Mis mejores películas del año 2022 por Luisjo Cuadrado

Mis 10 mejores películas del año 2022 – Luisjo Cuadrado

Hacer lista de deseos y listas de lo mejor del año es uno de los pasatiempos más comunes en esta época del año. Tal vez igual de baldíos los dos. Pero este que tenemos aquí me sirve para recordar/recordaros algunas de las mejores películas que han pasado por la gran pantalla durante este atípico año 2022. Una selección de ellas, claro está, porque la vida da para lo que da. Un año en el que con mayor resolución hemos vislumbrado aquello de que todo lo que teníamos seguro… se ha derrumbado para dar paso a otra realidad. El cine nos muestra otro mundo, pero este se empecina en asomar por las ventanas de nuestras casas, más oscuro si cabe. Pero no hay que perder la fe y la esperanza. Mientras esto llega sigamos disfrutando de la gran mentira que es el cine pero que nos sumerge en el maravilloso mundo de los sueños y nos aleja, por unos cuantos minutos de la cotidianeidad tan revisada.

A las películas españolas cada vez le cuesta menos quitarse la etiqueta de cine rancio y de ser «una españolada». Hay un género típicamente español que no se da en otras cinematografías. Y este epíteto ha sido utilizado durante muchos como arma arrojadiza contra la producción global de nuestro cine. Pero eso ya quedó muy atrás. Lo demuestran las tres películas con las que abro mi selección.

As bestas

La nueva cinta de Sorogoyen tiene mucho músculo, muy fornido para debatirse en los distintos certámenes y muy bien definido para poder sostener un debate tras su visionado. Esta película rompe un poco la distinción entre géneros. Camina entre el western trasladado al mundo rural, de esa España profunda que decíamos antes y que ahora se clasifica como «vacía». Camina por el drama y también por el thriller. Desde su poderoso arranque te atrapa con los diálogos y con las soberbias actuaciones. Hay auténticos duelos, eso sí, interpretativos. Muy jugosas escenas para el recuerdo. Excelente.

Modelo 77

Un gran trabajo de actorazos bajo una soberbia dirección de Alberto Rodríguez. Nos descubre algún aspecto de los primeros pasos de la Transición y que constituye un retrato de las cárceles españolas en esos inicios de la democracia. La Modelo de Barcelona (año 1977), uno de los grandes símbolos de la represión franquista. Solo por eso, nos invita a su visionado. Y si además te atrapa y entretiene de forma convincente… no se puede pedir más. Imprescindible.

Mantícora

Un gran trabajo de Carlos Vermut. Con el paso de los años esta película espero que gane enteros. Nos habla de esa realidad virtual que parece que se va a poner de moda y nos va a despeinar nuestra vida como lo hizo Internet. Pero me interesa mucho más por el debate que suscita y eso es un gran puntazo a su favor. Cuestionarte lo que haces con tus deseos, con tu imaginación, con tu relación en un espacio apenas definido como es la realidad virtual, mola mucho. Reflexiva.

El callejón de las almas perdidas

Guillermo del Toro nos deslumbró a comienzos de este año que ahora despedimos. Es una fábula moral, un drama psicológico que escarba en la pisque humana. Ambientada, en sus comienzos, en un submundo turbio para mostrarnos posteriormente esa otra suciedad, no visible, pero que impregna ese otro circo donde las carpas se sustituyen por salones y donde el fango ha sido sustituido por suelos de mármol. Entretenida.

Bullet train

Creo que no ha tenido la repercusión necesaria (o, el reconocimiento de la crítica y público). En Bullet train desfilan curiosos personajes de los que destacan esos cinco asesinos pasajeros del tren bala japonés que lejos de ser un espacio claustrofóbico encontramos mucha acción trepidante, con violencia y sangre a raudales, pero que nos proporciona una brisa fresca. Cine del bueno muy alejado de los grandes éxitos de la factoría Marvel y otros superhéroes. Nos recuerda los comienzos de Tarantino. Explosiva.

