Crítica película El blues de Beale Street

Crítica película El blues de Beale Street

La mirada, a través del cristal, de Barry Jenkins

Ficha

Título original: If Beale Street Could Talk

Título en español: El blues de Beale Street

Dirección: Barry Jenkins

Reparto: KiKi Layne, Stephan James, Regina King, Diego Luna, Pedro Pascal, Teyonah Parris, Colman Domingo, Brian Tyree Henry, Ed Skrein, Michael Beach, Emily Rios, Finn Wittrock, Dave Franco, Aunjanue Ellis, Faith Logan

Año: 2018

Duración: 119 min.

País: Estados Unidos Estados Unidos

Guion: Barry Jenkins (Novela: James Baldwin)

Música: Nicholas Britell

Fotografía: James Laxton

Productora: Annapurna Pictures / Pastel / Plan B Entertainment

Género: omance. Drama | Años 70

 

Sinopsis

Tish (KiKi Layne) es una joven de Harlem que se ve obligada a luchar contra reloj para probar la inocencia de su novio Fonny (Stephan James), del que lleva un hijo en su interior. Basada en la novela de James Baldwin, El blues de Beale Sreet es una celebración del amor incondicional a través de la historia de una joven pareja, sus familias y sus vidas, tratando de llevar a cabo justicia sin más armas que el amor y la promesa del sueño americano.

KiKi Layne as Tish and Stephan James as Fonny star in Barry Jenkins’ IF BEALE STREET COULD TALK, an Annapurna Pictures release.

Comentario

“Esta novela habla de la imposibilidad y la posibilidad, la absoluta necesidad de dar expresión a este legado. Beale Street es ruidosa. Es tarea del lector discernir un significado entre el ruido de tambores”.

If Beale Street Could Talk (Si Beale Street pudiera hablar)

James Baldwin (1924-1987)

 

Barry Jenkins es uno de los directores más destacados de Hollywood. Tiene una estética cinematográfica propia. Debutó con Medicina para la melancolía y, en 2016 se alzó con el Oscar a la Mejor película con Moonlight. Un galardón que dejó a todos boquiabiertos no ya por la propia sorpresa de arrebatárselo a la gran favorita La La Land (Damien Chazelle, 2016), sino por cómo sucedió la lectura del palmarés con la confusión del sobre incluido. Había levantado mucha expectación cuál sería la nueva entrega del joven realizador. El Blues de Beale Street se basa en la novela de James Baldwin y vuelve a centrar la historia en los problemas y las consecuencias de la segregación racial que ha vivido y vive la sociedad norteamericana.

Alonzo «Fonny» Hunt (Stephan James) es acusado, con pruebas dudosas y un testimonio policial más que cuestionado, de la violación de una joven blanca. Clementine «Tish» Rivers (Kiki Layne) junto con su familia, principalmente de la mano de su madre Sharon Rivers (Regina King), tratará de limpiar la reputación del que va a ser padre de su hijo, Fonny. Una tarea nada fácil en una sociedad marcada por la falta de derechos de la gente de color. Una voz en off (la de Tish) nos va adentrando en la historia, desde que eran vecinos siendo críos, hasta el inicio del romance e, incluso, hasta las pesquisas de la madre para reparar el honor de Fonny. Es una narración en primera persona para advertirnos esto que os cuento no es un historia, sino que es lo que me ha pasado a mí.

(l to r.) Teyonah Parris as Ernestine, KiKi Layne as Tish, and Regina King as Sharon star in Barry Jenkins’ IF BEALE STREET COULD TALK, an Annapurna Pictures release.

Blues Bale Street hace referencia a una de las calles más musicales del universo. Situada en Memphis (Tennesseee), cuna del Jazz y de Louis Armstrong, patrimonio de la Humanidad. Pero que nadie vaya engañado a ver la película, la acción transcurre en un deprimido Harlem neoyorquino de los convulsos años setenta. Eso sí, el peso que tiene la música es muy considerable (aunque se me quedó un poco corta tras los grandes «conciertos de Ha nacido una estrella y Bohemian Rhapsody).

KiKi Layne as Tish and Colman Domingo as Joseph star in Barry Jenkins’ IF BEALE STREET COULD TALK, an Annapurna Pictures release.

Los actores que intervienen son apenas conocidos, pero muestras una gran solvencia ante las cámaras.  Son actores casi exclusivamente afroamericanos (Diego Luna es una rara excepción).

Todo está cuidado al detalle, hasta el mínimo detalle. Desde la ambientación, con esos estampados en la decoración de las casas; el vestuario con las ropas de colores llamativos; los personajes con una trabajada ralentización en todos los movimientos, contenidos, con las penetrantes meradas a cámara, todo a favor de la pretendía poesía visual, síntesis del cine de Jenkins. Hay un soberbio uso de los códigos cinematográficos como esa lluvia permanente, el paseo de los protagonistas bajo el paragua rojo, primerísimos planos, ralentización de los tiempos, el manejo del silencio…

Todo muy comedido, como he dicho antes, pero realmente cuando a mí más me gusta la película es cuando el lado visceral estalla. La escena del encuentro de los padres del novio Fonny y los de Tish para anunciar la llegada a la familia del retoño es de lo mejorcito. Lo que se dicen cada uno a modo de reproches con sus réplicas llenas de ingenio y de mala baba no tiene desperdicio (ahora que lo políticamente correcto impone tanta censura).

Regina King stars as Sharon in Barry Jenkins’ IF BEALE STREET COULD TALK, an Annapurna Pictures release.

Es una película que tiene una gran carga simbólica y que no a todo el mundo gusta. La historia es muy sencilla y lamentablemente frecuente: la acusación no motivada de un negro que agrede a una blanca (no hay que olvidarnos de que este mismo argumento se trató en nuestra emblemática Matar a un ruiseñor). Y a partir de ahí hay todo un mundo creado por uno de los más comprometidos cineastas actuales. Solo es apta para aquellas que se dejan seducir por una cuidada puesta en escena y que están dispuestos a imbuirse en la historia admitiendo como ingredientes, los largos silencios, y las demoras expositivas. Pero eso sí, todo lleno de ternura y belleza.

 

Sales del cine con la cabeza repleta de imágenes de cuidada estética. Un peliculón donde todos los aspectos técnicos están ejecutados con mimo: fotografía (exquisita), música (se oye, pero no se ve) y el montaje minucioso y cuidado. Poco te importa que haya personajes que han desaparecido dejándote huérfano (la suegra auténtico talibán o su fina y recatada hija, por favor, más protagonismo para ellas); poco importa que te venga a la mente algunos calificativos de otros críticos (aburrida, pretenciosa). Cuando sales del cine sabes que has visto algo grande, que necesita de una reposada digestión. En el fondo es una denuncia del abuso policial y de que no es lo mismo nacer negro o blanco. Cine comprometido, necesario y lleno de arte (como máxima expresión cultural).

Nunca desearé a nadie ver a la persona que amas a través de un cristal.

Clementine «Tish» Rivers

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus