Crítica película Los Fabelman de Steven Spielberg

Crítica Los Fabelman de Steven Spielberg por Luisjo Cuadrado

Ficha

Título original: The Fabelmans

Año: 2022

Duración: 151 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Steven Spielberg

Guion: Tony Kushner, Steven Spielberg

Música: John Williams

Fotografía: Janusz Kaminski

Reparto: Michelle Williams, Paul Dano, Gabriel LaBelle, Seth Rogen, Judd Hirsch, Mateo Zoryon Francis-DeFord, Julia Butters, Jeannie Berlin, Oakes Fegley, David Lynch,

Compañías: Amblin Partners, Universal Pictures, Amblin Entertainment. Distribuidora: Universal Pictures

Género: Drama | Biográfico. Familia. Infancia. Adolescencia. Cine dentro del cine. Años 50. Años 60

Sinopsis

    Film semiautobiográfico de la propia infancia y juventud de Spielberg. Ambientada a finales de la década de 1950 y principios de los años 60, un niño de Arizona llamado Sammy Fabelman, influido por su excéntrica madre, artista (Michelle Williams), y su pragmático padre, ingeniero informático (Paul Dano), descubre un secreto familiar devastador y explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a contar historias y a forjar su propia identidad.

Comentario

Desde casi la cuna, Sammy Fabelman (Gabriel Labelle) siente pasión por las imágenes y cómo poder captarlas. Animado por su madre Mitzi (Michelle Williams), en quien ha encontrado un importante cómplice, no dejará de experimentar en busca de captar esa imagen en movimiento. Mientras que su padre, Burt (Paul Dano) deja al chico hacer pensando que solo es un pasatiempo hasta que de entre en la universidad donde encontrará su verdadera vocación. Su padre es un prestigioso científico, junto con su esposa y sus hijos forman una familia típica norteamericana de los años 50/70. También hay que añadir «al tío», Bennie Loewy, el mejor amigo de Burt, que no deja de ir y venir por la residencia familiar.

Los Fabelman es un retrato intimista sobre la infancia de un muchacho estadounidense que se desarrollas sobre la mitad del siglo XX. Una historia que parece tener muchos elementos en común con la vida de Steven Spielberg, un joven que persigue sus sueños mientras asistimos a cómo esta afición afecta a la familia y cómo se desenvuelven los miembros de la misma alrededor de este amor por el cine. Sammy se convertirá en verdadero reportero de los acontecimientos familiares a lo largo de su vida. Es el que está presente, con su cámara en mano. en todos los eventos familiares. Pero cuando se tienen que mudar a otra ciudad por el trabajo de su padre, Sammy descubrirá, a través de estas filmaciones, un secreto de familia que afectará a su núcleo. 

Steven Spielberg (1946), estadounidense, está considerado como uno de los directores del Nuevo Hollywood. Su carrera se extiende a lo largo de cinco décadas y en ellas ha tratado temas y géneros de diversa índole. Una de sus primeras películas fue la sorprendente El diablo sobre ruedas (1971) y luego ya vinieron sus exitosos filmes como Tiburón (1975) o E.T. el extraterrestre (1982). Años después popularizo el cine de entretenimiento con la saga de Indiana Jones. Pero también afrontó temáticas más sensibles como el Holocausto, el comercio de esclavos, los derechos civiles y políticos, la guerra y el terrorismo con propuestas como La lista de Schindler (1993), El color púrpura (1985), El imperio del sol (1987), Amistad (1997), Salvar al soldado Ryan (1998), Múnich (2005), Lincoln (2012) o El puente de los espías (2015). Después de regalarnos West Side Story (2021), su primer musical, Spielberg vuelve con otro tipo de fábula sobre muchachos viviendo su infancia en Estados Unidos a mitad del siglo pasado y luchando por encontrar su lugar en el mundo; una historia de madurez basada en su propia experiencia que cuenta cómo comenzó su andadura como cineasta.

Está claro que Los Fabelman es un retrato del propio artista, pero también es un homenaje a sus padres con gratitud por sus virtudes y disculpando sus fragilidades. Todo ello tratado de una forma humanística habitual en sus películas cuyo conjunto es una de las filmografías más interesantes de los últimos años. Spielberg nos demuestra en esta cinta que su visión del mundo es a través de la óptica de su cámara y del acto de crear imágenes. Una película que nos pone en la estela de otras que entroncan con ese incipiente amor por el cine desde la infancia y por las relaciones familiares con tintes dramáticos como sucedió recientemente en la gran propuesta Belfast de Kenneth Branagh.

En ese homenaje al cine que supone Los Fabelman, hay un momento muy crítico que el director, sabiamente, hace coincidir en la pantalla. Se trata de una crisis personal del propio Sammy, al descubrir ese secreto familiar con la propia industria de Hollywood, donde a partir de los años setenta se producen películas más crudas, naturalistas y sensacionales. Esa obsesión por experimentar emociones evoluciona a una conciencia más compleja. Es la constatación de que las películas pueden ser un mero entretenimiento, pero también pueden saber iluminar, saber manipular, mitificar y hasta demonizar. Aquellas imágenes de un choque de tren real resultaron obsesivas al tratar de representarlo a menor escala y saber captar ese momento y darse cuenta que también el cine puede devastar a las personas.

También forma parte de ese homenaje una secuencia deliciosa en los inicios de Sammy como cineasta. Siendo apenas un chaval y embarcando a sus amigos en el rodaje de un western quiere lograr una mayor verosimilitud. Al observar como el tacón de aguja del zapato de su madre había perforado accidentalmente la partitura que se había caído al suelo, se las ingenió para perforar el celuloide con una fina aguja y así conseguir un auténtico fogonazo de luz que simulaba a la perfección el estallido de la pólvora. Brillante.  

Destacan en la gran pantalla Paul Dano (al que en Revista Atticus ya le hemos dedicado un artículo del visionario Carlos Ibañez quien ha augurado un excelente futuro para el actor, director). Han dejado de darle papeles de jovencitos o adolescentes con problemas, para encarar personajes de más enjundia (son olvidarnos que sabe dirigir como demostró con Wildlife, 2018). A su lado brilla Michelle Williams como una atribulada esposa que esconde un secreto y una madre que acompaña a su hijo en dar forma a sus sueños (hasta le lleva en su coche para que filme un huracán hasta el punto de no retorno) y que tiene una vena artística muy potente. Es muy destacable el papel de secundario de lujo de David Lynch caracterizado con un colérico John Ford. Tiene miga su papel, no solo por la breve e intensa interpretación sino porque nos da una de las claves del cine de Spielberg. El maestro le dice que se debe de fijar donde coloca la cámara para situar el horizonte. El joven dará una vuelta a su visión de cine reflejando el horizonte de una forma mucho más subjetiva, y, por lo tanto, ofreciéndonos una reinterpretación del cine clásico.

Como viene siendo habitual en las propuestas de Spielberg, los apartados técnicos están cuidados al máximo. La música la firma el ganador de cinco Oscar, John Williams; el diseño de vestuario a cargo del ganador de dos Oscar Mark Bridges (El artista, El hilo invisible). El director de fotografía es Janusz Kaminski (La lista de Schindler, Salvar al soldado Ryan) ganador de dos Oscar. Así que no es de extrañar que la nueva película de Spielberg esté nominada a siete Oscar. Otra cosa es que consiga alzarse con alguna estatuilla.

Los Fabelman nos adentra en esa pasión por el cine desde la infancia de un creador al que todos ponemos nombre y apellidos Steven Spielberg. Su amor por el séptimo arte con una película conmovedora y artísticamente brillante de una persona que ha alcanzado ese gran sueño pero que tuvo que pasar momentos muy duros. Hay amor, hay virtuosismo, pero también hay una denuncia por ese terrible gran mal de nuestros días que es el bullying, el acoso escolar. Una persona brillante sometida a ese escarnio, por ser judío, por ser bajito, por ser raro, pero que él supo convertir en arma para la venganza. Qué crueles podemos llegar a ser los humanos cuando nos lo proponemos. Parece mentira que todos pertenezcamos al mismo género. Una entretenida película muy recomendable para pasar un buen rato y para aquellos que disfrutan con los entresijos de este arte y las películas que cuentan cómo se hacen película. Spielberg nos transmite que hay que tener talento pero que también hay que considerar esa fuerza que sale de nuestro interior tan necesaria para que el fruto de nuestros sueños se eleve por encima de nosotros.  

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus