Teatro – Rita escrita por Marta Bucha y dirigida por Lautaro Perotti

Rita en La Casa de las Artes de Laguna de Duero

Las Casa de las Artes (Laguna de Duero, Valladolid) cierra el trimestre con la representación de Rita una obra escrita por Marta Buchaca y dirigida por Lautaro Perotti.

Rita es una obra sobre la familia, los hermanos, el vínculo materno-filial y, también, sobre la incapacidad de aceptar la muerte.

Una tragicomedia que habla de la dificultad de soltar a las personas que queremos, nos plantea qué es vivir con dignidad y explora la legitimidad que tenemos para decidir sobre la muerte de los demás.

Protagonizada por Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta, los actores, que son matrimonio en la vida real, dan vida a dos hermanos en la ficción. Dos hermanos, de personalidades muy diferentes, que deben afrontar el último tramo de la vida de su madre, enferma de Alzheimer en estado ya bastante avanzado.

Toni se acaba de separar y es un hipocondriaco de manual, porque vive en permanente alerta ante cualquier pequeño achaque, él aparentemente lo tiene todo muy claro, pero las cosas cambian cuando Rita (su perrita) enferma y el veterinario le sugiere sacrificarla. Toni se resiste a hacerlo y más si piensa en el momento en que tendría que comunicárselo a su hija, su mundo se derrumba, su seguridad personal se desvanece. Mientras Julia, que es incapaz de tomar decisiones, no tiene problema en saber qué es lo mejor para los demás, y le aconseja. Júlia, que es médica, está acostumbrada a notificar estas malas noticias a sus pacientes, aunque por contra no lo tiene tan claro con el tema de su madre enferma. También pasa por un mal momento personal con un marido que viaja mucho y la atiende poco.

¿Acepta Toni la muerte de su perrita? ¿Entiende Julia que su madre también está al final de sus días? Una reflexión sobre como abordar la muerte, y la dificultad a la hora de despedirse de un ser querido.  

Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta, vuelven a subirse juntos a un escenario trabajando, en esta ocasión, con idéntico protagonismo y sin ningún otro actor más que los acompañe, con mucha agilidad en los diálogos, nos introducen en el tema de la eutanasia, y saben dotarlo de cierta profundidad, sin perder el humor, se mueven con dinamismo por el espacio. Unos personajes variopintos, pero sin excederse, crean una atmósfera simpática y muy ligera, que deja salir la posibilidad de relajarse y disfrutar de ese carácter. Dos titanes en el escenario, Carlos se sumerge en la exageración de su personaje, haciéndolo totalmente natural y orgánico, causa ternura, además de despertar las risas con su manejo de la expresión. Cuida los pequeños tics de su personaje, dándole una mirada totalmente construida a nivel actoral. Por su parte, Mapi da vida a Julia, con un carácter pizpireta inunda la sala, dándole un brillo totalmente luminoso que encaja con la personalidad de su personaje. La forma de interactuar con el espacio, lo realiza desde una tranquilidad inquieta, exponiendo ese torrente vital, pero sin ir al drama. El conjunto es estupendo, Hipólito y Mapi están estupendos, viéndose la comodidad que tienen sobre las tablas, tienen una gran química, que se palpa en la sinergia exquisita que se forma entre los dos y la confianza que queda patente sobre el escenario.

Hablar de la muerte es uno de los temas que no siempre encuentra una cabida pública por el carácter complejo que supone. Por lo cual, se ha convertido en una de las palabras con las que más reflexiona la sociedad, pero sin exportarlo a una vertiente más social. Marta Buchaca se encarga de hablar sobre ello en Rita, desde una vertiente más liviana y amena. Gracias a ese carácter más templado, se desarrolla una historia donde prima la familiaridad y ese carácter más cercano.

El final es un espectáculo visual muy atractivo y cautivador. El tránsito de la vida y la muerte desde una perspectiva más luminosa, que busca la relajación del público.

texto y fotografías: Luisa Valares

Revista Atticus