Crítica película Babylon de Damien Chazelle

Crítica Babylon de Damien Chazelle por Luisjo Cuadrado

Ficha

Título original: Babylon

Año: 2022

Dirección: Damien Chazelle

Guion: Damien Chazelle

Reparto: Margot Robbie, Brad Pitt, Diego Calva, Jean Smart, Li Jun Li, Jovan Adepo, Tobey Maguire, Max Minghella, Katherine Waterston, Samara Weaving, Olivia Wilde…

Música: Justin Hurwitz

Fotografía: Linus Sandgren

Duración: 189 min.

País: Estados Unidos

Compañías: Paramount Pictures, Material Pictures, Marc Platt Productions. Distribuidora: Paramount Pictures

Género: Drama. Comedia | Años 20. Años 30. Cine dentro del cine

Sinopsis

Babylon es una original epopeya ambientada en Los Ángeles de los años veinte, protagonizada por Brad Pitt, Margot Robbie y Diego Calva, con un reparto coral que incluye a Jean Smart, Jovan Adepo y Li Jun Li. Esta historia de ambición desmedida y excesos escandalosos sigue el ascenso y la caída de múltiples personajes durante una época de degeneración y depravación desatadas en los albores de Hollywood.

Crítica

“Quería poner bajo el microscopio los inicios de una forma de arte y de una industria, justo en el momento en que ambas estaban aún buscando el punto de equilibrio”

Damien Chazelle

La película en su arranque nos sitúa en Hollywood en 1926, justo cuando la sociedad vive una serie de cambios que se produjeron en los años 20. Eran los locos años 20, los felices años 20. Un periodo que se corresponde con un auge económico como antes no se había experimentado. Un periodo expansivo en cuanto a la economía que hizo que esta fuera creciendo hasta que llego la burbuja especulativa. Tuvo su punto culminante el 24 de octubre de 1929 conocido como el jueves negro y que entre otras cosas culminaría con la Gran Depresión. EE. UU. y, por extensión a Hollywood y su incipiente industria del entretenimiento estaban desbocados. La cultura estadounidense tuvo una gran influencia en estos locos años 20. La música como el jazz, el charleston, o el shimmy, así como el baile de cabaret (surge la figura de Josephine Baker, en 1925, bailando charleston casi desnuda) o el propio cine. En aquellos momentos se vivía el cine mudo en todo su esplendor con la figura emblemática de Charles Chaplin.

Diego Calva plays Manny Torres in Babylon from Paramount Pictures.

Toda la película, Babylon, está montada como la exaltación de un momento clave en la industria cinematográfica y, en definitiva, en la propia historia del cine. Es el que abarca el periodo entre 1927 y 1933. Recoge el traumático tránsito del cine mudo al sonoro. El cine mudo, a finales de los años 20, había alcanzado su punto culminante. En poco más de un cuarto de siglo, había logrado su máxima perfección estética. Habían conseguido grandes logros en cuanto a la técnica con una asombrosa agilidad en la combinación de los planos. Incluso se permitían el lujo de construir metáforas y alegorías con la combinación sabía de los recursos alcanzando una cierta poética.

La llegada del cine sonoro (mejor dicho, la sincronización de imagen y sonido), coincidirá en el tiempo con el famoso «Código de Producción», más conocido como el código Hays (en honor a uno de los líderes del Partido Republicano que lo impulsó), y que venía a imponer una serie de reglas restrictivas de lo que se podía ver y no en la gran pantalla. Se empezó a desarrollar en el año 1930 para aplicarse a partir de 1934. Se abandonó esta práctica… ¡en el año 1967! (luego ya vendría el sistema de clasificación por edades, del cual conocemos un poco más, más que nada por la cercanía). De una manera muy simple, se puede resumir que el código Hays era un sistema de censura por el cual se prohibía en los EE.UU. la exhibición de películas europeas o independientes que violaban el estilo de Hollywood o no representaban el tan cacareado modo de estilo de vida americano. Coincidiendo con todo, la ciudad de Los Ángeles, en esos locos años, dejó de ser una ciudad desértica para convertirse en una megalópolis gracias a la construcción de grandes estudios de grabación.

La radio pujaba fuerte en la sociedad del entretenimiento. Tras varios intentos, por fin, la Warner Bros consigue alcanzar el éxito con el cine sonoro en octubre de 1927 con la película The Jazz Singer (El cantor de jazz) estrenada en Nueva York (hay una magnífica secuencia en la película del director estadounidense que recoge como la gente se levanta de sus asientos extasiada con el film –por aquel entonces cerca de ¡la mitad! de la población acudía al cine el fin de semana-). Esta película incluía secuencias de conversación limitada, pero aquello ya supuso una revolución.

Margot Robbie plays Nellie LaRoy and Diego Calva plays Manny Torres in Babylon from Paramount Pictures.

