¡No a la guerra!

No a la invasión de Ucrania

Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.

Martin Luther King

Quienes ya tenemos una edad, nos pilló lejos el estallido de la Segunda Guerra Mundial. No vivimos la invasión de Alemania sobre el territorio de Polonia que supuso el arranque de este gran conflicto el 1 de septiembre de 1939. Todo lo que vino después lo sabemos porque lo estudiamos en la escuela. En su momento pensé (como muchos otros) que cómo era posible que aquella invasión y aquel exterminio por parte de Hitler fuera posible. ¿Cómo pudo suceder? ¿Dónde estaba la gente? Hoy, los hechos se repiten. Y asistimos incrédulos a la invasión de Ucrania por parte de los rusos de Putin. ¿Cómo no existen unos instrumentos o medidas para evitar que una nación invada a otra sin otro motivo aparente que por el restablecer un orden anterior? ¿Por qué no se dicta ya una orden de detención contra Putin para juzgarle por crímenes contra la Humanidad tras atacar impunemente a la población civil? Ahora mismo, acaban de bombardear el hospital infantil en Mariupol. Son preguntas sin una respuesta. Uno no sabe qué hacer para tratar de parar esta barbarie. Desde Revista Atticus y siguiendo a Atticus Finch, creemos que el individuo no puede saltarse la ley, pero sí que debe luchar para que esta cambie, cuando se muestra injusta, insuficiente o absurda. Aborrecemos cualquier forma de violencia y deseamos que este conflicto llegue pronto a su fin y lanzamos el grito: NO A LA INVASIÓN DE UCRANIA. ¡NO A LA GUERRA!

Luisjo Cuadrado

Editor de Revista Atticus

Echamos mano de Alfredo Martirena para poner una nota de color (me duele decir humor) en esta salvajada.

Alfredo Martirena