Exposición – Mondrian y De Stijl en el Reina Sofía

Mondrian y De Stijl en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía, Madrid

Exposición Mondrian y De Stijl

11 de noviembre de 2020 – 1 de marzo de 2021

Museo Reina Sofía, Madrid

El artista Piet Mondrian (1872 – 1944) y el movimiento artístico De Stijl marcaron el rumbo del arte abstracto geométrico de los Países Bajos y además supuso un cambio drástico en cuanto a la cultura visual después de la Gran Guerra. Conformaron un estilo novedoso con un nuevo concepto de belleza basado, fundamentalmente, en la estructura y la composición del color y las líneas pretendiendo derribar las fronteras entre las distintas disciplinas del arte.

Piet Mondrian

Piet Mondrian (1872 – 1944), neerlandés, está considerado como un pintor vanguardista. Miembro de De Stijl y fundador de otro movimiento artístico conocido como neoplasticismo (o constructivismo neerlandés) junto a Theo van Doesburg. Ambos movimientos muy vinculados al nacimiento del arte abstracto y demás vanguardias como son el cubismo y el futurismo.

Sus teorías toman conceptos cubistas manejados por Georges Braque y Pablo Picasso reivindicando un proceso de abstracción progresiva en virtual de las cuales las formas se irían reduciendo a prácticamente líneas horizontales y verticales. En cuanto al uso del color se reducen a primarios como son el negro, blanco y gris.

Mondrian evolucionaría desde el naturalismo y el simbolismo hasta la abstracción. Formaría una triada inaugural al lado de Vasili Kandinski y Kazimir Malévich. Junto a otros artistas, encontraron una vía de expresión en la revista De Stijl que se editó hasta 1931.

A comienzos de la segunda década del siglo XX en los Países Bajos existe una fuerte sensibilidad por la función social que ejercía el arte. Siendo el paradigma la arquitectura como madre de todas las artes ya que daba forma a la vida. Mientras que el color nos hace ser conscientes del espacio, la estructura crea un orden. En este contexto surge un proyecto que va a suponer un debate: el nuevo edificio de la Bolsa de Ámsterdam. Para muchos representa una oda al capitalismo, pero sin perder la esencia del estilo holandés. El ganador del concurso fue el arquitecto holandés Hendrik Petrus Berlage al implicar en su proyecto (1896 – 1903) a distintos artistas de disciplinas tan variadas como la poesía, escritura, pintores, escultores quienes platearon un sobrio edificio con el ladrillo como principal protagonista. La base es el color, pero teniendo especial cuidado con la higiene y la austeridad ornamental. El edificio, en la práctica supuso el establecimiento de un nuevo canon en los Países Bajos con la contención del ornamento y limpieza de líneas geométricas.

Proyecto Ayuntamiento de Ámsterdam de Hendrik Petrus Berlage. Fuente: http://arquitectamoslocos.blogspot.com/2017/07/hendrik-petrus-berlage-un-hombre-honrado.html

Mondrian se siente preocupado por transmitir un arte depurado desarrollando un lenguaje plástico que sea sencillo y estructurado con una realidad accesible para cualquiera que se acerque a una obra de arte. La línea y el color eran dos elementos fundamentales en sus postulados.

De Stijl

Es difícil que estudios o tendencias individuales fructifiquen en algo si no es a través de una corriente o estilo que aglutine y ponga en común todas las teorías. Por poner un ejemplo, así sucedió con el impresionismo. Unas teorías (y una práctica) de diferentes artistas como fueron Monet, Manet, Pisarrro… que suscitaron un debate. Se aglutinaron en forma de colectivo y organizaron una serie de exposiciones para dar a conocer su inquietud (por medio de sus obras), una inquietud que suscitó muchas críticas por que al principio era un arte incomprendido (pero eso es otra historia).

