Crítica película de John Carney, Begin Again

Begin again
Tócala otra vez, Gretta

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Película: Begin again.
Interpretación: Keira Knightley (Greta), Mark Ruffalo (Dan), Adam Levine (Dave), Hailee Steinfeld (Violet), Catherine Keener (Miriam), Mos Def (Saul).
Dirección y guion: John Carney. País: USA. Año: 2013.
Duración: 104 min.
Género: Comedia romántica.
Producción: Tobin Armbrust, Anthony Bregman.
Música: Gregg Alexander.
Fotografía: Yaron Orbach. Montaje: Andrew Marcus.
Diseño de producción: Chad Keith. Vestuario: Arjun Bhasin.
Distribuidora: eOne Films Spain.
Estreno en USA: 4 Julio 2014. Estreno en España: 1 Agosto 2014.
Calificación por edades: Apta para todos los públicos.

Sinopsis
Gretta y Dave, una pareja de jóvenes enamorados, se lanzan a hacer la Américas para realizar (o intentar) su sueño. Son cantantes y compositores que viven y aman la música. Llegan, con el acuerdo de un sello discográfico para que Dave publique su álbum, a la Gran Ciudad, a Nueva York. Greta tendrá que buscar su oportunidad. Pero allí se van a encontrar con que el éxito tiene muchos pinchos y ese fruto tan apetitoso, a veces, es amargo. Dan está en un limbo. Ha sido productor de éxito y fundador de una discográfica. Lleva años sin dar con un grupo o cantante que le saque de su ostracismo. En su vagabundeo se topa con Gretta y su gran tema. Este encuentro cambiará la vida de ambos.

Comentario

“Si la música es el sustento del amor, que siga sonando”
William Shakespeare

Amor, música, cine… Buena propuesta veraniega. ¿Quién es el director de Begin Again? El mismo que el de Once (2006, John Carney) aquella película que tenía buena música, con un tema poderoso y una historia bien contada. Entonces vamos… Este puede haber sido el diálogo ficticio establecido a la hora de decidirte por ir a ver tal o cual película. John Carney ya tiene sus señas de identidad: una historia de amor llevada al cine con buenos temas musicales compuestos ad hoc para la película, junto con otros temas de grandes figuras.

En contra de lo que suele ser lo habitual, los responsables de la distribución en España no han traducido el título y lo han dejado tal cual. Claro, su traducción literal sería Volver a empezar (estoy oyendo el soniquete de cuando nombraron esta película al entregar el Oscar a José Luis Garci). Y es que su traducción da muchas pistas de lo que nos vamos a encontrar al ver la cinta.

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Esta película tiene una estética y una filosofía cercana al indie. Un término anglosajón que significa independiente. Llevado al mundo de la cultura, actualmente se usa para englobar a jóvenes y adolescentes con un tipo de cosas en común que definen un estilo de vida configurando una subcultura contemporánea entre muchos jóvenes. Esto es una constante en la película. Se puede decir que la pareja protagonista es indie (sobre todo ella, como al final de la misma se verá). Van buscando su estilo propio, ser independientes, y rechazar el mercantilismo y la masificación de las tendencias. Mantener la elegancia sin perder el toque de frescura, ese podría ser su eslogan. Ah, y por supuesto, no pueden faltar los complementos: sombrerito y bicicleta urbana, a ser posible con una cesta incorporada. Este toque chic que te diferencia.

Begin again narra una historia sencilla que resulta ser un tema muy recurrente: la llegada a suelo americano para poder cumplir los sueños. Si quitamos americano y ponemos el suelo de cualquier otra patria donde tienen que recalar nuestros jóvenes estamos hablando de un tema muy actual. En la línea de una de las últimas películas de nuestro cine español y que recientemente comentamos: La vida inesperada (2014, Javier Torregrossa).

Begin again tiene su puntito de crítica social. Hay una crítica a los jóvenes, una crítica a la sociedad, y al mundo empresarial ligado a las discográficas (que bien se podría llevar a las editoras de contenidos culturales), que se encuentra gravemente enfermo: el artista crea y hay un sinfín de personas que viven, de ese fruto, casi mejor que el propio autor. Sostenida por un sólido guion, está llena de píldoras, de ideas, que se integran en la película de la misma forma que lo hacen los temas musicales realizados ad hoc. Algunos ejemplos: una pareja que entra a una discoteca a bailar escuchando su propia música, o poner una canción para bailar y jugar a que nadie se mueva; y hasta los títulos de crédito tienen su cuota de creatividad. Buenas ideas engarzadas en la línea argumental. Destacable también es la forma magnífica de contar la vida de los personajes con unos flashback integrados que alteran la línea estructural de los sucesos de manera prodigiosa, natural y sin rechinar.

Es muy evidente que Begin again está llena de tópicos. Pero estos están bien planteados y funcionan. Chico se enamora de chica; chico rompe con chica y se va con otra. Chica llora, mucho. Llora su pérdida. Chico, oh cielos, se da cuenta de que el gran amor, el amor de su vida es el que tiene a su lado. A por ella. Y la chica… (Vayan al cine). Otros de esos tópicos es el de la ruptura del matrimonio, la relación paterna filial; o encontrar la oportunidad de su vida (o no) justo la noche anterior de su regreso. Pero en Begin again, funcionan y, a fin de cuentas, eso es lo que vale. Tal vez porque están aderezadas con los temas musicales cuyas letras (imprescindible la traducción al castellano para aquellos que no dominan la lengua de Shakespeare) están en consonancia con la escena y son casi el diálogo de la misma.

