pero la vida es muy dura, como es sabido.

Crítica

Esta película es una de esas gratas sorpresa que nos llevamos de vez en cuando aquellos que vemos cine, más allá de lo que la publicidad o los medios incitan a ver mayoritariamente, y que acabaremos viendo. El boca a boca, los comentarios de espectadores que escriben sus impresiones, algunas críticas (no muchas), y apuestas arriesgadas de exhibidores, nos ha permitido acercarnos a una de las películas mejor pensadas y mejor realizadas de 2023 y que, en consecuencia,  alcanza el núcleo duro del corazón del espectador de forma muy contenida y nada violenta. Y nos da a conocer (a aquellos que no somos de Zaragoza o de Aragón, ni grandes expertos en la música pop española de los 90), a un músico olvidado porque lleva muerto muchos años, y la muerte sienta mal a cualquiera, y a un artista quizá más pues le deja huérfano de su principal publicista, que es uno mismo.

Javier Macipe, el director, llevaba más de veinte años dándole vueltas al proyecto y en la fase final intentando conseguir el dinero para llevarlo a cabo. Sabía bien lo que quería hacer y había tenido tiempo para meditarlo. No quería hacer un biopic, que puede resultar ridículo o impostado (y cuyo abusivo renacimiento estamos padeciendo), ni un musical: quería hablar de cómo se hace una película sobre Mauricio Aznar. Contar no solo su posible biografía, sino el propio proceso de intentar escribir y rodar esa biografía. Y lo ha conseguido de forma notable.

Mauricio Aznar (el real) fue el vocalista del grupo de rock Más birra y de algunas otras formaciones. Su adicción a la heroína en algunos periodos de su vida, su difícil relación con su padre (ausente), con su novia y, sobre todo, con el mundillo de las discográficas, del negocio del espectáculo, y de todo lo que rodea a las iniciales estrellas del rock, le hacen entrar en barrena. Le gusta componer, le gusta actuar, pero hay otros condicionantes íntimos que le bloquean y que pueden dar lugar a espantadas como largarse del escenario durante una actuación porque un fan le esté haciendo fotos.

En esta primera parte de la película, a través de escenas impresionistas, de charlas con su hermano Pedro o con sus amigos, de monólogos desde el escenario, vamos conociendo cómo pudo ser Mauricio: una aproximación, de forma tangencial, de forma impresionista y sosegada, buscando siempre lo personal, lo íntimo, no lo provocador o lo espectacular.

La segunda parte cuenta el viaje de Maurico a Santiago del Estero (Argentina). Un viaje de alejamiento (de su mundo zaragozano) y de iniciación, pues busca algo intangible que se puede materializar o no. La pista para ir a Santiago es vaga, esquinada, pues a su madre le gustaba Atahualpa Yupanqui, y es la primera música que escuchó. En los festivales de chacareras de la provincia escuchará que no es invitado un maestro como Carlos Carabajal, que es para muchos la más depurada expresión como compositor y músico de la música folclórica del noroeste de Argentina. Mauricio querrá conocerlo y viajará hasta su casa.

Esta parte requería el mismo ritmo sosegado que tienen las personas que no se preocupan de la felicidad, ni de si son felices, sino que están ocupados de las tareas de la vida, de las más elementales y necesarias, como es el caso que nos ocupa. Viven, por circunstancias sociales y políticas, más alejadas que nosotros del ruido y del tecnofrenesí que inunda a las sociedades del primer mundo. Es aquí donde Carlos Carabajal (el maestro) le “secuestrará” la guitarra a Mauricio Aznar, y le dará un bombo para que encuentre el ritmo, no tanto del bombo, sino de sí mismo. Aceptado por la familia Carabajal, vivirá con ellos su vida sencilla, apretada en muchos aspectos, sobre todo de dinero, pero abierta a los vecinos, a bailar cuando se tercie y a charlar sin prisas. El tiempo de la película es el tiempo del río Sali Dulce, lento y grandioso. Se disfruta como espectador de cada momento, de cada secuencia, pues todo tiene una gran autenticidad.

El regreso inevitable a Zaragoza es la tercera parte de la película: Maurico Aznar quiere retomar su vida desde ese ser autentico que cree haber encontrado con la familia de Carlos Carabajal. Un ser que ya estaba ahí, en pugna con otras versiones de uno mismo, pero que la experiencia le ha ayudado a asentar. Es la parte que se desarrolla con más rapidez, no tanto temporal, sino porque los aconteciendo se agolpan, se aceleran, en buena parte llegados desde fuera, porque no caminamos hacia la muerte sino que esta viene a nuestro encuentro, como se dice en un dialogo de la cinta. Es, también, la parte más rompedora de la película, pues funciona como si recibiéramos hachazos, como lo es la noticia del suicidio del hermano de Mauricio Aznar, pero sobre todo su duelo diferido, con esa cámara que asiste a un llanto desde las afueras de un bar. Una secuencia prodigiosa por su discreta inteligencia. O la conversación con un funcionario del ayuntamiento sobre el proyecto de contratar a Carlos Carabajal para actuar el 12 de octubre en Zaragoza, y el golpe de guion cuando Mauricio anuncia algo que no puede saber: que él se va a morir dentro de poco y que el funcionario quedará para el futuro como aquel que impidió que don Carlos Carabajal actuara en la plaza del Pilar.

Cuenta algunos asistentes al Festival de San Sebastián de 2023, que una de las películas más aplaudidas fue La estrella azul, y muestran su sorpresa porque el film no estuviera en la sección oficial, sino en otra secundaria. Es sorprendente este despiste ante una de las películas españolas mejor concebidas de 2023, y con aportaciones realmente notables sobre cómo contar una biografía sin ridiculizar o manipular al biografiado, y sobre cómo realizar un verdadero homenaje fílmico. Quizá una de las fórmulas sea la ya apuntada por el cineasta: contar el propio proceso de cómo se hace una película sobre, en este caso, Mauricio Aznar, músico de rock y de chacareras. Un proceso que fusiona la ficción con el documental, o con la antificción, pues en varias ocasiones una cámara descubre a otra cámara y al equipo de está rodando detrás, en momentos muy bien elegidos y nada forzados, pero sí llenos de significado: ¡alto!, esto es una película sobre Mauricio, vienen a decirnos.

Un juego muy serio que no impide que veamos en el actor Pepe Lorente al músico representado, Mauricio Aznar. Una interpretación transparente, en el sentido de que creemos ver al personaje en la persona del actor. De igual forma los actores naturales de la familia Carabajal representan con veracidad a los Carabajal de los años noventa, y así quien era una niña entonces actúa hoy en el papel de su madre adulta: interpretan a sus familiares (ficción) y a la vez hablan sobre ellos (documental), mientras la cámara puede grabar al director o a su equipo en el acto de rodar. El mismo proceso de elección del reparto (casting) es representado con la audición del propio Pepe Lorente, o con la representación de esa misma audición.

Un juego serio y amable que nos proporciona varios estratos de representación, de significados y de caras de un prisma sobre quién puso ser Mauricio Aznar y esa estrella azul a la que alude el título de la película.

PD. Javier Macipe (el director), Pepe Lorente (el actor que encarna a Mauricio Aznar), que son músicos también, actuarán en varias ciudades con el repertorio de Más birra, el grupo de Mauricio.

Os dejo un tráiler:

Gonzalo Franco Blanco

Revista Atticus