Crítica El viaje más largo. Merengue bien montado

El viaje más largo de George Tillman Jr.

Merengue bien montado

El_viaje_m_s_largo-872534933-largeFicha
Película: El viaje más largo.
Título original: The longest ride.
Dirección: George Tillman Jr.
Interpretación: Britt Robertson (Sophia), Scott Eastwood (Luke), Oona Chaplin (Ruth), Jack Huston (Ira de joven), Melissa Benoist (Marcia), Alan Alda (Ira), Lolita Davidovich (Kate).
País: USA. Año: 2015. Duración: 128 min.
Género: Drama, romance.
Guion: Craig Bolotin; basado en la novela de Nicholas Sparks.
Música: Mark Isham.
Estreno en España: 8 Mayo 2015. No recomendada para menores de 7 años.

Sinopsis
El viaje más largo cuenta el romance entre Luke y Sophia, una pareja de enamorados que se cruzan con un anciano cuya historia de amor es tan grande que inspira a ambos jóvenes. Ira y Ruth, Luke y Sophia –dos parejas separadas por la época y la edad– tienen poco en común hasta que se desencadena una serie de acontecimientos inesperados y sus vidas quedan entrelazadas. Una romántica travesía que comienza cuando una caja de viejas cartas, llena de toda una vida de romance, sabiduría y experiencia, pone a Luke y Sophia por el camino que lleva al descubrimiento de sus verdaderos valores y del amplio significado del amor.

Comentario
El viaje más largo es una adaptación de la novela de Nicholas Sparks, escritor de bestseller. Se ha convertido en un auténtico filón para la industria cinematográfica con sus novelas romanticonas y empalagosas. Hasta diez de sus novelas se han adaptado al cine. Las últimas y, tal vez, la más reconocidas, Diario de Noa (Nick Cassavetes, 2004) y Querido John (Lasse Hallström, 2010). Contienen los elementos del universo de Sparks en su más pura esencia, a saber: chico macizo y guapo conoce a chica deslumbrante de distinta clase o ambiente social; escenas enmarcadas en parajes bucólicos ideales; un beso apasionado bajo la lluvia o la luz de la luna y unas cartas de por medio. La línea argumental obedece a la clásica estructura de cine romántico: se conocen entusiasmados (meet-cute), se enamoran, aparecen las dudas sobre la conveniencia de la relación, llega el amor y todo se aclara, la crisis-lodejamos-estonofunciona, y la gran decisión). Si a esto le unimos los poster o fotogramas promocionales que son prácticamente los mismo pero cambiando los protagonistas tenemos el bestseller llevado a la pantalla inspirado en una novela de Nicholas Sparks (la versión masculina de Rosamunde Pilcher).

THE LONGEST RIDE

En esta ocasión la historia es la relación de dos jóvenes que pertenecen a ámbitos distintos y que lo poco que pueden tener en común es su guapura. Él, Luke (Scott Eastwood) es un jinete de toros bravos (cowboy) que se gana la vida acudiendo a los torneos. Un deporte que ama pero que le ha llevado al hospital en repetidas ocasiones, una de ellas de gravedad. Sophia (Britt Robertson) es hija de unos inmigrantes polacos estudiante y enamorada del arte. A Sophia no le interesa relacionarse con ningún chico a pocos meses de marcharse a Nueva York a disfrutar de una beca en una prestigiosa galería de arte. Pero en su camino se cruzara Luke y un vejete, Ira (Alan Alda) que les contará cómo fue su vida junto a su amor. Este es el planteamiento de El viaje más largo, plagado de lugares comunes en la producción de Sparks.
La narración se realiza por medio de dos historias de amor, paralelas. Una en la época actual que tiene como protagonistas a Luke y Sophia que se enamoran a pesar de que sus mundos son tan opuestos como lo es una granja de una galería de arte. Y la otra, la que protagonizan, cuando eran jóvenes, la pareja Ira (Jack Huston) y Ruth (Oona Chaplin) en la década de los 40, momento en que los EE. UU. entran en el conflicto bélico e Ira es llamado a filas. Una bella historia de amor en la que la idea de concebir un hijo cobra una vital relevancia en la relación. Una vez más, las cartas sirven de nexo de unión del pasado con el presente. En el mundo de Luke y Sophia, Ira sufre un accidente y es socorrido por los dos jóvenes. En su coche, el abuelete transportaba una caja con un centenar de cartas. Ira contará a la joven la historia de amor que narran esas epístolas.

