Crítica película Belfast de Kenneth Branagh

Belfast de Kenneth Branagh

Ficha

Título original: Belfast

Dirección: Kenneth Branagh

Guion: Kenneth Branagh

Reparto: Jude Hill, Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Judi Dench, Ciarán Hinds, Lewis McAskie, Lara McDonnell, Gerard Horan, Turlough Convery, Sid Sagar, Josie Walker, Chris McCurry, Colin Morgan…

Música: Van Morrison

Fotografía: Haris Zambarloukos

Año: 2021

Duración: 98 min.

País: Reino Unido

Productora: TKBC. Distribuidora: Focus Features

Género: Drama | Años 60. Infancia. Familia

Sinopsis

    Drama ambientado en la tumultuosa Irlanda del Norte de finales de los años 60. Sigue al pequeño Buddy mientras crece en un ambiente de lucha obrera, cambios culturales, odio interreligioso y violencia sectaria. Buddy sueña con un futuro que le aleje de los problemas, pero, mientras tanto, encuentra consuelo en su pasión por el cine, en la niña que le gusta de su clase, y en sus carismáticos padres y abuelos.

Writer/director Kenneth Branagh’s BELFAST, a Focus Features release. Credit : Rob Youngson / Focus Features

Comentario

Lo que vemos en Belfast es una historia de una familia que vive en esa ciudad, nacida directamente de la experiencia del propio director y guionista Kenneth Branagh. El relato lo construye bajo la óptica de un crío de nueve años que vive en Belfast y que de repente su mundo se ve convulsionado por el enfrentamiento de sus habitantes, entre los protestantes y los católicos.

Buddy (Jude Hill), en el verano de 1969, cuenta con nueve años. Es un niño de clase obrera que vive en una microcomunidad en el norte de Belfast. Es el rey de la calle. Se siente seguro y baila, juega, se divierte en esa calle en la que todo el mundo le quiere y respeta (tanto a él como a su familia). Le gusta la televisión y se divierte en la oscuridad de los cines viendo el musical Chitty Chitty Bang Bang. Esas imágenes nutren los sueños de Budy, pero en los finales de los años 60, en Belfast se enturbió el aire. El descontento social estalla en las calles y esta se va a convertir en el escenario de batallas entre católicos y protestantes, entre unionistas y separatistas. La maldita religión hace presencia. Se producen ataques violentos en la calle, en la zona de juego de Buddy. El conflicto se aviva y se extienden por toda la ciudad. Lo que antes era una situación de amor y compañía entre unos y otros ahora aparece el recelo, el odio. Ya no se puede jugar en la calle y el toque de queda impide la libre circulación de las personas.

En esta situación, la figura materna es clave. La madre de Buddy (Caitríona Balfe) trata de afrontar la situación ante la ausencia de su marido. Como tantos otros, su marido (Jamie Dornan) trabaja lejos de su hogar, en Inglaterra, y cuando regresa, cada dos semanas, se encuentra con que la calle se ha convertido en el escenario de patrullas y controles que condicionan la vida. Buddy ve a su padre como un héroe inspirado en dos de las grandes películas que no deja de ver: Solo ante el peligro y El hombre que mató a Liberty Balance. Ansía que su padre se convierta en ese héroe que se enfrenta a todos. La ausencia del padre provoca que la figura de los abuelos tenga una gran importancia en el desarrollo de la infancia de Buddy.

Arranca la película a todo color, con una panorámica de la ciudad actual y, en un gran fundido subiendo un muro, se pasa a una escena callejera en blanco y negro. Una escena con bullicio propio de una calle en la que hay niños jugando al fútbol, vecinos entrando y saliendo de sus casas o la imagen de unas madres charlando mientras llaman a gritos a sus hijos para comer. A continuación, ese idilio desaparece para dar paso al tumulto, a la lluvia de piedras, a explosiones, a encontronazos de la gente y la aparición de los tanques y las tropas británicas. Son los luctuosos sucesos que se produjeron en el verano de 1969 y que sentarían las bases de la violencia que asolaría el Úlster durante las siguientes tres décadas. Trataban de echar a los católicos en un barrio eminentemente protestante.

Jude Hill (left) stars as «Buddy» and Jamie Dornan (right) stars as «Pa» in director Kenneth Branagh’s BELFAST, a Focus Features release. Credit : Rob Youngson / Focus Features

Un elemento principal en esta película es la elección del crío que tiene que interpretar a Buddy. Se trata de Jude Hill. Tiene que gustar ante la cámara, pero no ser repelente. Tiene que actuar y ser muy convincente, pero que no se le note. Y ser un crío normal y corriente, pero parecer muy natural. Prácticamente iba a estar presente en todo el metraje. Buena elección. La pareja protagonista había despertado cierta expectación. Sobre todo, por Jamie Dornan actor conocido principalmente por interpretar a Christian Grey en la trilogía cinematográfica de Cincuenta sombras de Grey. Caitríona Balfe es una actriz irlandesa que alterna las labores de modelo con las del cine. Ya tuvimos oportunidad de verla en dos grandes producciones como fueron Le Mans 66 y Money Monster. No sé si existe química o no entre ellos, pero la pareja no desentona. Quizás tampoco tienen escenas subiditas de tono. Pero nadie puede negar lo atractiva y sensual que parece en la pantalla la actriz irlandesa. No sé si la favorece el blanco y negro, pero desde luego la cámara la quiere. Y las escenas de los dos bailes así lo corroboran. Son escenas muy sensuales de una gran belleza y armonía. El plantel se completa con dos grandes actores en el papel de los abuelos de Buddy: Ciarán Hinds y Judi Dench.

Son varias decenas las buenas películas que han abordado el tema del conflicto irlandés. Destacan propuestas como Hunger (Steve McQueen, 2008), El viento que agita la cebada (Ken Loach, 2006), Omagh (Pete Travis, 2004), Michael Collins (Neil Jordan, 1996) o la inolvidable, dura y emotiva, En el nombre del padre (Jim Sheridan, 1993). En esta nueva propuesta, Branagh nos presenta el conflicto desde la óptica de un crío, su alter ego en la película. No sé si será por esta circunstancia, pero lo evidente es que hay una ausencia total de la justificación de los incidentes entre los vecinos, del estallido social. No sé si es buscado (por la inocencia del crío) o no. Pero lo cierto es que se nos muestra la infancia de Buddy casi en una burbuja. Sí, se muestra la noche de los altercados que dan paso a los posteriores conflictos, pero luego somos ajenos a lo que sucede más allá de las barricadas. Se nos oculta lo que sucede. Sin embargo, asistimos a la cotidianeidad, al día a día. Hay una visión en contrapunto. Por un lado, Budy sufre por ese primer amor. Y, por otro lado, vemos como se relacionan los mayores. No falta la buena música, no faltan los bailes y no falta la risa que esconden un conflicto que fue principalmente político y nacionalista. Hay que remontarse hasta 1921 fecha en que se parte Irlanda en dos mitades: Irlanda del Norte e Irlanda del Sur. Dentro de la población norirlandesa hay dos grupos religiosos: uno mayoritariamente protestante y una minoría, muy significativa, católica. Y a su vez, entre la población hay quienes apoyan la unión con el Reino Unido y hay quienes abogan por la integración en Irlanda. Esta región ha estado marcada por los enfrentamientos entre unionistas y republicanos. La película arranca con el estallido del conflicto en Irlanda del Norte en 1968 que sumió al Úlster en una espiral de violencia. No se resolvió hasta la firma del acuerdo conocido como de Viernes Santo, también llamado Acuerdo de Belfast, (10 de abril de 1998) sentando las bases de un gobierno en el que el poder lo comparten los católicos y los protestantes. Branagh no da soluciones, no crítica, no acentúa, no hay respuestas.

El director de fotografía es el griego Haris Zambarloukos. Es un operador que en la última década ha estado muy ligado a Kenneth Branagh, Zambarloukos ha acompañado a Branagh en sus experiencias detrás de las cámaras, con títulos como Thor (2011), Jack Ryan: The Shadow Recruit (2014) o Cinderella (2015). También ha estado al cargo de producciones tan dispares como Mamma Mia (Phillida Lloyd, 2008) o Locke (Steven Knight, 2013. En esta ocasión su blanco y negro no deja indiferente a nadie, entre otras cosas, porque está lleno de contraste y no se echa en falta el color, para nada. Quizá una pega (que más bien se puede achacar al director, es el abuso del ángulo de la cámara sobre todo el contrapicado.

Acompaña a las imágenes la música de «el león de Belfast», Van Morrison. Stranded, Days Like This o Bright Side of the Road son algunos de los temas que podemos disfrutar. Siempre te puede quedar el consuelo de que si la película no te ha gustado la música alivia el disgusto.

El director irlandés nos muestra la extraña paradoja por la que los hombres son capaces de hacer grandes logros como llegar a la luna (constantes alusiones durante la película), y, sin embargo, no somos capaces de ponernos de acuerdo para alcanzar la paz. A pesar de esto, Belfast no deja de ser una historia de amor, de felicidad y de la pérdida de la inocencia. Pero sobre todo es una oda a la familia, al valor de los lazos fraternales y en que en los momentos malos la familia está ahí como refugio. Y también es un canto al cine. La válvula de escape de Buddy y de su familia es el cine. Acuden a ver películas lo cual les sirve para la evasión de los conflictos que rodean su casa y como amalgama de la familia. Los coros de Chitty Chitty Bang Bang (Ken Hughes, 1968) son medicina para el alma. Las risas son inolvidables y nos remiten a la propia experiencia de su director y el revulsivo que les supuso acudir al cine y dejar a un lado el conflicto.

Me faltó emocionarme para que la película me llegará allí donde estas se hacen inolvidables. Pero reconozco la gran maestría de su director al saber conjugar una buena historia, rodada con maestría, en blanco y negro con poderosas imágenes y una buena fluidez narrativa, aderezada con buena música. Me gusta porque lleva ese sello de autor y no es el clásico cine de Hollywood que llena nuestras pantallas más de lo convenientemente deseado. Pero me hubiera gustado que el conflicto irlandés hubiera tenido más peso, que me emocionara. Es lo mínimo que se le puede pedir a este polifacético director que ha creado películas tan interesantes como Los amigos de Peter (1992) o Mucho ruido y pocas nueces (1993).

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus