65 SEMINCI – Crítica Nieva en Benidorm de Isabel Coixet

Nieva en Benidorm de Isabel Coixet. Frío arranque de la 65 SEMINCI

Ficha

Título original: Nieva en Benidorm

Año: 2020

País: España

Dirección: Isabel Coixet

Música: Alfonso de Vilallonga

Fotografía: Jean-Claude Larrieu

Reparto: Timothy Spall, Sarita Choudhury, Ana Torrent, Carmen Machi, Pedro Casablanc

Productora: El Deseo, Televisión Española (TVE), Movistar+

Género: Drama. Thriller

Sinopsis

Peter Riordan es un hombre solitario, maniático y metódico, obsesionado por los fenómenos meteorológicos. Cuando le dan la jubilación anticipada en el banco de Manchester en el que ha trabajado toda su vida decide visitar a su hermano, Daniel, que vive en Benidorm. A su llegada a la ciudad descubre que su hermano ha desaparecido y que éste era propietario de un club de burlesque donde trabaja Alex, una misteriosa mujer que ejerce una poderosa fascinación sobre él. Peter y Alex intentan averiguar qué ha sido de Daniel, ayudados por una policía obsesionada por la presencia de Sylvia Plath en los años cincuenta en Benidorm.

Resulta que mi muy respetada Isabel Coixet vio El Tercer Hombre y se dijo (consciente o inconscientemente) que ella iba a llevar el guion de Graham Greene al siglo XXI y a esta España de servicios para jubilados de la Europa del norte, la que nos ha puesto a sus pies como felpudos con la connivencia de tantos sinvergüenzas patrios que es casi imposible contarlos.

Crítica

Los elementos los mismos: dos tipos muy unidos que se desconocen por completo. En este caso son hermanos. Timothy Spall (por cierto, nos regala otra sensacional interpretación, tan veraz y soberbia como las del acomplejado que acompaña a su madre por el norte de África en El Cielo Protector, el pintor de la luz británico Turner o el descerebrado batería del grupo que vuelve tras dos décadas de fracasos de Siempre Locos) tras una prejubilación forzosa en un banco de la gris Mánchester se decide a visitar a su hermano en Benidorm, como Holly Martins (Joseph Cotten) iba a ver a su amigo del alma y de juventud Harry Lime (Orson Welles) a la Viena de posguerra. Sólo que nunca vemos a Harry, a este Harry de nombre Peter.

También hay una chica, que en la novela de Greene es una refugiada checoslovaca que actúa en un teatro vienes del sector británico y aquí es una socia de un sitio de burlesque para viejos ingleses con ganas de diversión un poco picante. Aquí marca unas pequeñas diferencias: Alex (Sarita Choudhury, también muy buena su actuación, aunque de ella he visto menos sí que recuerdo su magnífico papel como esposa al borde del divorcio del analista de la CIA que encarnaba Mandy Patinkin en la serie Homeland) aborrece al hermano desaparecido y hortera, sólo hay que ver su apartamento español, y sus habilidades sobre las tablas no son precisamente en pentámetro yámbico.

Y a partir de aquí todo es una versión cutre donde sólo se ve dinero para rodar y un buen trabajo técnico y artístico, pero con un guion a años luz de lo que nos tiene acostumbrados la directora y escritora. Aquello no hay por dónde cogerlo y, para colmo, también hay policía, una histriónica y sobreactuada constantemente Carmen Machi, es el mayor Calloway (Trevor Howard), que lee a una poetisa británica que pasó una época en el Benidorm pueblo y no el actual monstruo y la recita de corrido sin ningún tipo de credibilidad y obligando al espectador a salirse de la trama. Y hay un socio oscuro, como eran los socios de El Tercer Hombre, Popescu y Winkel, en este caso sobriamente interpretado por Pedro Casablac. Del resto sólo podemos hablar del aburrido personaje, que parece que va a dar juego, pero que sólo roba segundos, de Ana Torrent y de un tipejo con un detector de metales, de esos con los que se buscaban minas Claymore, cuando éstas eran de metal y no como ahora que se hacen de cerámica para ser más mortíferas y destrozar más niños de zonas en conflicto; y éste, desde el principio se sabe lo que va a encontrar y no es la penicilina adulterada de Lime.

El resto es mi sensación de que me han robado dos horas de mi vida en un frío, en todos los sentidos, teatro, porque, por lo visto, los que venimos a trabajar no merecemos calefacción.

Poco o nada más que añadir salvo el enfado personal con la dirección el festival por haber dejado fuera, arbitrariamente, a mi compañera en tareas de crítica y entrevistas, Pilar Cañibano, con el pretexto de la pandemia y sin valorar, para nada, quién y quién no da valor añadido a este festival desde el trabajo, el rigor y una profesionalidad que para sí muchos desearían.

Carlos Ibañez

fotografías rueda de prensa: Chuchi Guerra