Película – The Voyeurs por Carlos Ibañez

Película The Voyeurs de Michael Mohan

Ficha

Título original: The Voyeurs

Año: 2021

Duración: 122 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Michael Mohan

Guion: Michael Mohan

Música: Will Bates

Fotografía: Elisha Christian

Reparto: Sydney Sweeney, Justice Smith, Ben Hardy, Natasha Liu Bordizzo, Katharine King, Cait Alexander, Caitlyn Sponheimer, Daniel Grogan, Madelline Harvey, Sarah Donna, Noah Parker, Emily Shelton, Blessing Adedijo, ver 12 más

Productora: Divide/Conquer. Distribuidora: Amazon Studios

Género: Thriller. Intriga

Sinopsis

    Pippa y Thomas, una pareja que se acaba de mudar al apartamento de sus sueños, descubre que las ventanas permiten ver el interior del piso de enfrente y no pueden resistirse a observar a sus vecinos e incluso intentar interferir en sus vidas de forma anónima. Pronto descubrirán que todo tiene consecuencias.

Comentario

Pocas veces una película comienza con tan estéticas convicciones, jugando de fondo con la idea de La ventana indiscreta[1] y termina como termina (nada de adelantos innecesarios). Con unos protagonistas que juegan bien sus papeles sin ser buenos actores, pero el oficio de los dos directores, el de la película y el de fotografía, consiguen atenuar sus carencias, en especial las del fotógrafo, el anteriormente Roger Taylor de Bohemian Rapshody[2], Ben Hardy, siempre sobreactuado y cuyo valor real es su torso desnudo y sus intenciones puramente sexuales durante todo el metraje.

Y lo que son estéticos desnudos se van convirtiendo en algo sucio, más cercano al porno blando que a lo que un director con buen gusto haría, ya hablamos (cuando trabajaba con mi admirada Pily) en esta misma publicación del ejemplo que era Hafsia Herzi y su Mereces un amor[3]donde juega a esotan sano que es la imaginación proponiendo en lugar de disponiendo, pero no es la primera vez, ni será la última, en la que una historia que podría ser interesante se desvía hasta convertirse en algo perfectamente olvidable salvo que seas un adicto al onanismo. Demasiada precisión quirúrgica al principio, con una estupenda escena de mirones excitados mirando que concluye con un paso más hacia la locura de quien se descontrola y recomienza con la sencillez y la belleza en un guiño al cuadro de Carel Fabritius El jilguero, detalle que honra al guionista, quien pierde el control sobre su obra en cuanto quiere imprimir un giro original que, para nada le sale bien porque aboga por el exceso y no sabe que hay más arte en la breve escena del pajarillo que en todo lo que comienza a acontecer después, con ese rococó sensual que acaba en uno de los clichés más aburridos y repetidos del cine, al menos, hasta que da otra vuelta de tuerca avanzando hacia el exhibicionismo, que con buenos actores podría dar mucho juego, véase la maravillosa escena final de La vida de Adele[4] o la escena de la bañera de Soñadores[5]donde la exhibición da paso al dramatismo, pero sin aspavientos, huidas o todo lo que convierte al cine en un plató hortera de Tele5.

Pero hablemos de todo lo bueno, porque hay que aplaudir los primeros planos, muy bien estudiados y que siempre nos cuentan algo. Los magníficos títulos de crédito que terminan en un emblemático edificio de Montreal, esa ciudad que lo era todo hasta que los nacionalistas la dejaron tan solo en una más (ojo Barcelona a lo que aquí escribo). Y la belleza estética de la primera parte de la película, con una notable iluminación y unas texturas sensacionales para captar la atención del espectador, desde el probador de la primera escena en la tienda de lencería hasta el vino como elemento de erotismo, muy bien elegido, dicho sea de paso, la tonalidad para jugar con el tono de las areolas y pezones de las actrices, cosa que después olvida cuando comienza el desenlace de la película, todo lo que parecía Praxíteles se vuelve a convertir en Hugh Hefner o, a ratos, en Larry Flint.

Si quiere el espectador pasar un rato sin pretensiones y con amnesia en cuanto termine, ésta es la película ideal. Recordarás la mirada de tierna a justiciera de Sydney Sweeney, la curiosa manera de asaltar los protagonistas observados a su observadora, con las estéticas imágenes en el spa La Tila o el bar alineado con una estética de la Bauhaus, y un juego a cuatro que no llega a la intensidad que logró el maestro Mike Nichols en Closer[6] ola complicidad de los protagonistas en las desavenencias de Sentimental[7].

Espero que algún creador vea esta película y retome el comienzo para seguir su prometedor camino y corte todo tras verse al jilguero revoloteando. Como diría Berlanga: “la pornografía es erotismo para tontos” y aquí sobra la tontería.

Se puede ver en Amazon Prime Video:

Os dejo un tráiler:


Carlos Ibañez

[1] The rear window (A. Hitchcock, 1954)

[2] IB. (Bryan Singer,2018)

[3] Tu mérites un amour (H. Herzi, 2019)

[4] La vie d’Adèle (A. Kechiche, 2013)

[5] The Dreamers (B. Bertolucci, 2003)

[6] Ib. (M. Nichols, 2004)

[7] Ib. (C. Gay, 2020)

Revista Atticus