Gruyére – Comapañía de Los absurdos teatro

Casa de las Artes, Laguna de Duero (Valladolid)

La Casa de Las Artes, levanta el telón a Gruyére de la Compañía Los absurdos teatro. Una comedia sobre el drama social de los desahucios.

Una pareja feliz, una triste realidad y tres días por delante. Desahuciados y con NADA en la mochila, se ven condenados a iniciar un descenso a su particular infierno, una caída libre cuando están a punto de perderlo todo, un vía crucis que les introduce en los tres peores días de sus vidas. Tres días para salvar su piso, para encontrar una salida que termine con sus desvelos. En medio de esos tres días, la fortuna o la mala fortuna, les pone ante sí una tabla de salvación. Agarrarse a ella o no dependerá de su destreza, sus escrúpulos, sus propias conciencias y valores, a partir de ahí la cuenta atrás se acerca; hay que salvar su techo y hay que salvar su conciencia.

Gruyére, es una comedia eficaz que aborda problemas desde un punto crítico, pero con mucho humor. Donde nos narran un viaje de tres días al infierno de la inminente exclusión social y de la lucha individual por mantener intacta una conciencia que lucha por seguir la línea recta en un mundo en el que constantemente se ve adelantar por la derecha a gente sin escrúpulos. Ernesto y María han alcanzado los cuarenta al tiempo que han perdido todo… Tres días, que es el plazo que concede el banco a la pareja, para abonar las tres cuotas que deben de su hipoteca, si no lo hacen, se iniciará el proceso de embargo de su casa.  Una pareja que pertenece a esa clase media, cada día más desdibujada, que vive de su trabajo, con una economía siempre a la vista, que el estado merma con todo tipo de impuestos, y en caso de salirse del circuito laboral, entonces se instalará en ellos el miedo de si no trabajo no valgo nada.

Vemos a una pareja enamorada, con mucha ternura, nos demuestran que las penas con amor son menos penas, nos lanzan una mirada positiva, los problemas tienen solución. El público disfruta viendo las locuras de esta pareja tan entrañable, cuando se les plantea algún acto mal visto por la ley, de hecho se les pone a tiro y así solucionarían el dilema de la pareja por seguir bajo techo, pero para aceptar esa oportunidad que les regala el destino hay que valer, y Ernesto y María no valen a pesar de gozar de la impunidad legal, están condicionados con esa moral que únicamente afecta a la clase media.  ¿Será posible salir airosos de los tres días más locos de sus vidas? ¿Será posible engañar a un sistema programado para que la banca siempre gane?

Alfonso Mendiguchía y Patricia Estremera, con una interpretación maravillosa, muy ágiles, creíbles y con mucha chispa, estos dos actores se doblan en cuatro y apenas dejan un segundo entre personajes, sin salir del escenario, con un maravilloso cambio de registro. Una obra escrita e interpretada por Alfonso Mendiguchía, con un excelente diseño de iluminación y escenografía de Victor Mones y dirección de César Maroto.  

Una compañía que está a punto de cumplir su décimo aniversario sobre las tablas y que ha encontrado en el humor, el surrealismo y la inocencia gamberra su particular forma de hacer crítica social, poniendo el dedo en la llaga a base de carcajadas, sin duda, todo un sello personal.

Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía son el alma absurda de todo este tinglado y ellos dicen: (Siempre decimos que hacemos «teatro de humor muy en serio» porque partimos de preocupaciones o de situaciones que nos emparanóian, que nos resultan curiosas de la vida; y casi siempre son de tragedias o de incongruencias, pero hasta ahora eran más contadas que de una manera obvia, y en esta ponemos la tragedia “no contada en palabras”, sino vivida, entonces adquiere mucha más dimensión porque la tragedia de la que parte no es de un raciocinio sino de una vivencia, entonces tiene más potencia. El otro día nos preguntábamos el género al que pertenece Gruyere y decíamos que pertenece al género “Vida”)

¿Por qué el título: Gruyère? (Es una metáfora de nuestra vida, es ese queso lleno de agujeros. Vivimos en un terreno plagado de agujeros, de hecho hay una expresión muy nuestra para cuando alguien consigue algo de dinero “Esto es para tapar agujeros” y es así la expresión porque vivimos rodeados de agujeros).

Gruyère es una tragedia, y una comedia, y un queso, y muchos agujeros. Es una ruleta rusa jugada en un callejón sin salida, un desvarío tan real que parece mentira. Es una obra para llorar, por mucho que nos de la risa, que sin dejar su particular sentido del humor nos hablan de un verdadero drama social como son los desahucios. El público que asistió disfruto y salíamos del teatro con un sentimiento optimista y con mejor concepto de la humanidad, en momentos en que su prestigio está tan maltrecho.

texto y fotografías: Luisa Valares

Revista Atticus