Crítica serie de TV – El puente

Series en tiempos de coronavirus

El Puente

            Cuatro temporadas, cuatro historias, cuatro temas que se multiplican en una miríada de detalles sobre la soledad, la dignidad y el deber cumplido por dos investigadores (tres, porque en la tercera el protagonista del lado danés deja la serie, dice que, por el desarrollo de su personaje, aunque fue por dinero, pensó que era una estrella): uno del lado danés y otro del sueco, porque todo pasa en el puente de Öresund, ése que une, junto a un túnel, Malmo, en el país escandinavo, con Copenhague, en la isla de Selandia. Así que todo está en esos veintiocho largos kilómetros.

            La primera temporada compete a ambas jurisdicciones porque hay un cuerpo cortado en dos y una parte está en el lado sueco y la otra en el danés. Es el de una política de Estocolmo.

            La segunda es un barco a la deriva y sin tripulación bajo el puente. Bastante mejor resuelta que la primera y quitándose de esa rémora mezquina de que todo debe resolverse a la manera de la novela negra sueca de moda. Y todo retumba a Stieg Larsson, cosa que le restó frescura. Pero en esta segunda el universo, inmensamente más rico y cultivado de Henning Mankel hace unos guiones más complejos y cuidados en la psique de sus protagonistas, otorgando un perfil que parecía más periodístico que literario, como ocurría en la primera. Aquí el yo profundo de la investigadora sueca nos conduce a preguntarnos como su camino ha terminado en una comisaría de Malmo. Mientras que emerge la oscuridad del investigador de la Bahía de Mercaderes (traducción bastante fiel del nombre de la capital de Dinamarca).

            En la tercera buscan la complicidad de los espectadores, cosa bastante inteligente para no perder audiencia, dado que el cincuenta por ciento de la pareja, el isleño, ha desaparecido y la justificación es que ha sido condenado a diez años de cárcel por algo que quedaba apuntado en el último capítulo de la temporada anterior.

            Y todo acontece tras la muerte de la primera mujer que luchó contra el sexismo en la escuela creando una guardería para niños y niñas en Dinamarca. Todo se ve enrevesado con la muerte de la madre de la policía sueca y la aparición de la trastienda del nuevo policía con sus dos hijas asesinadas seis años atrás. Volvemos a las estructuras periodísticas de Larsson, con todo el error que eso suele suponer, porque los periodistas suelen ser malos escritores a más de mil palabras (con honrosísimas excepciones, como la de García Márquez, por ejemplo).  Pero aquello, mal que bien, funcionó. Y eso suponía que habría una cuarta temporada. Y para aderezarla concluye con ambos protagonistas buscando a las hijas del danés e investigando a la sueca por el asesinato de su madre.

Y la propuesta final del puente ahora está en una especie de juego macabro y mortal, como el que nos ofrece David Fincher en su ópera prima, Seven. Aquí los pecados capitales son sustituidos por aplicaciones de penas de muerte, desde la lapidación, que es la primera, pasando por el ahorcamiento y, así, hasta cualquiera de los repugnantes métodos de matar que los códigos penales de tantísimos países ofrecen prefiriendo la venganza a la justicia e igualándose por abajo con los asesinos. Bien mezcladas las cartas para un juego de naipes y muerte donde se busca que nadie se acuerde del protagonista danés anterior. Salvó los muebles con dignidad, aunque dejó demasiadas preguntas en el aire.

Pero es que, en esta cuarta, y última temporada, se ven demasiadas dudas de por dónde seguir, y con un peso demasiado fuerte de la productora en los guiones, cosa que, habitualmente, les resta frescura para convertirlos en una fábrica de tópicos para que aquello dé dinero. Y, aquí, pasó eso, que de tanto buscar dinero mataron la gallina de los huevos de oro.

Por qué recomendarla. Porque la idealización de la sociedad del norte de Europa que siempre hemos hecho nos muestra que es una mera conjetura, como que los ingleses sean todos unos caballeros, los franceses unos gourmets o las sicilianas tengan bigote. Y eso le otorga una gran frescura y un capítulo llama a otro sin provocar cansancio, al menos en las dos primeras temporadas. La tercera es menos llevadera y la cuarta, ya lo hemos dicho, está sobrada de clichés, pero se deja ver. Bastante más que éxitos de la televisión española que batieron registros de audiencia, pero es que ya lo dijo Fraga cuando era ministro de Información y Turismo (y nos pusieron los subtítulos para entenderle): Spain is different.

Y es tan diferente que no ha sido cesado nadie por el tema de los test que no sirven. Con un ministro que no se sonroja ante nada después de hacer el ridículo en cada rueda de prensa con sus explicaciones para fronterizos. Ni nos da vergüenza que el supuesto jefe de la oposición sólo aporte el tema de las banderas a media asta (supongo que lo habrá aprendido en Harvard, perdón, en Aravaca). O que la ministra infectada se escude con excusas para imbéciles por ir a una manifestación vergonzante, no por su motivo sino por su inoportunidad, tanto como los partidos deportivos, las misas o el penosísimo espectáculo de ese partido enemigo de la humanidad en Vistalegre; y la nueva jefa del Agente Naranja, incapaz de argumentar absolutamente nada salvo lo escrito por vete tú a saber quién desde la tribuna. Y ya no hablaré de las larvas de la miseria que denominamos con el eufemismo de nacionalistas, aunque sólo son una cuadrilla de paletos que siguen pensando en un concepto: el terruño, cuando esta pandemia ya ha demostrado que no conoce de ricos y pobres, altos y bajos o de un pasaporte u otro.

Disfruten de El Puente, y no es ningún chiste de mal gusto.

Ficha

Título original: Bron/Broen (The Bridge) (TV Series)

Año: 2011

Duración: 57 min.

País: Suecia

Dirección: Hans Rosenfeldt (Creator), Henrik Georgsson, Morten Arnfred, Charlotte Sieling, Kathrine Windfeld, Lisa Siwe

Guion: Camilla Ahlgren, Måns Mårlind, Hans Rosenfeldt, Nikolaj Scherfig, Björn Stein

Música: Patrik Andrén, Uno Helmersson, Johan Söderqvist

Fotografía: Jorgen Johansson, Olof Johnson, Ari Willey

Reparto: Sofia Helin, Kim Bodnia, Thure Lindhardt, Dag Malmberg, Puk Scharbau, Emil Birk Hartmann, Rafael Pettersson, Anette Lindbäck, Said Legue, Sarah Boberg, Christian Hillborg, Magnus Krepper, Kristian Lima de Faria, Maria Sundbom

Productora: Coproducción Suecia-Dinamarca; Filmlance International AB / Nimbus Film Productions / SVT / ZDF / Radio (DR) / Norsk Rikskringkasting / ZDF Enterprises / Film I Väst

Género: Serie de TV. Thriller. Intriga. Drama | Crimen. Asesinos en serie. Policíaco

Sinopsis

    Serie de TV (2011-2018). 4 temporadas. Saga y Martin son dos policías de Suecia y Dinamarca, respectivamente, que cruzarán sus caminos por un crimen cometido en el puente que une ambos países, justo en la frontera. Ambos comenzarán una investigación que les llevará a intentar dar caza a un misterioso psicópata desconocido que pretende mostrarle a la sociedad los mayores problemas que sufren sus ciudadanos.

Os dejamos un tráiler:

Carlos Ibañez – Pilar Cañibano

Revista Atticus