Crítica película The Grans de Ali Abbasi
63 SEMINCI
Me resulta muy difícil comentar algo sobre esta película. Mi compañero Carlos Ibañez me ha puesto el listón muy alto. La jornada arrancó con una deliciosa película La caída del imperio americano en la cual desde la estética hasta el tono de la misma es amable. Pero Carlos se marchó y en el siguiente pase me deja solo ante la entrega de Ali Abbasi. Un director que ha confesado que «Buñuel es el padre que habría querido tener». Esto nos hace pensar que con The Grans estamos ante una película de cine fantástico.
Echemos un vistazo a la sinopsis oficial para que se hagan una idea de lo que esta mañana nos ha ofrecido la 63 SEMINCI en su segundo día.
Tina es una agente de aduanas con un olfato tan extraordinario que es capaz de oler la culpa de cualquiera que pretende esconder algo. Un día su olfato es puesto a prueba con Vore, un hombre con aspecto sospechoso que pasa ante ella. Tina sabe que Vore esconde algo que ella no puede identificar. Y lo que es peor: se siente extrañamente atraída hacia él, lo que crea un lazo muy especial entre ellos. Tina descubre la auténtica identidad de Vore pero también la verdad sobre su propia existencia. Su vida ha sido una gran mentira y ahora tiene que elegir entre continuar viviendo como antes o aceptar las terroríficas revelaciones de Vore.
The Grans es candidata por Suecia para el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en la próxima edición. Y obtuvo un premio en el pasado festival de Cannes.
Hay una mezcla de cine fantástico y surrealismo. Es una historia de amor, pero también es una búsqueda de identidad. Es una reflexión sobre aquello que nos parece extraño, feo, no es conveniente, nos da miedo. No dejan de ser dos auténticos friquis, freaks (como fenómeno, anomalía, pero también veo una clara alusión a la mítica película La parada de los monstruos, 1932, Tod Browning). A parte de este referente podemos encontrar alusiones a directores como Fellini o el propio Buñuel. Es una adaptación de un relato literario de John Ajvide Lindqvist.
El relato nos junta a dos tremendas personalidades que desde un primer momento se sienten atraídas, de igual manera que a nosotros, seamos sinceros, nos repulsa su imagen en un primer momento. Esos rostros neandertales, primitivos, que acompañan de un cuerpo maltratado, alterado físicamente. Ella, Tina, en su discurrir diario se nos muestra como meticulosa, metódica, hasta cierto punto conviviendo con su fealdad. Pero aparece Vore, que la trastoca. Él es impulsivo, animal, primitivo. Y entre ambos se produce una simbiosis. Y el estallido sobrenatural al sentirse libres por ser aceptados por el otro. El éxtasis.
Mediante el personaje de Vore, el mensaje que nos lanza es categórico: que ellos («los raros») no son peores que nosotros, entendiendo por nosotros aquellos que no tenemos ni rabo ni cuernos pero que aún así somos capaces de hacer daño a nuestros propios hijos. Una clara alusión a una de las peores lacras de nuestra sociedad, la pedofilia. Un tema en el cual el director no duda en fijar la atención. Es terrible ver cómo lo que parece una pareja «normal», guapa, gente con casa, seguramente con un buen trabajo, vecinos de otras familias, con todas las comodidades del mundo, y que se dedican a este crimen contra los más pequeños e indefensos seres. Una crítica, nada velada, a esa doble moral imperante no solo en Suecia, el modelo del Estado del Bienestar, sino en nuestra sociedad.
Mientras que mi compañero se llevó la mejor parte con esa deliciosa película de Denys Arcand a mí me tocó esta segunda entrega de Ali Abbasi. Es una película digna de este festival. Es arriesgada, novedosa en su planteamiento en ese mundo más propio de los trolls de la literatura nórdica, pero que en definitiva nos narra una historia de amor (aquello tan manido de chico conoce a chica y tratar de superar los obstáculos en su relación) pero que también nos invita a una reflexión sobre los prejuicios de qué es lo normal y qué no lo es.
Luisjo Cuadrado
Revista Atticus