67 SEMINCI – Crítica película Alma viva de Cristèle Alves Meira

67 SEMINCI – Sección Oficial – Crítica película Alma viva de Cristèle Alves Meira

Ficha

Título original: Alma Viva

Año: 2022

Duración: 88 min.

País: Portugal

Dirección: Cristèle Alves Meira

Guion: Cristèle Alves Meira, Laurent Lunetta

Música: Amin Bouhafa

Fotografía: Rui Poças

Reparto: Lua Michel, Ana Padrão, Jacqueline Corado, Catherine Salée, Duarte Pina, Ester Catalão, Sónia Martins, Martha Quina, Arthur Brigas

Productora: Coproducción Portugal-Francia-Bélgica; Midas Filmes, Fluxus Films, Entre Chien et Loup, Mathematic

Género: Drama | Sobrenatural. Familia

Sinopsis

    Como cada verano, la pequeña Salomé regresa de vacaciones a su pueblo familiar enclavado en las montañas portuguesas. El periodo estival arranca con tranquilidad pero su adorada abuela fallece repentinamente. Mientras los adultos se pelean en la organización del funeral, a Salomé le persigue el espíritu de la que todos consideraban una bruja.

Crítica

            Coproducción luso gala rodada la región Tras-os-montes de la vecina Portugal, entre quejigos y supercherías, donde la muerte es un personaje bisagra y todo gira en torno suyo para los vivos, quienes están llenos de cuentas pendientes entre ellos, salvo la niña, observadora y víctima de toda esa idea de brujería y personas malhadadas y el humor que para cualquier descreído esta idea crea. El guion podría haber sido firmado por Wenceslao Fernández Flores, con gags hilarantes y escenas trágicas entreverados en escenas rodadas con sobriedad y realidad prácticamente teatral.

            La abuela de la protagonista muestra a su nieta, venida para pasar el verano desde Francia, donde vive con su madre; todas las oraciones a los santos para liberar a un muerto de la familia y que pueda ir al Cielo sin que pueda agarrarse al alma abierta de la niña. Poco después comen truchas pescadas de manera tan ilegal como furtiva por la llegada de otro hijo desde el país galo. Y la abuela comienza a sentirse mal, a vomitar y le dice que quién ha tocado el pescado y quien se lo ha limpiado es una mujer a la que puso los cuernos con su esposo. Y cree, está convencida, de que la ha envenenado esa mujer rival. La abuela fallece esa misma noche y comienza un despliegue berlanguiano de velatorio, tanto público como privado mientras la niña, que ya no es un niño observador de la conducta ininteligible de los adultos, como el protagonista de Papá está en viaje de negocios, de nuestro añorado Goran Paskaljevic, sino una bruja imbuida de deseo de venganza y nocturna en el que hace ver los deseos de su exangüe abuela a través de actos nada amables: tira por la escalera a la rival y cornicantana (siguiendo la acepción creada por Quevedo) y después degüella a todas las gallinas de su tía, quien vivía con la abuela, tras unas palabras y unos actos deleznables que concluyen en una pelea con la madre de la pequeña Salomé, que así se llama el personaje infantil, y la caída del cadáver de la mesa donde está expuesto.

            No hay lugar para la poesía en esta cinta: personajes duros, paisajes agrestes y una realidad social, perfectamente extrapolable al otro lado de la frontera: nos desertizamos porque la vida requiere oportunidades y esta tierra ya no las da. Un cabrero infame, unas vecinas que juegan el rol de cotillas porque no tienen mucho más, unos oficios nada cómodos y una realidad evidente: si no hacemos nada por esas tierras ellas se comerán a quien allí quede.

            Arquitecturas mostrando casas a medio terminar, porque no hay dinero para más, sólo el que viene de Francia lo trae para hacerse una piscina. Y todo entre polvo y humo, el primero por la sequedad del verano y el caminar de las cabras por los caminos, el segundo por un incendio que se declara junto al pueblo protagonista de la historia, un Amarcord con sonido de fado y luz abrasadora.

            Y el entierro vuelve a rayar la astracanada, con el cabreo y su esposa apedreando a la comitiva fúnebre mientras la policía trata de desalojar el pueblo ante la inminencia de las llamas devoradoras. Hermoso final con las manos sucias por enterrar a la abuela con ellas justo antes de convertirse todo en barro por la llegada de la ansiada lluvia, que también consideran un milagro por su superchería.

            Es una película que se verá, porque habla de mujeres y de mujeres fuertes. De hombres que tratan de estar en ese matriarcado que son todos los pueblos del sur de Europa, por mucho que digan algunas interesadas en contrario, les va su salario (y bueno) en ello.

            Me ha gustado ver esta propuesta, repito: de tragedia berlanguiana o de comedia filmada por Douglas Sirk.

Integrantes de la película Alma viva y del cortometraje By Flavio
La direcora francesa Cristèle Alves Meira y la joven actriz Lua Michel en la 67 SEMINCI
Lua Michel a su paso por el pothocall de la 67 SEMINCI

Carlos Ibañez

fotografías: Luis Gracia Reglero

Revista Atticus