(L-R) KEIRA KNIGHTLEY and MARK RUFFALO star in BEGIN AGAIN

En algún momento me ha recordado a otra gran película musical. Me refiero a El último concierto (Yaron Zilberman, 2012). Si bien en esta es música clásica, tiene en común la pasión por la música. Viven, aman y se relaciona para la música, su gran proyecto.

Otro punto fuerte es la actuación de los actores. Keira Knightley parece ser que sustituyó a Scarlett Johansson. Es flacucha, desgarbada, pero tiene una cara dulce, sensual y su belleza enamora. Punto. Lo borda. Desempeña el papel de una chica tímida, con el corazón roto, que compone sus canciones, que le da pavor subirse a un escenario para tocarlos, que no tiene ni Facebook, ni Myspace y que por no tener, no tiene ni una maqueta con sus propios temas. Mark Ruffalo también está admirable. Algo brutote, pero con su punto donjuanesco. Podríamos decir que ejecuta también su papel que hasta podemos detectar el whisky en su aliento. Ha sido guapo, ha sido un triunfador, lo ha sido casi todo en la industria musical y hasta llegó a tocar el cielo al recibir dos Grammy. Como secundaria de lujo, en el papel de esposa de Dan, Catherine Keener, está convincente. A sus espaldas tiene una gran cantidad de papeles realizados a lo largo de su carrera. Y el otro palo de la baraja es Adam Levine. No sabía nada de este actor. Representa al novio de Gretta y parece que se representa así mismo (es el líder de la banda Marron 5). Seguro que le trajeron de cabeza con el tema de la barba. Está correcto. En su conjunto y de una manera general, los personajes se nos muestran reales, cercanos y empatizan con el espectador (sales del cine con unas ganas de bailar…) porque nos los creemos y son adorables. Sobre todo con la pareja protagonista, con Greta y Dan, con Keira Knightley y Mark Ruffalo. La química entre ellos es evidente. Nos transmiten esa ilusión, esa fuerza y hasta palpamos el talento que tienen y sus ganas de salir adelante con ese grito a la esperanza cuando todo parece que estaba perdido. Comparten pasión: pasión por la música. Me quedé con muchas ganas de saber qué contienen sus listas de reproducción en sus smartphones, para pasarles las mías, para compartir esa música. Como bien dicen sus protagonistas, es algo tan personal que define a sus dueños. Pues bien, ese brillo, esa vitalidad, esa energía, es difícil de impostar. Sabíamos de las dotes interpretativas musicales de la rubia Scarlett, pero poco sabíamos las de Keira. No es de extrañar que la banda sonora de Begin again sea el CD más vendido en iTunes. Su voz interpretando los temas pop-folk los convierten en delicadas melodías (de acuerdo que más parece que esté recitando, pero es lo que se lleva en cuanto temas indie, aunque no es comparable, por poner un ejemplo con Russian Red). Por último, también sale Nueva York. Y es un topicazo más, pero la ciudad se convierte en una protagonista con sus escenarios tan reconocibles. Es la meca de muchos artistas que viajan para tratar de alcanzar sus sueños. Las grabaciones de los temas en directo, en sus calles, bajo sus puentes, en el metro, los ambientes cutres, los vagabundos, los policías, las sirenas, y toda esa parafernalia tan icónica de la Gran Manzana convierten a la ciudad en eso, en otra protagonista más.

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Destacaría dos escenas mágicas que te hacen un converso del séptimo arte a pesar (al igual que sucede en la película con la música) de no pasar por su mejor momento. La primera de ellas es cuando Dan, en un garito con actuación en directo del East Village, oye el tema con el que se da a conocer Gretta. Él, en su imaginación, va incorporando los distintos elementos, los arreglos musicales, para que esa canción, que ha interpretado penosamente debido a los nervios, se convierta en un temazo. La manera tan plástica, tan bella de cómo se incorporan es maravillosa. Dan tiene un don, pero solo se le manifiesta cuando está borracho: tiene la facultad de «ver» los arreglos que necesita un tema. Esta circunstancia le lleva a beber algo más de lo deseable. La otra escena también tiene que ver con la incorporación de instrumentos. Se desarrolla en la terraza, frente al Empire State. Tocan una canción en la que todos los músicos son cómplices y transmiten ese entusiasmo a la gran pantalla.
Una pega: algo de abuso en los temas indies. Pero como he dicho antes, como sustituyen a los diálogos, pues se aceptan. En definitiva, una propuesta que cumple con creces las expectativas que había suscitado este director tras su deliciosa Once y que deja un muy buen sabor de boca. Vayan al cine a escuchar y jueguen a ver si son capaces de estarse quietos en la butaca con el tema que nos proponen. Tópica y previsible, que despierta simpatías porque es un dulce que no amarga.

Os dejo un buen tráiler:

Luisjo Cuadrado
Revista Atticus

 

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