Mondrian encontró su órgano de manifestación en De Stijl una revista de arte que se editó hasta 1931 y que dio lugar al nombre de un movimiento artístico De Stijl («El Estilo») cuyo objetivo era la integración de todas las artes o, por así decirlo, un arte total donde no existieran fronteras entre las distintas especialidades.

El movimiento se constituyó en 1917 en los Países Bajos. Las principales figuras fueron el propio Piet Mondrian, Cornelis van Eesteren, J. J. P. Oud y Theo van Doesburg. Muchas de las convicciones del movimiento estaban influenciadas por el libro Sobre lo espiritual en el arte (1912) de Vasili Kandisky, un discurso estético que desemboca en la práctica de la abstracción no figurativa.

Los comienzos de este movimiento mostraban una enorme diversidad en ese afán experimental de los artistas integrantes del grupo. En esta circunstancia se halla la fuerza del movimiento, pero también, con el paso del tiempo, esta diversidad va a suponer su talón de Aquiles convirtiéndose en su propia debilidad perdiendo fuerza hasta desaparecer por completo.

Las obras de Mondrian van a suponer una autentica referencia para el grupo. A partir de ellas desarrollaron su filosofía y las formas visuales del movimiento. Esta filosofía se podía resumir (como hemos estado viendo) en una búsqueda de la supresión de los límites entre las artes: la arquitectura, la pintura, las artes aplicadas, el diseño, incluso entre la plástica, el lenguaje, la música y la danza. Con el único fin de que todas las formas de expresión sirvan a un único objetivo: la expresión de la modernidad.

El movimiento artístico De Stijl tuvo una vida relativamente efímera. A mediados de los años 30 entró en declive (la revista se editó hasta 1931). Su arte no fue bien recibido, ni tuvo un mercado importante. Solo se salvó gracias a la figura de Piet Mondrian (en muchos sentidos había seguido su propio camino). Salvo algún artista relevante, prácticamente los demás integrantes apenas destacaron. Una de las razones la encontramos en que las tendencias figurativas, a mitad del siglo XX, se volvieron a imponer.

La exposición Mondrian y De Stijl

Muchos la han llamado «la exposición del milagro». En estos tiempos de Covid-19 celebrar un acto cultural supone un reto. Sacar adelante una exposición en la que hay que poner en funcionamiento una serie de mecanismos como transporte, seguros, personal, y un largo etcétera… que hay que añadir a las medidas de seguridad sanitarias para evitar que el maldito bicho Covid-19 nos contagie. Por lo tanto, no es de extrañar que suponga un auténtico milagro su celebración.  

Se trata de la mayor muestra que se ha hecho en España sobre el pintor holandés y el movimiento que acogió sus ideales que tuvo sus años de desarrollo en la segunda década del siglo XX.

En total se ha aglutinado en la muestra treinta y cinco pinturas de Piet Mondrian y otras sesenta del movimiento artístico De Stijl abarcando una amplia representación tanto en pintura como en maquetas u otros soportes. Reunidas alrededor de varias salas del Museo Arte Contemporáneo Reina Sofía en Madrid.

Una de las cosas que más nos puede llamar la atención sobre todo para los no iniciados en cuestiones de las vanguardias modernistas del siglo XX, es descubrir una línea de evolución muy clara en la obra de Piet Mondrian. Los primeros trabajos que podemos contemplar son de un realismo que nos sorprende y que le sitúan en la línea de la tradición de la pintura holandesa. Una vez más (como en otros tantos artistas) sucede que se muestran virtuosos en la captación de la realidad por medio de una mimesis y evolucionan, por la experimentación, hacia una concreción de líneas y colores puros tratando de plasmar lo que ellos creían que era el arte. Es capaz de pintar una liebre con todo lujo de detalles, al igual que sucede en sus paisajes y bodegones de esta primera época (alrededor de 1891). Con su cuadro Naturaleza muerta con naranjas, 1900, comienza a trabajar otra línea de perspectiva que le aleja de la tercera dimensión. No hay una referencia clara a la mesa que sostiene el pequeño bodegón compuesto por cuatro piezas y un plato en vertical, cosa que no sucedía en el anterior cuadro de la liebre.

