Crítica película El test de Dani de la Orden

El test de Dani de la Orden por Luisjo Cuadrado

Ficha

Título original: El test

Año: 2022

Duración: 105 min.

País: España

Dirección: Dani de la Orden

Guion: Jordi Vallejo. Obra: Jordi Vallejo

Música: Fernando Velázquez

Fotografía: Pau Muñoz

Reparto: Alberto San Juan, Miren Ibarguren, Blanca Suárez, Carlos Santos, Antonio Resines, Luna Fulgencio

Productora: Atresmedia Cine, Warner Bros. España, Álamo Producciones Audiovisuales

Género: Comedia

Sinopsis

¿Qué escogerías, cien mil euros ahora o un millón dentro de diez años? La premisa parece sencilla. Un matrimonio, Héctor de 38 años y Paula de 37, se enfrenta a serios problemas económicos que se pondrán a prueba por su rico amigo Toni, pero primero deben ponerse de acuerdo sobre su elección. Héctor quiere 100.000€ para intentar renovar su bar ruinoso y poco rentable y convertirlo en negocio de éxito, pero Paula prefiere esperar al gran premio. Adaptación de la obra de Jordi Vallejo.

Comentario

Jordi Vallejo guionista, debutó como dramaturgo con su ópera prima El test en 2016 con la que obtuvo un gran éxito de crítica y público y el premio Fray Luis de León de Creación Literaria. Ahora adapta la versión a la gran pantalla de la mano de Dani de la Orden (coincide en pantalla con 42 segundos).

Proposición indecente, es el título de una película estadounidense (Adrian Lyne, 1993) y bien podía ser el subtítulo de la nueva entrega de Dani de la Orden. En ella, un matrimonio que atraviesa serios problemas económicos por su adicción al juego, se ve tentado por un multimillonario (Robert Redford) el cual se ha encaprichado de la mujer (Demi Moore). La tentación viene en forma de dinero: un millón de dólares por pasar una sola noche con él. Lo que al principio parece que iba a solucionar los problemas económicos de la pareja, acabará por complicar las cosas tanto que llevará a la destrucción del vínculo matrimonial.

La propuesta de El test parte de una premisa muy parecida, pues tiene en común la perversión que puede producir el dinero en nuestras vidas. Héctor (Carlos Santos) y Paula (Miren Ibarguren), un matrimonio, con una hija, que atraviesa un momento con dificultades económicas han quedado con su amigo Toni (Alberto San Juan) al que la vida le tiende un arcoíris. Toni mantiene una relación con su actual compañera, Berta (Blanca Suárez), una psicóloga exitosa que acaba de publicar un libro sobre un test de personalidad. Ese libro se basa sobre una cuestión clave: la tentación que supone aceptar una cosa ahora o duplicar su producto dentro de un espacio de tiempo. Berta en su libro parte de un simple ejercicio que le planteaban a los niños: les ponían la tentación en forma de golosina, podían comerse ahora una o si esperaban su vuelta les daba dos. Su estudio hablaba sobre el autocontrol y como esto puede influir en un futuro exitoso. La cuestión se modifica para los adultos: ¿qué prefieres recoger ahora mismo cien mil euros o esperar diez años y llevarte un millón de euros? Un dilema que le sirve a Berta para determinar la personalidad de quien se enfrenta a él. En la reunión, Toni les lanza la propuesta, de forma seria, real, nada de juegos, desde su condición de ególatra y porque económicamente puede. Os doy ahora cien mil euros o esperáis diez años para recoger ese millón. Lo que empieza siendo un supuesto teórico, como un ejercicio de test de personalidad, se convierte en una enrevesada propuesta tóxica que desvelará una serie de secretos guardados por ambas parejas que les llevará al límite cuestionando si sus principios tienen un precio o no. Cuando salen de la vivienda de lujo de Toni ya sus vidas no serán iguales, pues el dinero se ha convertido en cizaña.  

El dilema que se plantea de una manera genérica afecta a cada uno de manera particular. De ahí la trampa de la propuesta. Situación económica personal y, sobre todo la edad (no es lo mismo tener vente años que cincuenta), influyen en la respuesta. Aquí los protagonistas tienen la misma edad, pero Héctor y Paula no atraviesan un buen momento económico. Ella, bastante idealista, trabaja en una ONG que le permite un sueldo para malvivir y él con un bar en el cual Héctor es el mejor cliente. Tienen una hija que les condiciona su respuesta, pues ya se sabe aquello de que yo por mi hija mato (¿a cualquier precio, sin echar un vistazo a tus principios?).

Tanto diálogo mata la acción. El partir de esa teatralización del guion lastra un poco el desarrollo de la película. Las frases encorsetan a los actores. Es como si estuvieran esperando a que su compañero acabe para poder hablar. Al final cualquier discusión resulta artificiosa porque le falta naturalidad. Se nota que todo está muy ensayado y que no se salen del libreto. Como resultado tenemos una película que no emociona, que no nos llega más allá de plantearnos el dilema y que seamos nosotros, al término de la misma, el que revisemos nuestros principios. Los actores no lo hacen mal, pero ven lastrados su actuación por ese sujetarse en exceso al guion. Vean si no mi favorita que no es otra que Agosto (John Wells, 2013) con dos pedazos de artistas Meryl Streep y Julia Roberts enfrascadas delante de la pantalla.

Con ocasión de Sentimental de Cesc Gay ya comenté que una buena idea de guion en teatro puede llevarse con solvencia al cine. Así lo fue Un Dios salvaje y en ambas propuestas no estaban tan encorsetados los actores con sus diálogos. Curiosamente el propio Alberto San Juan participa en la primera (tan convincente como en esta). Son dos ejemplos de una mayor soltura a la hora de realizar un diálogo dramatizado. En general, los cuatro actores (más la presencia casi simbólica de Antonio Rasines y Luna Fulgenico –ambos potencian la vis cómica del libreto, como padre de Paula y su nieta-) están correctos, lastrados por ceñirse demasiado a la cerrada estructura del guion. Otra cosa es cuestionar los papeles de cada uno. Se nota que el motivo principal se estira tanto que como un chicle que al final acaba por estallar en nuestra cara.

El resultado final de El test es una película que trata de ofrecernos un análisis sicológico del ser humano, pero que a la vez quiere ser una comedia a la par que una propuesta que nos invite a la reflexión. Peca, por lo tanto, de ser pretenciosa. Y claro, ni es una película «sicológica» (entendiendo como tan a un cine social que nos lanza una reflexión), ni es una loca comedia, ni es una película sobre la amistad, ni es una película de actores. El test tiene la virtud de que su potente argumento actúa como ese resto de comida, un pequeño trozo de pistacho, que se nos queda en una muela y que nos pasamos todo el rato intentado quitarlo con la lengua y que no hay manera. Así actúa el argumento rumiando nuestra cabeza. No se te va. Pero es un tanto tramposa y forzada al máximo que no pasa más allá de entretenerlos y de invitarnos a contestar la diabólica cuestión de que opción tomarías tú: la certeza del presente o el incierto futuro.

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus