La maldición de los hombres Malboro en el LAVA

Teatro – La maldición de los hombres Malboro

Laboratorio de las Artes, Valladolid

La maldición de los hombres Malboro es un espectáculo que está lleno de vida y pasión a partes iguales. Lleno del movimiento que está ligado a la vida. Todo está hecho y pensado para que el espectador disfrute y vaya si disfruta. Los actores entregan un mensaje calcado de la realidad, cuentan una historia que contiene un sentimiento que emociona.

La idea original es de Isabel Vázquez que dirige y coreografía este espectáculo. Todo gira sobre la aceptación de uno mismo, -conócete a ti mismo- y el respeto al otro. El teatro, ha dicho Toni Servillo, es una aventura que consiste en perderse y volverse a encontrar. Es el arte de la contradicción y del abandono de uno mismo. Una aventura que en este caso encuentra a unos maravillosos intérpretes que dan valor a lo que están haciendo, que se lo creen, y hacen creérselo al público. Esa es la base de este tinglado.

Y son buenos por una sencilla razón: no imponen nada, no presuponen nada, no te dicen lo que están pensando, solo te invitan a poner en cuestión lo preestablecido, lo obvio.

Estar a esta hora en La Sala Concha Velasco -LAVA- reconforta y consuela a partes iguales. En este preciso momento se ha convertido en un espacio mágico donde la felicidad, por así decirlo, la disfrutas de manera adelantada. Aquí todas las noches surgen las grandes preguntas sobre la humanidad, el amor y la verdad. El pensamiento del espectador se pone a prueba y permite liberarte de todas las ataduras del presente que impide por activa y por pasiva elevar nuestra visión y como escribe Nuccio Ordine, en su libro La utilidad de lo inútil sería lastimoso que la actual deriva de pragmatismo rampante nos condujera al atolladero de una democracia achatada, poblada de siervos sin capacidad de rebelarse, ni, en consecuencia, de atisbar la menor revelación.

Borges decía aquello de que el teatro es alguien que finge ser otro y una audiencia que finge creerlo. Por eso en esta Sala Concha Velasco se oye a la gente cuando volvía a su casa decir a sus amigos que fueran a ver La maldición de los hombres Malboro, francamente esa es la mejor publicidad que existe, la más convincente. Confía más en lo que te dice un amigo que en lo que dice un crítico.

Marcos Pérez

fotografía: Nacho Carretero. LAVA

Revista Atticus