Belfast

A Belfast le falta algo para ser una gran película, algo que consiga transmitirnos emoción y algo que nos ayude a empatizar con el conflicto irlandés entre católicos y protestantes. Se perdió una buena oportunidad, pero reconozco la gran brillantez de su director al saber conjugar una buena historia, rodada con maestría, en blanco y negro con poderosas imágenes y una buena fluidez narrativa, aderezada con soberbia música. Me gusta porque lleva ese sello de autor y no es el clásico cine de Hollywood que llena nuestras pantallas más de lo convenientemente deseado. Bella.

Actor Jude Hill (left) on the set of BELFAST, a Focus Features release. Credit: Rob Youngson/Focus Features

Competencia oficial

Las películas de cine sobre el cine siempre ofrecen un plus. Nos permiten conocer algún aspecto de esta gran industria del entretenimiento. Competencia oficial es una sátira, es una comedia negra, a veces divertida y otras no tanto. Narra los problemas que se encuentra un director a la hora de manejar los egos de los dos protagonistas (antagónicos), cada uno con su método interpretativo. Y ambos egos, subordinados a los de la propia directora para dar con un producto digno, que pueda alcanzar la consideración de obra de arte (sea lo que sea tal consideración). Un arte que parece una constante en la producción de los argentinos Duprat y Cohn y que en ese mercado de las vanidades parece que ahora le ha tocado a la industria del cine. Una comedia para reírse de la superficialidad del postureo, del famoseo que rodea al séptimo arte, pero que contiene una critica a la banalidad de los premios, esos que tanto inflan el ego de los protagonistas. Y una crítica a las ruedas de prensa de los certámenes en la que algunos sesudos críticos, tratan de colocar su preguntita donde buscan más su lucimiento personal que el saber. Divertida.

El menú

Una de las ultimas en aparecer por nuestras pantallas antes que el huracán, en forma de Avatar, se lleve la cartelera por delante. Me gustó, todavía aún más cuando la recuerdas con el paso del tiempo. Magnífica coreografía que tiene en su conjunto una calidad narrativa soberbia. Y como dice Javier Ocaña: «En su primer e imaginativo guion para cine, Seth Reiss y Will Tracy disparan con bala en múltiples direcciones: hacia los críticos gastronómicos (extensivo, por supuesto, a los cinematográficos)». Nos invita al debate y eso es siempre de agradecer. Suculenta.

Para terminar, como no me queda más que dos casillas para rellenar esta lista, tengo que sacrificar alguna como The Quiet, Licorize Pizzaa o Wild Life (no se las pierdan) echo mano de la última edición de SEMINCI.

Nothing

Brutal propuesta que nos adentra en el mundo de adolescentes. Ya sean nuestros vecinos o un poco más allá, estos muchachos parecen no tener un rumbo claro y definido. Aquello que nos decían nuestros padres de estudia si quieres llegar a ser alguien… parece que está en desuso. Tener una carrera universitaria, o tener unos estudios (por ejemplo, a nivel profesional como son lo de Formación Profesional) no te garantiza tener un trabajo remunerado dignamente. Y que esta remuneración te evite la pobreza. Nos muestra una sociedad donde los padres tienen abandonados a sus hijos y estos, caprichosos y déspotas, están a sus anchas. Inquietante.

Las ocho montañas

Una magnífica película que nos reconforma con el ser humano (sobre todo si acabamos de ver la anterior). Nos muestra la relación de un par de amigos a lo largo de unas décadas de su vida. Una película llena de belleza por sus paisajes inconmensurables, pero destaca más por esos otros interiores que pueblan las almas de nuestros protagonistas transmitiéndonos una sensación de amistad superlativa que salva la distancia, la clase social y hasta el paso de los años. Una verdadera amistad del que da todo a cambio de nada, del que no le importa dejar lo que está haciendo en el otro lado del mundo por estar al lado del amigo cuando este lo necesita. Una amistad incondicional. Al final resulta ser una historia tan bella y melancólica que nos deja un poco de tristes. Reconfortante.

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus