El Círculo de Recreo de Valladolid acoge la presentación de Revista Atticus Once

Presentación Revista Atticus Once

Bajo el mural de tela pintado por Eugenio Oliva Rodrigo hacia 1901 en el Círculo de Recreo de Valladolid y que recoge la escena de Pedro Ansúrez presentando a su esposa la condesa Eylo los proyectos sobre la construcción de la Colegiata de Santa María, Revista Atticus Once se presentó a la sociedad vallisoletana.

El acto estuvo presidido por la concejala de Cultura y Turismo de Valladolid, Ana Redondo García, acompañada por Carlos Ibañez Giralda, productor de cine, guionista y colaborador habitual de la publicación y Luis José Cuadrado Gutiérrez, editor de Revista Atticus.

Tras las consabidas presentaciones, Ana Redondo tomó la palabra para alabar la calidad de la publicación. «Es una revista bella, llena de grandes artículos e importantes firmas». Sin ningún rubor expresó que pasa por ser «la mejor revista de arte que se hace en España». Desde el Ayuntamiento no dudan en apoyar iniciativas y proyectos como el que supone Revista Atticus. También destacó la importancia del Círculo de Recreo que se va abriendo a la ciudad y que a buen seguro marcará la actividad cultural de Valladolid en los próximos meses.

Carlos Ibañez tomó la palabra para gradecer a Luisjo Cuadrado estar dentro de este gran proyecto cultural. A través de una serie de cuestiones trató de que nuestro editor desvelara los grandes secretos que han llevado a Revista Atticus estar entre la élite de las publicaciones con rigor que se dedican al arte, al cine, a las humanidades en general.

Luisjo Cuadrado agradeció a la institución Círculo de Recreo las facilidades dadas para poder presentar este nuevo número impreso (el Once) tras trece años de andadura. Más de 175 años de vida de la institución vallisoletana. Se encuentran en esta sede desde su traslado el 29 de marzo al edificio levantado, en estilo ecléctico, bajo las órdenes del arquitecto Emilio Baeza Eguiluz. Una asociación que surge para que “varones graves y letrados encontraran el gran pretexto para salir de sus casas libres de todo disgusto conyugal (…)», como recoge Jesús Anta en su blog de un artículo de Francisco de Cossío allá por 1944.

Expresó a los asistentes que el proyecto Revista Atticus se sostiene gracias al capital humano. Habló de un monstruo de tres cabezas (la edición digital, la impresa, y la web, como plataforma de difusión) pero que ahora se visualiza más como una mesa de cinco patas sólidas difícil de derribar. Esas cinco patas corresponden a cinco nombre propios: Rubén García Gamarra como responsable de la página web de todo lo que tiene que ver creación, mantenimiento y seguridad; José Miguel Travieso como uno de los colaboradores más productivos y al que le debemos esa seña de identidad que son las portadas, tanto de la digital, como la impresa, como los distintos monográficos; Chuchi Guerra como fotógrafo de la publicación y que cubre los distintos eventos que se celebran por nuestra ciudad; Carlos Ibañez como uno de los colaboradores más inquietos que entre otras cosas se dedique al apartado del cine en cuerpo y alma; y, por último, Luisjo Cuadrado como editor, como persona que es capaz de aglutinar a todos los colaboradores y administrar los egos para llevar a buen puerto cada número.  

Recordó que la última presentación fue en la Sala Delibes del Teatro Calderón el 27 de marzo de 2019. Muchas cosas nos han pasado desde entonces. A continuación, enumeró alguna de ellas como el décimo aniversario en mayo de ese mismo año. En 2020 se publicó el número Díez, pero sin poder hacer una presentación. También ese mismo año, la Fundación Jesús Pereda de CC. OO. concedió a Revista Atticus por su trayectoria colectiva el premio Diálogo 2020. En marzo de este mismo año se publicó el número 42 en digital. Y también recordó los libros publicados de Clara Martín Muñoz y el propio Carlos Ibañez, así como el monográfico dedicado a Berlanga que se distribuyó en la pasada SEMINCI de forma gratuita por los cines de Valladolid, constituyendo este hecho uno de los grande hitos de Atticus, por su carácter intenacional.

