Crítica película Las inocentes de Anne Fontaine
Fe y razón
«La fe es veinticuatro horas de dudas y un segundo de esperanza»
Ficha
Dirección: Anne Fontaine
Guion: Sabrina B. Karine, Alice Vial, Pascal Bonitzer, Anne Fontaine
Intérpretes: Lou de Laâge, Agata Buzek, Agata Kulesza, Vincent Macaigne, Joanna Kulig, Eliza Rycembel, Katarzyna Dabrowska, Helena Sujecka
Productora: Mandarin Cinéma, Aeroplan Film, Mars Films, France 2 Cinéma, Scope Pictures
Producción: Eric Altmayer, Nicolas Altmayer, Eliza Oczkowska, Klaudia Smieja
Fotografía: Caroline Champetier, en color
Montaje: Annette Dutertre
Música: Grégoire Hetzel
Duración: 115′
País: Francia / Polonia
Sinopsis
Agosto de 1945. Un monasterio cerca de Varsovia (Polonia) alberga un oscuro secreto.
Mathilde Beaulieu es una joven médico enviada por la Cruz Roja con el fin de garantizar la repatriación de los prisioneros franceses heridos en la frontera entre Alemania y Polonia. Pero la sorpresa llega cuando descubre que una gran parte de las hermanas del convento están embarazadas por soldados del Ejército Rojo.
Aunque Mathilde es inexperta, deberá aprender a sacar adelante esta inusual situación y ayudar a las hermanas.
Comentario
Primero fueron los alemanes y, en un tiempo más cercano a los hechos que narra Las inocentes, los rusos. Decenas de hombres entraron en tropel en un destartalado convento violando, estos últimos, a las monjas que allí estaban durante tres días.
Esta es la historia con la que se encuentra una joven médico que está colaborando con la Cruz Roja en un lugar alejado de la mano de Dios. Un inhóspito paraje que guarda un secreto doblemente cruel. Si la población circundante se entera, la comunidad religiosa será vilipendiada, repudiada y quién sabe si aniquilada. Y por otro lado, las jóvenes monjas no pueden dejar que los médicos acceden a su cuerpo. Han hecho un voto de castidad que conlleva que no se pueden dejar tocar ni dejar que vean sus cuerpos desnudos. Es la intransigencia de una religión, en este caso la católica, que somete todo a la providencia, al designio de Dios.
Está rodada de forma impecable con cuidado en la puesta en escena y el tratamiento de la luz. Tuvieron que reconstruir algunas de las dependencias de un antiguo y abandonado convento en Polonia, logrando una gran ambientación. También es destacable el uso de los primeros planos de los rostros de las novicias que logran trasmitirnos todo el sufrimiento, toda la angustia y todas las dudas por las que atraviesan tras haber sufrido esas brutales agresiones y tras nueves meses ver eso fruto bendito en forma de inocente criatura.
Las inocentes nos habla de un hecho real que sucedió al final de la II Guerra Mundial. Pero no hay que echar la vista muy atrás en el tiempo para ver que los actuales conflictos la violación se sigue utilizando como un arma más de la guerra. Es el triunfo de la barbarie. Es la victoria del demonio que dicen todos llevamos dentro. La sinrazón se impone a la más mínima cordura que la directora nos muestra en una de las escenas claves en Las inocentes. Mathilde regresa de su visita diaria al convento y es interceptada por un puesto de control todavía en manos del ejército soviético. A pesar de ir con un camión de la Cruz Roja y a pesar de tener su salvoconducto, la joven médico se tendrá que enfrentar a la jauría humana desbocada.
El resultado es un film de intenso dramatismo cuyo protagonista es la brutalidad de la guerra pero que también pone el acento sobre la fe frente a la razón, o mejor dicho, la pérdida de fe en unas circunstancias tan excepcionales frente a la ciencia.
Os dejo un tráiler:
Luisjo Cuadrado
Revista Atticus