Crítica Marte (The Martian) de Ridley Scott

Crítica Marte de Ridley Scott. Instinto de supervivencia

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Película en 2D y 3D: Marte (The Martian).
Dirección: Ridley Scott.
Interpretes: Matt Damon (Mark Watney), Jessica Chastain (Melissa Lewis), Jeff Daniels (Teddy Sanders), Michael Peña (Rick Martinez), Sean Bean (Mitch Henderson), Kate Mara (Beth Johanssen), Sebastian Stan (Chris Beck), Chiwetel Ejiofor (Vincent Kapo).
País: USA. Año: 2015. Duración: 144 min. Género: Ciencia-ficción.
Guion: Drew Goddard; basado en la novela de Andy Weir.
Estreno en España: 16 Octubre 2015.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.

Sinopsis
En el transcurso de una misión tripulada a Marte, el astronauta Mark Watney (Matt Damon) es dado por muerto y abandonado por sus compañeros de tripulación tras una violenta tormenta. Sin embargo, Watney sobrevive y se encuentra solo y abandonado en ese planeta hostil. Con escasos suministros, Watney deberá recurrir a su ingenio, humor y espíritu de supervivencia para subsistir y encontrar una forma de comunicar a la Tierra que sigue vivo. A millones de kilómetros, la NASA y un equipo internacional de científicos trabajan sin descanso para traer al “marciano” de vuelta, al mismo tiempo que sus compañeros de tripulación planean una temeraria, si no imposible, misión de rescate. Mientras todos estos acontecimientos se desarrollan, el mundo entero se une para pedir que Watney regrese sano y salvo.
Comentario

“La inteligencia es la capacidad de adaptarse a situaciones nuevas”.

Nos atraen lo exótico, lo desconocido; nos atrae los mundos sin explorar. No es de extrañar que lancemos nuestras naves al espacio con el fin de descubrir que hay más allá de nuestra órbita ya que nuestro planeta parece que se ha quedado pequeño para esta empresa y la conquista del espacio es uno de los sueños más ambiciosos y apasionados del hombre.

Son numerosas las películas que han abordado la conquista del planeta rojo (al final de este artículo podéis encontrar un enlace con las diez cintas más significativas). Últimamente hemos vistos otras dos que aunque no tienen a Marte como destino sí que tienen el espacio como protagonistas. Son la magnífica Gravity (Alfonso Cuarón, 2013) y la muy atractiva Interstellar (Christopher Nolan, 2014) que vinieron a demostrar el gran interés del público por el género de la ciencia-ficción.

THE MARTIAN

También son muchas las que abordan el tema de afrontar el reto de superar la adversidad solo en un medio hostil. Desde el personaje mítico de Robinson Crusoe de Daniel Defoe (1719) son muchos los que han soñado con estar en medio de una isla desierta. Una revisión moderna de Robinson lo constituye la película Náufragos (Robert Zemeckis, 2000). Otra película que se puede tomar como un antecedente es Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998) por la épica que supone ir al rescate de una persona poniendo en riesgo el pelotón.

A diferencia de otras propuestas, la aventura que nos plantea Ridley Scott en The Martian (Marte) en esta cinta no la sitúa en un futuro inmediato (como sucede por ejemplo en su Blade Runner, 1982). No se habla de fechas, por lo tanto estamos ante un momento contemporáneo, por eso no hay grandes naves futuristas o poderosos vehículos espaciales sobre la superficie marciana e incluso se tiene que echar mano de la sempiterna cinta americana para solucionar dos problemas cotidianos como son la ruptura de la escafandra y el cierre del módulo mediante un plástico y el sellado de la cinta (que bien podrían haberle echado algo más de imaginación y mostrar un producto revolucionario). Pero no, la misión espacial está hecha con los adelantos de hoy día. Incluso para ahondar en esta sensación del aquí y ahora, los temas musicales que escucha en su soledad Mark Watney (Matt Damon) son muy reconocibles. Son música discotequera de los años 70/80 que con un ritmo vibrante subrayan ese punto de comicidad con que el bueno de Mark se toma su «misión imposible».

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En el fondo la historia que nos cuenta Ridley Scott en Marte es muy sencilla. Cuando están a punto de terminar su misión en el planeta rojo, el equipo capitaneado por Melissa Lewis (Jessica Chastain) se ven azotados por una fuerte tormenta que pone en peligro su regreso. El astronauta Mark Watney sufre la embestida de una antena que ha salido volando. Ante la falta de visibilidad, la falta de respuesta del astronauta y el peligro de que la nave se derrumbe, Lewis decide despegar dejando a su compañero allí. Pero resulta que la fortuna se alió con Watney y ha sobrevivido siendo el único habitante del planeta. Con sus conocimientos de botánico y su buen humor emprende las tareas para sobrevivir ante un posible rescate por parte de la NASA. No lo tiene nada fácil. Marte no es un planeta acogedor con su temperatura que oscila entre los 153ºC y los 22ºC en un día de verano, con un aire compuesto con un 95% de dióxido de carbono. El suelo no tiene los nutrientes necesarios para que pueda cultivarse y el agua existe pero solo en forma de hielo. Un planteamiento muy sencillo pero de complejo montaje técnico con un fuerte componente emocional. El desarrollo de la historia, el cómo va solucionando los problemas Watney es narrado por medio de una especie de diario con imágenes. Por medio de pequeños vídeos, de las múltiples cámaras que tiene a su alrededor, va contando lo que hace con mucho humor, una máscara que trata de ocultar el tremendo pavor que hay detrás. Detrás de todo está la inminente muerte si todo se va al carajo. O te echas a llorar o te pones a trabajar.

