Exposición «Activistas por la vida» del fotoperiodista Gervasio Sánchez en Burgos

La exposición «Activistas por la vida» está organizada por la ONG Entrepueblos

Desde el pasado 16 de marzo y hasta el 16 de abril de 2023 se puede ver la exposición «Activistas por la vida» con fotografías y texto del fotoperiodista Gervasio Sánchez en la Sala del Teatro principal de Burgos (Paseo del Espolón s/n). Organizada por la asociación de solidaridad internacional Entrepueblos con el apoyo del Ayuntamiento de Burgos.

La exposición versa sobre activistas de derechos humanos y ambientales amenazados de muerte en Centroamérica. En ella se recoge el testimonio de 40 activistas de Honduras y Guatemala que luchan por la defensa de la naturaleza y de los derechos humanos.

A través de fotografías, textos y videoentrevistas, la muestra explica la historia de hombres y mujeres que viven amenazados de muerte por la defensa que hacen de su territorio y la Naturaleza, de los derechos de las mujeres y de las libertades ciudadanas. Esta defensa entra en conflicto con los intereses de grandes empresas o grupos transnacionales que operan con impunidad para la extracción de los recursos naturales y las materias primas -sobre todo de minería, hidroeléctricas y de monocultivos- en Honduras y Guatemala, dos de los países más violentos del mundo.

Además de la exposición, el proyecto “Activistas por la vida”, una herramienta de Entrepueblos en su tarea de apoyo a las organizaciones defensoras de derechos humanos, ambientales, feministas e indígenas en la América Latina, despliega una serie de formatos audiovisuales y didácticos: https://activistasporlavida.org recoge todos los testigos -voz y foto- de la exposición de Gervasio Sánchez, aportando información extra del contexto con el objetivo de visibilizar la criminalización que sufren los activistas en su territorio. Además, incluye un aula virtual con material pedagógico gratuito para el alumnado de Secundaria y una propuesta de visitas guiadas con metodología participativa.

Entrepueblos y la editorial Blume han publicado Activistas por la vida en una doble edición en castellano y catalán de 148 páginas, que recoge todos los testimonios de la exposición.

Gervasio Sánchez (1959), con su cámara frente al rostro, tienen una trayectoria incuestionable. Desde que comenzó a estudiar se desplazó a lugares donde el denominador común era el conflicto armado. Comenzó en Turquía, una semana después del golpe de Estado, en 1981 viajó a la antigua Yugoslavia, en 1982 a Israel y Egipto, en 1983 a Argelia y Túnez y en 1984, a Centroamérica. En su trayectoria profesional ha cubierto los conflictos armados de países como Argentina, Perú, Chile, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Colombia en el continente americano. Como el mismo reconoce uno de los lugares que más le impactaron fue el de la antigua Yugoeslavia, la guerra de los Balcanes, por considerarla la más parecida a nuestra Guerra Civil.

En mi imaginario, siempre que se alude a Gervasio Sánchez, me viene a la mente las imágenes de jóvenes de todo tipo y condición mutilados por las minas antipersonas. Esas vidas destrozadas captadas con la óptica del cordobés han estado (y siguen estando) muy presentes en el ADN de Revista Attiucs. Junto a esas imágenes también hay un texto. Ese texto no es otro que el que pronunció ante las autoridades a la hora de recoger el Premio de Periodismo Ortega y Gasset, modalidad gráfica, 2009. Comenzaba diciendo que él también tenía un sueño (en clara alusión al discurso histórico que pronunció Martin Luther King en Washington). El sueño de Gervasio era el de que, por fin, un presidente español tuviera las agallas suficientes como para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país en exportador de la muerte. Imágenes y palabras de denuncia. He ahí un hombre valiente. Por esa razón siempre he tenido a este periodista muy cerca del ideal que uno, a la hora de publicar algo, debe de tener muy presente. No es extraño, por tanto, que quisiera conocerle. Hice algún intento cuando allá por 2015 presentó una exposición en León, en el MUSAC, con el título de Desaparecidos (otro tema constante es su obra que viene desarrollando en varias fases y a lo largo de decenas de años y que nos tiene preparada una sorpresa para dentro un tiempo). Es ahora, gracias a Entrepueblos con el que vengo colaborando en los últimos años como editor de Revista Atticus, y gracias a la mano amiga de Manuel Espinilla que me han brindado la oportunidad de conocer a la persona que hay más allá del fotoperiodista Gervasio Sánchez. Cuando tuve ante mí un buen número de fotos que engrosan la exposición «Activistas por la vida» sentí cierta decepción. Tenía la idea de publicar un buen reportaje de la misma en el próximo número. Damos mucha importancia a la imagen y quería publicar a toda página esas fotos de dolor de esas personas que sufren en sus carnes la ignominia de la guerra. Esas fotos constituyen una potente denuncia por la fuerza de sus imágenes. Causan horror y eso parece que nos toca más la fibra sensible. Las fotos de Activistas… son corrientes, con gente normal, sin grandes espacios naturales. En apariencia, no hay nada en ellas que las hagan maravillosas y que las conviertan en candidatas al Word Press Photo. Pero… ¡ay amigo! Cuando lees la cartela, cuando accedes al pie de foto y te enteras de lo que hay detrás de cada una de esas personas, piensas que no puedes dejar escapar la oportunidad de dar a conocer lo que sucede en estas tierras. Aunque no seas un ecologista en acción, simplemente como habitante de este planeta nuestro, la Tierra, debes hacer algo. Creo que es mi contribución (mínima) a difundir los horrores que allí se están produciendo. En definitiva, los ecocidios constantes, esa destrucción del medio ambiente de forma intencionada. Desde tiempos del colonialismo, los diferentes actores siempre han tenido la finalidad de la apropiación de las materias primas que cada región ofrecía. Ahora el modelo de extractivismo acaba requiriendo modelos políticos coercitivos y autoritarios que eliminen las trabas a su desarrollo, y a las instituciones y leyes que regulan la protección de la naturaleza. Escuchar, atónito, contar a Gervasio, con nombres, apellidos y fechas, las historias del cerca de medio centenar de protagonistas de esta exposición, se te revuelve el corazón. Gervasio Sánchez sabe captar nuestra atención con su oratoria, se desenvuelve con soltura y su entusiasmo es contagioso, delante de sus instantáneas. Ellas también nos atrapan y nos sobrecogen en cuanto las prestamos una mínima atención. Gracias Gervasio, gracias Entrepueblos y gracias al Ayuntamiento de Burgos por prestar atención a estas cuestiones tan vitales.

ROSALINA DOMÍNGUEZ

Rosalina Domínguez (Río Blanco, Cortés, Honduras)

“No entienden que no sentimos amor por el dinero”

Nació el 23 de septiembre de 1970 en Río Blanco (departamento de Cortés). Tiene once hijos (ocho mujeres y tres varones), de entre 31 y 2 años. Esta indígena lenca es tesorera del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).

“El río Gualcarque iba a ser utilizado para construir una represa y una hidroeléctrica por parte de la empresa DESA (Desarrollo Energético, S.A.). Se paralizó tras el asesinato de Berta Cáceres en marzo de 2016. En el juicio se acusó al Estado de concesión ilegal. Desde el principio del proyecto, en 2006, empezaron las amenazas y el hostigamiento contra los indígenas.

El 15 de julio de 2013 fue asesinado Tomás García, auxiliar de la comunidad y miembro del COPINH. La empresa le había ofrecido 20 000 lempiras (unos 740 euros) y él se negó a aceptarlas. Un mes después, un militar en activo lo asesinó e hirió a su hijo. Consideran que, si cortan las cabezas de los responsables, podrán seguir con los proyectos.

No he sido amenazada directamente, pero personas desconocidas han indagado sobre mí y cerca de mi casa se han apostado personas enmascaradas. No entienden que no sentimos amor por el dinero. Lo que queremos es mantener puros nuestro valle y río para pescar y bañarnos. Vivimos de cultivar la tierra (frijoles, maíz y café) y de la tiendecita. Nuestro único apoyo es la comunidad. Hemos botado el miedo de nuestras vidas y mantenemos la energía para seguir luchando.”

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus