Teatro – All Ways de Sharon Fridman

Teatro – All Ways de Sharon Fridman

Teatro LAVA, Valladolid

La danza sin atmósfera no es nada. Una luz como de convento, intensa, a ratos prodigiosa revela cada detalle del paisaje humano que bordea el acantilado que se divisa en lontananza. Recuerdo una danza bellísima desafiando a las rocas, parecía que iban a encallar en la costa. El blanco chiclanero resultaba alucinógeno y sensual. 

Sharon Fridman propone al espectador un ejercicio de introspección en el vano intento de entender que está pasando allí. Qué está pasando en la Sala Concha Velasco. Se apagan las luces de la Sala y empieza el viaje. Un viaje apasionante lleno de sorpresas agradables. La sorpresa viene en forma de luz. La luz todo lo transforma.

Es inevitable que surja la emoción. Un espectáculo sin emoción no es nada. Las emociones siempre conducen a lugares desconocidos y en este caso, un lugar desconocido que deja huella indeleble en el espectador.  Un lugar donde la fuerza, el espacio y el movimiento sirven como palanca de superación ante las vicisitudes de la vida diaria.

Los bailarines  realizan un ejercicio donde abordan una paleta de sentimientos picassianos que tienen que solucionar con el cuerpo, más exactamente con su lenguaje corporal. Sabiendo de antemano que es imposible (dentro y fuera del escenario) sumergirse hasta el fondo del sentir humano. Llegar a conocerse es una tarea de héroes.

La danza es una labor  íntima, más que cualquier otra actividad artística. El resultado tiene mucho que ver con la conciencia. Tienes que ser consciente de todo lo que estás haciendo. El espectador sabe que los bailarines no imponen nada, no pretenden nada. Solo es una representación. La representación del mundo en cincuenta minutos.

All Ways permite recrear la desnudez y el deseo vetado en la vida real a los humanos. Aquí, en La Sala Concha Velasco puedes dar rienda a tu deseo y arrastrarte a mundos ficticios que lindan con lo ideal que se materializan antes tus ojos como esas puertas giratorias donde no tienes escapatoria.

¿Y cuál es la emoción que busca trasmitir Sharon Fridman? De entrada huir de los dogmas. Lo interesante de este espectáculo se centra en las personas, en sus dudas sobre la vida, la felicidad, la solidaridad, la compasión y el amor.

El hecho de ver descalzos a los bailarines es muestra de fragilidad. Todos somos vulnerables. Es inevitable.

Marcos Pérez

fotografía: Nacho Carretero

Revista Atticus