Además de las cuestiones técnicas de las que Ridley Scott ha dado buena muestras de ellas (su última película Exodus, dioses y reyes, se «salvó» gracias a eso), aquí el peso de la cinta tenía que recaer durante buena parte del metraje en un actor: En este caso se trata de Matt Damon. Damon encarna a un personaje bonachón, que ama su trabajo y, prácticamente ha dado su vida por él. No tiene más familia que sus padres, sin esposa, sin hijos, parece que la soledad es su patria y en ella se desenvuelve a las mil maravillas. Solo así es posible que puedas acometer la empresa de estar cerca de 500 días en completa soledad. Simpático y con un fortaleza a pruebas de explosiones y demás imprevistos gravitacionales. Los retos a los que se tiene que afrontar no son inalcanzables, son con una base científica, de andar por casa, pero realizables. Eso sí, empleando mucho ingenio e imaginación. Incluso recurriendo a la cinta americana como antes he dicho. Ahí radica su esperanza mientras en la Tierra tratan por todos los medios de hacer posible lo imposible y de acortar los tiempos para poder rescatar al Robinson Crusoe espacial.

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El resto de su equipo lo componen unas caras bastante conocidas. La capitana es Jessica Chastain que tiene una carrera imparable y que, curiosamente, ya trabajó en Interstellar, aunque su papel se centraba más en la Tierra que en el espacio. Kate Mara tras su paso por la serie Hous of Cards tiene todo un futuro por delante. Michael Peña, un secundario también muy polifacético y brillante en la mayoría de las ocasiones, aunque para mí siempre será aquel padre que le contaba a su hija el cuento de la capa mágica que protegía de las balas en Crash (Paul Hagis, 2004). Junto a ellos «el personal de Tierra» con el propio director de la NASA a la cabeza (Jeff Daniels). Todos ellos «galácticos», convincentes, aunque con poquito papel (nos quedamos con ganas de más) ya que la aventura está centrada en ver como se desenvuelve nuestro Mac Gyver espacial.

El apartado técnico es sobresaliente con una muy cuidada reconstrucción del planeta Marte, así como la nave espacial Hermes o los diferentes módulos o vehículos espaciales. El arranque del film es poderoso, adictivo. Engancha. Nos mete de lleno en la historia, postergando la presentación de los personajes. Las cuestiones técnicas las explican de forma sencilla (magnífica escena de un joven explicando al jefe de la NASA como llevar a cabo la misión con uno par de bolígrafos). Todo ello imprime a la cinta un carácter muy realista, sin grandes efectos especiales. El montaje de la cinta es preciso y proporciona una fluidez necesaria para mantener al espectador atento durante los 144 minutos que dura la película. Buena parte de esto se debe a la adaptación que Drew Goddard (Perdidos) ha hecho de la novela de Andy Weir. Una novela que ofreció como descarga gratuita para posteriormente ofrecerla en Amazon y constituir toda una revelación, aunando la ciencia, con ciencia-ficción, aventura y un tono humorístico, sin olvidarnos de la carga dramática. La cuidada fotografía de Dariusz Wolski consigue una ambientación perfecta. La tormenta inicial y el desierto jordano le tienen que haber planteado un sinfín de dificultades que supera con nota, ofreciendo unas idílicas imágenes como nunca antes de la recreación del planeta rojo.

Para los más curiosos, las principales escenas que incluyen el habitáculo y el lugar de despegue de la aeronave, y la secuencia de la gigantesca tormenta, se rodaron en los estudios Korda de Budapest. Las escenas panorámicas del paisaje marciano, se rodaron en escenarios naturales como Wadi Rum de Jordania, conocido también como el Valle de la Luna. Se trata de un valle desértico situado en una región montañosa en el sur de Jordania.

Buena banda sonora a de la mano de Harry Gregson Williams (Las crónicas de Narnia), uno de los compositores cotizados de Hollywood. Está salpicada de una serie de temas discotequeros, odiados por el astronauta, pero que le ayudan en el tono humorístico. El espectador también se ve beneficiado; suenan lo justo para reconocerlos, evitando que nos escapemos de ese claustrofóbico ambiente.

Marte constituye una magnífica película de entretenimiento. Sabe aunar la simple aventura de un hombre abandonado a su suerte con la tarea de emprender un rescate imposible. Un rescate en el que se implican emocionalmente todo el mundo y, técnicamente, naciones tradicionalmente enemigas, pero que para ese momento no dudan en dejar sus diferencias a un lado (muy patriotero y del gusto americano y también promocional de la NASA). Si es que alguna vez ha existido… ¿Dónde ha quedado esa generosidad? ¿Por qué arriesgamos la vida de cinco hombres –y los resultados de una misión titánica de años de inversión- por acudir al rescate de un hombre que casi está desahuciado? ¿Por qué? ¿Y por qué no tenemos esa misma generosidad, desprendimiento, y grado de humanidad para con aquellos que perecen en las orillas de nuestros mares tratando únicamente de escapar de un infierno? Marte lo que pone en claro es que el hombre tiene un fuerte instinto de supervivencia y siempre buscará sobrevivir. A pesar de su soledad, luchará contra las fuerzas de la naturaleza y someterlas creando un mundo habitable donde antes solo había hostilidad, gracias a la técnica y a la cultura, como lo ha hecho durante toda la Humanidad. Ridley Scott nos ofrece una película que es puro entreteniendo pero con alma, vitalista, llena de optimismo, que resulta hasta divertida y que técnicamente resulta impecable ofreciendo unas imágenes evocadoras de un mundo lejano por conquistar. Lo que siempre ha soñado todo aventurero.

Os dejo un par de enlaces que considero interesantes:

Diez películas a la conquista de Marte

Aciertos y errores de The Martian

Y un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus

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