67 SEMINCI – Decision to Leave de Park Chan-wook

67 SEMINCI – Sección Oficial – Decision to Leave de Park Chan-wook

Ficha

Título original: Heojil kyolshimaka

Año: 2022

Duración: 138 min.

País: Corea del Sur

Dirección: Park Chan-wook

Guion: Jeong Seo-Gyeong, Park Chan-wook

Música: Cho Young Wuk

Fotografía: Kim Ji-yong

Reparto: Tang Wei, Park Hae-Il, Go Kyung-pyo, Park Yong-woo, Lee Jung-hyun, Jung Yi-seo, Hyun-woo Seo, Lee Hak-Joo, Park Jung-min

Productora: Moho Films, CJ Entertainment

Género: Intriga. Drama. Romance | Crimen

Sinopsis

    Hae-Joon, un veterano detective, investiga la sospechosa muerte de un hombre en la cima de una montaña. Pronto, comenzará a sospechar de Sore, la mujer del difunto, mientras la atracción que siente por ella le desestabilizará.

Crítica

            El cine coreano (del sur, los hermanos del norte no parecen tener industria a veinticuatro fotogramas por segundo) vuelve a esta SEMINCI sacando músculo con una historia enrevesada de un policía enfermo de profesionalidad y una posible sospechosa con tres características que apenas llegan a alguien en homicidios: guapa, inteligente y extranjera. Y lo que parece un accidente se torna posible asesinato y esto en suicidio y cuando todo parece de una forma es de otra, pero el amor ya ha prendido su llama en el corazón de ese inspector con un compañero mediocre, una esposa calculadora y fría hasta a la hora de ser cálida y tierna, y un mundo que no le llega ni a la altura de los talones, porque él es un señor en tiempos, todos lo sabemos, de trileros y truhanes.

            Así, el policía, todo un homenaje en su composición a la oscura figura del profesional, ante todo, incluyendo el guiño a aquel personaje maravilloso que creó Roy Scheider para All that jazz, pone frente a él a una mujer que parece toda corazón o toda frialdad en un ejercicio interpretativo de altísimo nivel llevado a cabo por la siempre resolutiva Tang Wei, a la que descubrimos hace ya tres lustros en Deseo, Peligro, de Ang Lee. Ella parece tierna, malvada, retorcida y barroca, pero también nos muestra una capacidad especial para mostrarlo todo a un tiempo y sin solución de continuidad, algo como lo que pretendió Hitchcock con el personaje de Eva Maria Saint en Con la muerte en los talones, pero no logrado del todo porque su compañero era Cary Grant, que eclipsaba a todos sus compañeros habitualmente. La actriz chica da un nivel de credibilidad a la cinta de Park Chan-wook subrayada por una banda sonora de una utilidad y una belleza alcanzando niveles sublimes en algunas escenas, como la de la visita al templo budista bajo la lluvia o la escena final, anunciada antes, bajo la nieve y en lo alto de un monte para ser todo lo contrario, a nivel del mar y en una oquedad.

            El guion literario no tiene fisuras narrativas, pero sí diálogos desiguales en algunos puntos, elemento este que ralentiza la acción y obliga a mirar el reloj al espectador. Pero lo compensa, aunque no siempre lo logra, con un buen guion técnica, oficio y un montaje que siempre busca al espectador a pesar de sobrarle tomas que sacan a cualquiera de la historia como visiones desde ojos muertos, ya sean de una víctima humana o un pez en un mercado, carentes de todo valor narrativo y que muestran un ego muy mal entendido por parte del director, porque, como dijo Howard Hawks, que la cámara nunca estorbe a la historia que estás contando. Cosa que logra fácilmente en el dinamismo de edición cuando por fin coge al asesino que tanto tiempo llevaba buscando y que sirve también para explicar su propia historia de amor con su supuesta asesina y amada en silencio china. Aquí aparecen sonidos e imágenes que nos conducen a Deseando amar y 2046, las dos obras capitales de Wong Kar-wai y donde una vieja canción, Niebla, nos transporta a hermosos finales que sabemos que nunca se darán en esta obra.

            También es deudora del cine de Tran Anh Hung, el gran director vietnamita, al que le debe su manera de mostrar detalles en lo que parecen escenas de transición y en la velocidad a la hora de mostrar imágenes para que saquemos conclusiones precipitadas y, por tanto, engañosas que después describe en palabras reforzadas por imágenes de recuerdo, tal y como veíamos en su dos primeras películas al realizador Danang, principalmente en Cyclo, que pudimos ver años atrás en SEMINCI.

            Por último, y no por ello menos a destacar, la decidida apuesta de Corea del Sur por la cultura y por contar historias que nos impacten y nos llenen de humanidad, de universalidad y, tal y como explicaba Román Gubern en una conferencia en la universidad de Valladolid, la capacidad de trasposición, de ponerte en el pellejo de alguno de los personajes, que algunos directores de esa península de extremo oriente ha conseguido en los espectadores de todo el mundo.

Carlos Ibañez

Revista Atticus