Carlos Ibañez preguntó a nuestro editor que cómo es posible en estos tiempos «oscuros» nos podamos dedicar a esto de editar una revista. La guerra está llamado a las fronteras de Europa, pero nosotros estamos pensando en las próximas vacaciones de los próximos meses. La vida debe de continuar, manifestó Luisjo. «Creo que el arte y la belleza deben de ser fundamentales en nuestra vida. El arte es el reflejo de la cultura humana. Es una actividad humana que recurre al intelecto para crear obras que apela a nuestros sentidos, a las emociones, a la facultad de pensar. Quiero pensar que Revista Atticus participa de esas características que tiene el objeto de arte. El arte no solo transmite emociones sino mensajes y, nos invita, por lo tanto, a una reflexión sobre nuestra propia existencia. El arte desde esa perspectiva, se convierte en una excelente herramienta para cambiar o educar a una sociedad. Al igual sucede con otro concepto universal como es la belleza. Desde críos estamos desarrollamos la capacidad de apreciar el arte. con una buena educación, nuestro espíritu se irá formando para contemplar lo bello. Contemplar significa poner atención en algo material o espiritual. No me canso de repetir entre mis amigos de la suerte que tenemos de poder pasear al lado de la Catedral, o frente a la iglesia de san Pablo. O, si me apuráis por delante de un edificio como el que hoy nos acoge. ¿Cuántos de nosotros miramos hacia arriba para contemplar los remates de la cornisa o las esculturas que lucen en su fachada? Son gestos cotidianos pero que, si contemplas con esos ojos curiosos, sabrás apreciar la belleza de esos monumentos y te elevará por encima de la habitualidad a algo sublime. En la vida humana, el encanto, la armonía, el eros son de gran importancia para el desarrollo integral del ser humano. Necesitamos de esa belleza para no precipitarnos al desencanto o la desesperación. Ese paseo frente a la Catedral nos permite ver el mundo con asombro y admiración. Belleza y arte, contribuyen a que el mundo no se achique, no se reduzca. Contribuyen a ensanchar nuestros pulmones para que se llenen de un renovado aire que dé oxigeno nuestra vida. Y todo esto para deciros que en tiempos tan oscuros son necesarios proyectos que animan a la contemplación de la belleza y el desarrollo del arte y nos inviten a dejar a un lado las penurias cotidianas».

Al final de su intervención, Luisjo Cuadrado, editor de Revista Atticus pasó a agradecer a todos los que hacen posible este proyecto. La institución que hoy nos ha acogido, Círculo de Recreo, personalizado en Marta Frutos quien nos ha dado todo tipo de facilidades. A todo el equipo de la dirección de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid, que siempre nos han visto con muy buenos ojos y han apoyado de forma incondicional nuestro proyecto (mención especial para Juanma Guimerans, Ana Isabel Mellado o, por supuesto, Ana Redondo). Gracias a todos los colaboradores. En este número han colaborado más de setenta personas. A lo largo de estos años han pasado por la redacción cerca de medio millar. Todos ellos han conformado un proyecto único y singular (algunos de los cuales están hoy aquí entre nosotros). Gracias también a todos los que ayudan a sostenerlo. Sin el parné no hay nada que hacer. Unos como instituciones y grandes amigos Atticus y otros, los fieles seguidores que compran la revista. Y, por último, se despidió dando las gracias a su familia y amigos y, en especial a su pareja, que son los que soportan que Atticus se haya instalado entre sus vidas.

La gala acabó siendo amenizada por la cantante afincada en Valladolid Rocío Torío que deleitó a los asistentes con una parte de su propio repertorio (en inglés y en castellano) y con algunos temas archiconocidos.

Hasta el próximo número queridos amigos Atticus.

fotografías: Chuchi Guerra

Revista Atticus