Espectáculo: Catedral de Patricia Guerrero en el Teatro Calderón

Catedral de Patricia Guerrero en el Teatro Calderón de Valladolid

Lo ha dicho María Pagés: la esencia del flamenco es sincrética. Por su savia corren todas las disidencias. Es un gran arte porque su naturaleza es hospitalaria. De eso extrae su universalidad. Nunca ha sido una isla. El arte se alimenta de la vida. Haciendo nuestros otros conocimientos creamos belleza y una nueva emoción. El flamenco es de todos. Es universal.

La XIX Bienal del Flamenco de Sevilla otorgó el Giraldillo al Mejor Espectáculo a Patricia Guerrero por Catedral y estoy seguro que estaría de acuerdo con lo que dice María Pagés. Su espectáculo nace de la emoción. La emoción es algo atávico, siempre ha estado hay latente desde que el mundo es mundo. Esta ahí y evoluciona,  no le queda otra. Eso es lo que hace grande a Patricia Guerrero y el flamenco.

El baile es una cuestión física que tiene que llevar consigo arte. Fundamentalmente tiene que trasmitir lo que vives y como lo sientes. Catedral tiene un comienzo que podrían ser las primeras páginas de una novela de Ken Follett. Suenan las campanas, todo el escenario está en penumbra, solo faltó el olor a incienso para cuadrar el círculo. Comienza a bailar Patricia Guerrero y su baile resulta matemático, exacto y  proporcional. Tiene la medida idónea para cada toque de guitarra, platillos, cajón, palmas, lo que sea.

El público se sumerge en sus movimientos, en la música, en el ambiente desde el comienzo del espectáculo. Este es uno de los aciertos de Patricia Guerrero. Porque su baile sirve de consuelo para los espectadores que diseminados por el Teatro Calderón se olviden de lo que pasa ahí fuera y presten atención a lo que está pasando ahí dentro. Tiene momentos Catedral donde el público contiene el aliento como si aquello fuera una misa pagana y nadie puede desviar la vista para no perderse nada de la tensión de los rostros, el vuelo de las manos, el bamboleo de los cuerpos, el sonido de la guitarra y las voces.

“La paz de Dios, que sobrepasa el entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”, es la frase más subrayada del libro más subrayado, la Biblia. En Catedral también es eso. Un canto a la paz, a la concordia, al entendimiento a perdonar las debilidades del ser humano. Y se oye… la paz os dejo la paz os doy…

Patricia Guerrero es una coreógrafa y bailarina talentosa. Sabe que lo importante, el misterio, es que sea ella misma sin importar a quien pueda decepcionar. Sabe que tiene que respetar al flamenco, quien lo duda, pero también que lo verdaderamente bueno saldrá cuando verdaderamente sea ella misma.

Por eso la mejor manera de disfrutar de Catedral es dejarse llevar, sin más, saboreando cada baile, cada cante, cada pliegue del vestido, de su chispeante sorpresa, hasta llegar al asombro final: una tromba de aplausos merecidísimos.

Ágreda

fotografías: Patricia Guerrero

Revista Atticus