Hollywood se enfrentó al reto que suponían estos cambios traumáticos. Una película evocadora es Cantando bajo la lluvia (1952), un joven ídolo del cine mudo (Genn Kelly) que cree que lo tiene todo en este mundo: fama, fortuna y éxito, conoce a la actriz emergente Debby Reynolds y entonces se da cuenta de lo que le falta en su vida. Estos nuevos retos conllevaban que la cámara tenía que encerrarse en una especie de cuarto acorazado para evitar que cualquier sonido inoportuno echara al traste la grabación. Este blindaje impide la libertad anterior que existía con el montaje de planos. Todo se tenía que subordinar a la longitud del diálogo. Se tenía la sensación de estar ante un teatro filmado (también lo recoge de forma magistral Chazelle, cuando Nellie tiene que repetir una y otra toma en una de sus primeras películas sonoras).

Pero, vayamos con Babylon. Ese ambiente, de desenfreno, se recoge magistralmente en los primeros minutos de la cinta. El episodio del elefante pone un toque de humor y surrealismo y nos da la magnitud de las alocadas fiestas que los productores de cine organizaban. Que había que llevar un elefante para irrumpir por la pista de baile para la fiesta del magnate cinematográfico Don Wallach… pues se contrataba uno. No había ningún problema. Lo importante era epatar. Chazelle nos transmite el mensaje de que los productores, actores y directores de cine estaban viviendo su época dorada y tenían tanto dinero que no sabiendo qué hacer con él se lo gastaban en bacanales con la famosa trilogía de sexo, drogas y rocanrol. El recorrido de la cámara nos muestra ese frenesí de cuerpos retorcidos en actitudes y conductas aberrantes, libidinosas con una alta carga de perversión. La mayoría de esos tienen que volver al tajo a la mañana siguiente. Eran los años más locos de Hollywood. Era un mundo que desbordaba los límites de la realidad.

Li Jun Li plays Lady Fay Zhu in Babylon from Paramount Pictures.

Los protagonistas de Babylon son Nellie La Roy (un toque chic hasta en su apellido afrancesado) interpretado por una soberbia y exuberante Margot Robbie. Es una aspirante a actriz que llega a la fiesta porque ve en ella una de esas oportunidades para ver si se encuentra con la suerte de bruces (además de talento, a veces tienes que tener un poco de esta). A su lado Manuel Torres, Manny (Diego Calva), un inmigrante mexicano que, gracias al destino que le sitúa en la órbita de la industria cinematográfica, quiere ascender desde bambalinas a lo más alto, primero como ayudante de una estrella de cine mudo como Jack Conrad (Brad Pitt) y, posteriormente, al lado de un ejecutivo de un importante estudio. Luego hay un montón de actores secundarios. Hay tantos que algunos de ellos solo tienen apenas unas líneas de diálogo o un pequeño pero importante papel caso de Olivia Wilde, Li Jun Li, Jovan Adepo o Tobey Maguire. Incardinados para dar sentido a un todo que contiene como varias cintas dentro de una: el rodaje de una película épica en pleno desierto con un sinfín de figurantes (dirigida por un caricaturesco director alemán); el debut de Nellie frente a las cámaras para una película muda; la propia Nellie rodando lo que supone su primera película sonora (lo que antes hacía en un pispas ahora se convierte en un calvario para todo el equipo); y la decadencia del galán Jack Conrad con la puntilla que le da la crítica de cine Elinor St. John.

Reseñar los numerosos actores que trabajan en esta película me llevaría toda una jornada de trabajo. Me centraré en los tres aludidos anteriormente. Margot Robbie: lleva una carrera imparable. No es de extrañar. Esta película pondrá un antes y un después a buen seguro. Espectacular. Bella con cuatro trapitos. Un portento. Parece que su papel está inspirado en una de las estrellas del cine mudo de la época: Clara Bow, arquetipo de las flapper (mujeres que representaban un nuevo estilo de vida: jóvenes, falda corta, sin corsé, corte de pelo característico, amantes del jazz y del baile). Estaba considerada como uno de los rostros más bellos de la época y un sex symbol. Diego Calva, un mexicano que irrumpe con fuerza en la escena (hoy diríamos un latín lover). No sé muy bien el porqué de mantenerle su propia voz (no tiene nada de malo, pero parece que se la han puesto dos notas por debajo del tono del resto). Seguramente será el despegue en su carrera. Brad Pitt seductor, maduro, pletórico. ¡Qué buen tino tiene para escoger los papeles! Me cuesta imaginar cualquier otro galán interpretando a Jack Conrad. Habría que echar mano a los que se inspiró el propio actor y el director para su papel, tres que jugaban en otra liga: John Gilbert, Douglas Fairbanks y Rodolfo Valentino.

Diego Calva plays Manny Torres and Margot Robbie plays Nellie LaRoy in Babylon from Paramount Pictures.

Damien Chazelle me cautivó con la frenética Whiplash (2014), un proyecto audiovisual con una impecable banda sonora. Algo parecido también me pasó con La ciudad de las estrellas, La la Land (2016) donde críticos y gran parte del público le reconocieron el mérito, pero hay quien piensa que tuvo demasiado reconocimiento con los dos Globos de Oro (Mejor Director y Mejor guion) y no te digo nada ya con el premio gordo, el Oscar como Mejor Director. Destacó también por una historia ambientada en la misión del Apolo XI, El primer hombre (First Man, 2018). En ellas muestra un gran respeto por la profesión y un gran amor al cine. Director, guionista y ahora productor, se espera mucho de él, aunque parece que no ha debido de pagar algún tributo pues la prensa especializada le ha masacrado con esta entrega, hasta el punto de que el público no ha sabido captar la oportunidad de ver una buena película que nos habla, entre otras cosas, de los orígenes de esta gran industria. Esto ha provocado una recaudación paupérrima muy por debajo del coste de producción. Ahhhh, el poder que tienen algunos críticos y sus medios. Eso que también destaca Chazelle en su propia película. Y es verdad que películas sobre la historia de Hollywood hay un montón y muy buenas: El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950), El juego de Hollywood (Robert Altman, 1992), El aviador (Scorsese, 2004), Erase una vez… Hollywood (Tarantino, 2019)…, pero ninguna de ellas lo hace como el exquisito gusto y detalle con que Damien Chazelle retrata esa tremebunda hoguera de vanidades.

Una vez más, la banda sonora está a cargo de su amigo inseparable Justin Hurwitz que le da esa agilidad a la narración: ritmo acelerado y de gran energía. Hay mucho jazz tanto por la época, como por los gustos melómanos de Chazelle, incluso es posible reconocer algún fragmento que nos remite a las dos películas musicales mencionadas anteriormente. Se te eriza el vello al escuchar a Jovan Adepo interpretando al virtuoso trompetista Sidney Palmer. Además, la cámara se le mete en el rostro, vemos como toca, pero también como suda (y bien que suda, porque la estulticia de algún productor obliga a pintar al negro, para darle un color más oscuro que iguale con el resto de sus compañeros). Magnífica interpretación.

Hay muchos homenajes en Babylon. Algunos se nos escaparan seguro. Uno de ellos parece que lo encarna la actriz Li Jun Li. Anna May Wong fue la primera actriz china nacida en Estados Unidos. Se la vio en El expreso de Shanghai (1932) junto a Marlene Dietrich. Chazelle le brinda su particular homenaje dando vida a Lady Fay Zhu (son apenas tres intervenciones estelares), una mujer a la que no se la pone nada por delante. Exótica y valiente. Tiene una actuación en el escenario que hipnotiza al espectador con el tema El conejito de mi novia (nos remite a Sara Montiel).

Si te fijas en las cuestiones técnicas… es un portento de película. Solamente la recreación de los ambientes en los que se desarrolla la acción es espectacular. Destacan los decorados exteriores de rodaje de los estudios Kinoscope. Hasta cuatro películas mudas se están rodando a la vez. Impresionante.

Alguna pega: un par de ellas. No, no me voy a referir al metraje. Es excesivo, sí, pero no se te hace pesada. Quizás sobra alguna cosa. Pero ese par de cosas que no me gustaron fueron: el personaje de Tobey Maguire (un gánster) y el final. Maguire, magnífica interpretación. Su personaje llega tarde en el metraje. Algunos ya estaban mirando el reloj. Su historia queda un poco diluida por esa razón, porque parece que se ha metido con calzador para mostrarnos las cloacas y la depravación (Damien, quizás sobraba esto). A pesar de ello, el actor sabe aprovechar su escaso tiempo para lucirse con una excelente caracterización. La segunda pega es el final. Lo que el director nos muestra es una sucesión de imágenes que recogen «suvenires» de grandes películas a lo largo de la historia del cine. Sobraba por razones obvias. Una oda al cine de Hollywood. Ya está; ya nos lo has mostrado en lo tropecientos minutos anteriores. Punto.

Margot Robbie plays Nellie LaRoy in Babylon from Paramount Pictures.

Pero prefiero quedarme con lo bueno y hay mucho en la película. Una de las últimas apariciones de Jack Conrad en Babylon nos remite a una conversación deliciosa entre Conrad (Pitt) y una amiga del pasado. El ambiente, en el hall de un hotel, es tranquilo, hay atmósfera especial y especial es la conversación que mantiene ambos. Sin ambages, determinante. La cámara se despide de ella y va tras los pasos de Conrad. Magnífica por la tensión que nos crea.

Babylon es una película de ambición. Ambición de trasladar a la pantalla el gran amor por el séptimo arte que profesan todos aquellos que se han embarcado en este casi faraónico proyecto. Ambición de mostrar una serie de guiños a la propia industria con referencias a películas que supusieron una ruptura, un pasito más en la evolución del cine y que hoy están consideradas como películas de culto. Ambición de querer hacer una película que recoja la gran epopeya americana de los albores de Hollywood. Una película de ambición al tratar de llevar al cine el guion más salvaje y casi imposible de hacer de Hollywood hoy día. Una producción inmensa, desmesurada y potencialmente caótica, pero que Damien Chazelle lo eleva y lo convierte en arte con exquisito tono y gusto. Poco más puedo decir, salvo aquello de… vayan al cine. Recuerden que, a principios de los años 30, en los Estados Unidos, la mitad de la población acudían a las salas de cine los fines de semana, por algo era la industria del entretenimiento. Uf, como cambia esta vida. Solo nos queda esperar otro próximo mes de enero para volver a ver a Damien Chazelle.

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus