67 SEMINCI – Crítica película Beautiful Beings de Guðmundur Arnar Guðmundsson

67 SEMINCI – Sección Oficial – Crítica película Beautiful Beings de Guðmundur Arnar Guðmundsson

Ficha

Título original: Berdreymi

Año: 2022

Duración: 123 min.

País: Islandia

Dirección: Guðmundur Arnar Guðmundsson

Guion: Guðmundur Arnar Guðmundsson

Música: Kristian Eidnes Andersen

Fotografía: Sturla Brandth Grøvlen

Reparto: Birgir Dagur Bjarkason, Áskell Einar Pálmason, Viktor Benóný Benediktsson, Snorri Rafn Frímannsson, Ólafur Darri Ólafsson, Anita Briem, Blær Hinriksson, Ísgerður Elfa Gunnarsdóttir, Aðalbjörg Emma Hafsteinsdóttir, Sunna Líf Arnarsdóttir, Kristín Ísold Jóhannesdóttir, Kamilla Guðrún Lowen

Productora: Coproducción Islandia-Dinamarca-Suecia-Países Bajos (Holanda)-República Checa; Join Motion Pictures, Motor, Film I Väst, Bastide Films, Negativ

Género: Drama | Adolescencia

Sinopsis

    Addi, un chico cuya madre es adivina, decide acoger a un chaval inadaptado que es víctima de acoso en su pandilla de marginados. Abandonados a su suerte, los chicos exploran la agresividad y la violencia, pero también aprenden acerca de la lealtad y el amor. A medida que el comportamiento del grupo se encamina hacia situaciones que implican un riesgo mortal, Addi comienza a experimentar una serie de visiones oníricas. Sus recién descubiertas dotes intuitivas podrían ayudarle a él y a sus amigos a caminar por una senda más segura; pero también pueden hacer que la pandilla se sumerja irremediablemente en una escalada de violencia.

Crítica

            Fallida hasta la médula propuesta islandesa, rodada en los barrios menos favorecidos de Reikiavik donde la primigenia idea de mostrar una pandilla de amigos capaz de ser mejores ahí que en sus respectivas y ruinosas familias se desvanece en un ritmo absolutamente desigual, un montaje aburrido y un guion que se hace previsible por maniqueo. Y en el medio de todo esto una de las madres es médium y sabe que su hijo también tiene poderes. Patochada que destruye lo poco de veraz que posee el libreto.

            Y esa luminosa frase que da comienzo a Ana Karenina: “Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera” aquí se hace más que patente, aunque el director no sabe luego que hacer con ella.

            Es un ejercicio de cómo se pueden tirar minutos y minutos de película con una gran idea sin avanzar a hacia ninguna parte para contarnos un final de redención maniquea en un acto más de violencia con el fin último de mostrarnos, una vez más, la teoría de grupo visto desde el punto de los psicobiólogos: la violencia del líder contagia al resto del grupo a la hora de defender su existencia, igual que en el Tarzán de Disney, pero con bastante menos gracia y soltura en esta cinta de la isla por encima de la línea arbórea.

            Rodada en un amateurismo que raya el insulto para el espectador: cámaras mal situadas, desenfoques no provocados, interpretaciones más de teatro de barrio que de actores que se supone que están mostrando una historia para todo el mundo. Y una fotografía reñida, a veces, con lo que pretende contar.

            Lamentable con los elementos tan estupendos con los que contaba, a priori, el guion literario, tan mal desarrollados en la filmación, así que supongo que desde el mismo guion técnico. Así que, con eso de seres hermosos, que así se traduce el título, se referirá a los que hemos aguantado sus larguísimos ciento veintitrés minutos.

El director Guðmundur Arnar Guðmundsson y el actor Birgir Dagur Bjarkason a su paso por la 67 SEMINCI

Carlos Ibañez

fotografías: Luis Gracia Reglero

Revista Atticus