parejaLa película tiene sus puntos fuertes en la ejecución técnica, la fotografía y una banda sonora acorde con el film (dulce, con un par de temazos estilo country). Los paisajes y ambientes son espectaculares, así como las escenas donde se luce el cowboy y esos bicharracos de casi una tonelada que con sus brincos y bufidos ponen la piel de gallina al espectador. Algunas de estas bellas imágenes están rodadas a cámara lenta y resultan casi hipnóticas y un buen ejercicio estético. Hay todo un mundo alrededor de los riders bull (profesionales del rodeo) comparable en alguna medida con una corrida de toros. Aquí de lo que se trata es de estar encima del toro 8 segundos, con estilo y tratando de que el animal obedezca al montador. Las caídas son brutales ya que solo se pueden sujetar con una mano. Las lesiones son muy habituales. Es más, todos saben que llegará la lesión solo esperan cuándo y cuál será la gravedad (se pueden quedar parapléjicos o medio trastornados, en la película no usan casco, pero ahora debe de ser obligatorio). La alternancia de estas imágenes con las dos historias de amor ayuda a mantener el ritmo a pesar de las más horas de duración. Otra de las cuestiones que suma es la buena química entre los integrantes de las dos parejas. Scott Eastwood y Britt Robertson, radiantes, eufóricos, con una amor más salvaje, más «moderno». Jack Huston y Oona Chaplin (una belleza diferente), más contenidos acordes con unos tiempos más puritanos. Magníficos. Y acompañados de dos veteranos como Alan Alda (qué mayorcito se le ve) y Lolita Davidovich (algo menos, pero reflejo de cómo pasa el tiempo para todos). Scott y Britt parecen sacados de un catálogo de moda. No pueden lucir mejor en la pantalla. A Britt la conocía por una de esas series que ponen en la época estival, Una vida inesperada. Con ella en la TV el verano parece más fresco. Ambos son candidatos a sustituir a los grandes iconos de la industria, esperemos que no solo por la belleza.

el-viaje-mas-largo-2015-imagen-15Los puntos débiles radican en lo forzado que resultan algunos aspectos del guion para que todo cuadre cinematográficamente. Pillamos el truco para que entre en la escena el culito desnudo de Scott Eastwood (clavadito a su padre –él, no su culo, claro está-). El final se lo han currado un poquito pero está penalizado por esa búsqueda constante en las producciones del final feliz. Pero todo ello funciona y da como resultado un producto honesto que no defrauda al que acude al cine sabiendo lo que va a ver.
La banda sonora de Mark Isham (Crash, 2004 o Leones por corderos, 2007) está muy lograda. Inserta varios temas muy buenos, melosos, pero dignos, como suele ser habitual en las películas románticas, pero también con gran fuerza en los momentos del rodeo (por cierto, magníficos momentos que te sumergen en un mundo bastante desconocido a este lado del Atlántico). Y además con ese acento country en alguna de ellas.

Creo recordar que un ejercicio de los surrealistas, allá por los años 20 del siglo XX, en el París de las vanguardias, consistía en ir al cine al tuntún, sin saber nada de la película que estaban proyectando, sin tan siquiera saber si la cinta estaba a la mitad o en su recta final. Un ejercicio para conocer una ciudad cualquiera es coger el callejero y seleccionar al azar 5 o 6 calles y trazar un recorrido urbano para realizarlo a pie. Es una manera distinta de conocer una. ¿Por qué cuento esto? El viaje más largo no es de esas películas que uno tenga ganas de ver, así a la primera, ni por el tema, ni por los actores, ni por el director. No reúne un mínimo. Pero un ejercicio para los amantes del cine es llegar y entrar en una sala para ver una película que te cuadra por el horario y dejarte llevar. Pues más o menos así es como he llegado a El viaje más largo, una película que dura más de dos horas y que resulta un producto almibarado, para los que guste de los romances, pero que contiene una bellas imágenes, una buena banda sonora muy bien escogida, una aceptable interpretación de todo el elenco, y una historia contada con un buen ritmo que cumple sobradamente con el propósito de entretener.

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus

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