Genealogías o la historia del arte como arte visual

Genealogías o la historia del arte como arte visual por Luisjo Cuadrado Gutiérrez

Todas aquellas personas que a lo largo de su vida hayan estudiado (o lo sigan haciendo) se apoyan en los célebres cuadros sinópticos o cuadros de conceptos. Se utilizan a modo de resumen de lo estudiado y, sobre todo, para afianzar conceptos. Así de un simple vistazo podemos recordar ideas o textos. Se trata de una estrategia para organizar el contenido de manera sencilla y condensada usando una estructura lógica de información. Es una herramienta ideal para memorizar un tema ya que el esquema clasifica y describe.

Partiendo de esta premisa, los organizadores de la exposición Genealogía del arte o historia del arte como arte visual han creado su propio cuadro sinóptico pero llevándolo del plano bidimensional o un espacio tridimensional. El cuadro sinóptico con el que se parte es el célebre diagrama realizado por Alfred H. Barr, Jr., fundador del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Lo compuso para la sobrecubierta del catálogo de la muestra pionera Cubismo and Abstract Art (1936). En aquella exposición se explicaba la evolución artística del arte desde 1890 a 1935. De ese papel se traslada a las paredes de las salas los distintos documentos, dibujos, proyectos, diagramas, obras de arte que hacen referencia a estilos y movimientos concretos. Fue un intento temprano y ambicioso de de dotar al arte de esa primera mitad del siglo XX de un canon, estableciendo las raíces de esos movimientos que surgieron en ese momento de eclosión de vanguardias. Una genealogía que abarca casi tres generaciones. Podemos encontrarnos con obras de artistas como Pablo Picasso, Constantin Brancusi, Kazimir Malévich, César Domela, Francis Picabia, Robert Delaunay y Vasili Kandinsky, entre otros. Los organizadores de esta muestra tienen el logro de haber llevado hasta la sede madrileña de la Fundación algunas obras que estuvieron presentes en la célebre exposición original de Barr como son Paisajes con dos chopos, 1912, de Vasili Kandinsky o Mujer en un sillón, 1929, de Pablo Picasso. También podemos contemplar otras obras señeras como son las del padre del arte moderno: Paul Cézanne.

Concebida y organizada por la Fundación Juan March y el Museo Picasso Málaga, la muestra reúne trescientas cincuenta obras y más de un centenar de documentos de doscientos treinta artistas y autores relacionados con el pensamiento visual, e incluye las más variadas representaciones visuales de ese pensamiento (árboles genealógicos, tablas, alegorías, mapas, planos, estampas, diagramas y gráficos informativos) elaboradas en un lapso temporal que va desde el siglo XVII hasta hoy, y que recogen genealogías del arte del Renacimiento a nuestros días.

La muestra, una tónica habitual en Fundación Juan March, tiene un alto componente didáctico y mucho más en esta ocasión que trata de narrar visualmente una parte de la historia del arte. Todo se ha formulado sobre la pregunta ¿si la historia del arte se compone de objetos destinados a su contemplación, no debería de ser muy visual la forma de contarlo? Nos proponen un recorrido que hará las delicias de todos aquellos que teníamos en esos cuadros sinópticos puestas nuestras expectativas para superar esas pruebas a lo largo de nuestras carreras académicas. Tiene mucho de lúdica, de intuitiva, de exploración en múltiples direcciones como esas ramas de los árboles que sintetizan esa otra manera de ver visualmente las genealogías de la historia del arte.

Para responder a esa cuestión planteada de si es posible contar la historia de la creación artística de una manera visual, a través de sus mismas imágenes, se organiza la muestra en tres secciones (sin olvidar ese diagrama de la portada del libro). La primera sección, La historia del arte visual, I. 1562 -1934; y la tercera, La historia del arte como arte visual. II, 1936 – 2019, despliegan por orden cronológico representaciones visuales de la historia del arte. La segunda sección se centra, precisamente, en ese diagrama de la muestra Cubism and Abstract Art con la fi gura de Picasso ocupando un lugar primordial. Consiste en la reconstrucción en el espacio expositivo central de un diagrama concreto: el que empleó Alfred H. Barr para desarrollar, en 1936 en el MoMA, la muestra Cubism and Abstract Art, y que apareció en la sobrecubierta de su catálogo. Barr solo tenía entonces treinta y cuatro años y articuló una genealogía del arte de su tiempo desde 1890 hasta aquel año 36, toda una hazaña teniendo en cuenta los intensos esfuerzos de muchos autores de vanguardia por escapar de la tradición y romper filiaciones.

Como viene siendo habitual en la Fundación Juan March, la institución aprovecha para realizar un extenso y completo catálogo que constituye un pequeño objeto de arte. Con cerca de 500 páginas y a gran formato, reproduce todas las obras en exposición así como diferentes ensayos de especialistas en la materia como Astrit Schmidt Burkhardt –historiadora del arte visual de la Universidad Libre de Berlín–, Manuel Lima, UX Design Lead de Google y fundador de visualcomplexity.com, el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Málaga, Eugenio Carmona, el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Hamburgo y director de la Warburg-Haus, Uwe Flecker, y Manuel Fontán del Junco, comisario de la muestra.

Este artículo sobre Genealogías o la historia del arte como arte visual está publicado en Revista Atticus 39

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Genealogías o la historia del arte como arte visual

Luisjo Cuadrado Gutiérrez

Revista Atticus