Del naturalismo hacia la abstracción del final de sus vidas, mitad del siglo XX. Y todo bajo una premisa, bueno mejor dicho dos: lo moderno constituye la fusión de disciplinas artísticas eludiendo las fronteras que puedan suponer la pintura, escultura o arquitectura, y la segunda, la búsqueda de lo universal por encima del estilo propio individual.

En esa línea del tiempo, sus siguientes obras avanzan hacia una deconstrucción con resonancias del cubismo. Su producción se centra más en la naturaleza. Sobre todo, en árboles como son los manzanos.

Esta evolución desemboca en un abandono total de «lo figurativo» hacia la abstracción definida por las líneas geométricas, los colores blanco, rojo, azul y amarillo y la superficie plana.

Las siguientes estancias de la exposición están dedicadas al movimiento De Stijl y artistas que lideran el grupo como Theo van Doesburg (1883 – 1931) uno de los teóricos más influyentes tras su paso por la Bahaus en la década de los años 20. Es aquí donde nos encontramos piezas como sillas, sillones, una trona de un bebé y hasta la recreación de una habitación para niños donde se plasma esa idea de derribar las barreras entre las distintas disciplinas artísticas, como pintura, escultura o arquitectura.

Otras piezas destacables son los planos de viviendas que nunca se llegaron a realizar, así como algunas de sus maquetas. También es interesante todo lo que alude a uno de esos «dioses» de la arquitectura como es la figura de Le Corbusier. En esta estancia podemos disfrutar de un boceto de una de sus obras a gran formato.

Uno de esos ejemplos que pueden sintetizar los postulados del movimiento De Stijl lo constituye una de las piezas presentes en la exposición: Sillón de lamas sin color de Gerrit Thomas Rietveld. La silla o sillón rompe el concepto de utilidad para la que fue creada y se convierte en una escultura, por lo tanto, en un objeto de decoración. O era al revés, la silla como escultura que en un momento pasa a la función de utilitas para usar, para disfrutar de ella con un buen libro.

El final de la exposición representa una vuelta a la figura de Mondrian. Es la etapa que desarrolla en un momento de su vida en el que ha tenido que huir de Europa ante la inminente llegada del nazismo. Su viaje a Estados Unidos supuso una mirada a la música, como el jazz, al cómic, al pop art. Estamos en los años cuarenta.

Piet Mondrian ha sido una figura clave dentro de la historia del arte, y en particular dentro de la historia del arte contemporáneo. Una figura que ha sido parodiada por muchos críticos que consideraban su arte como propio de los niños, de algo infantil, de algo que uno mismo puede hacer en la habitación de su casa (prueben a hacerlo, no es nada fácil). Su obra no es nada trivial. Como hemos visto es la síntesis de una evolución. Hay artistas que empiezan haciendo un tipo de obra y al final de sus vidas siguen haciendo la misma obra. No hay evolución. Explotan un modo, explotan una fórmula de éxito. Pero el caso de Mondrian no es ese. Sus obras no figurativas por las que es mundialmente conocido con formas rectangulares en colores rojo, amarillo, azul y negro, separados por líneas es de apariencia simple pero complejas en ejecución. Y son el resultado de una evolución a lo largo de más de cuarenta años.

Es muy raro no ver la influencia de Mondrian en nuestras vidas en muchos de los objetos cotidianos que nos rodean. «A la manera de Mondrian» ha sobrevivido al propio pintor (como me imagino que lo hará el caso de otro de los grandes artistas que coinciden en el tiempo en Madrid, como es Botero). Su poética visual constituye un triunfo en el arte del que el propio artista no puede disfrutar y a buen seguro ni imaginar.

Para más información puedes consultar el siguiente enlace:

Exposición Mondrian y De Stjil en el Reina Sofía.

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus