Silencio de hielo. Suspense y drama con personajes verosímiles

Silencio de hielo. Suspense y drama con personajes verosímiles

Ficha

Película: Silencio de hielo.

Título original: Das Letzte schweigen.

Dirección y guion: Baran bo Odar.

País: Alemania. Año: 2010.

Duración: 120 min. Género: Drama, thriller.

Interpretación: Ulrich Thomsen (Peer Sommer), Wotan Wilke Möhring (Timo), Burghart Klaussner (Krischan), Katrin Sass (Elena), Sebastian Blomberg (David).

Producción: Jörg Schulze, Frank Evers y Florian Schnerider.

Música: Kris Steininger y Michael Kamm.

Fotografía: Nikolaus Summerer. Montaje: Robert Rzesacz.

Diseño de producción: Christian M. Goldbeck y Yesim Zolan.

Vestuario: Katharina Ost.

Distribuidora: Karma Films. Estreno en Alemania: 19 Agosto 2010.

Estreno en España: 10 Agosto 2012.

Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

Sinopsis

Un hecho deleznable: violación y asesinato de una niña que iba en bicicleta camino de su casa. La repetición de ese hecho después de veintitrés años, en el mismo lugar, con el mismo modus operandi. Y la investigación de este nuevo asesinato que trae en jaque a la policía. Todo ello llevado de la mano de un policía que no pudo encontrar al asesino y que ahora cree ver una conexión entre ambos casos a las puertas de su jubilación.

Comentario

Silencio de hielo es una producción alemana, de un director novel, Baran bo Odar, prácticamente desconocido en España (su anterior cinta fue la película del final de su proyecto de carrera «Unter der Sonne»). Se trata de la adaptación de la novela homónima de Jan Costin Wagner y que obtuvo un premio en 2002; en ella narra las aventuras de un atormentado Kimmo Joentaa y Silencio de hielo es la segunda entrega.

Dos jóvenes Peer Sommer (Ulrich Thomsen) y Timo (Wotan Wilke Möhring) tiene algo más en común que una atracción física; les gustan las niñas. Peer persigue, acosa, viola y mata a la pequeña Pia, de una manera absurda y terrible, mientras su amigo asiste impávido a la escena. Tampoco nada hace en las tareas de ocultamiento del cadáver. En los días siguientes Timo huye despavorido abandonando el lugar y a su compañero. Este deleznable suceso supone el punto de arranque de la acción. Veintitrés años después los hechos se repiten: muerte de una niña, Sinikka, que iba en bicicleta camino de su casa. El mismo modus operandi, el mismo lugar, son demasiadas coincidencias para no pensar que son obra de la misma persona. Timo rememora los acontecimientos mientras el policía que se encargó de la investigación y que no encontró un culpable vuelve a retomar sus pesquisas para dar con el criminal.

Estos son los hechos. La acción transcurrirá rememorando los acontecimientos y todo el proceso de investigación a cargo de una policía bastante inepta más pendiente de resultados que de efectividad donde un policía jubilado, Krischan, volverá sobre sus pasos para averiguar porque no pudo encontrar un culpable y si este nuevo crimen puede deberse a la misma persona. En su tarea le ayudará un policía David (visceral y algo perdido) que acaba de sufrir la muerte de su esposa víctima de un cáncer. Un thriller, una novela negra pero, ¿de qué va realmente Silencio de hielo?

Silencio de hielo va de la pérdida de un ser querido, de lo frágil que es la vida de un ser humano y de cómo afrontamos esta pérdida. También nos habla de la desesperación que supone esa ausencia y la soledad que conlleva. Es una película que se centra más en los personajes, sus emociones, sus razones, sus miedos que en la propia acción que desencadenan los hechos. El director Baran bo Odar trata de meterse en la cabeza de los protagonistas y hacernos partícipes de lo que les sucede. Son muchos los puntos de vista desde donde acomete esta empresa. Por un lado está la madre de Pia, la primera niña muerta. Su dolor se agrava por la ineficacia de la policía que no ha encontrado un culpable. Por otro lado está el dolor de los padres de la reciente barbarie que tienen que asistir a cómo la policía es incapaz de encontrar el cuerpo de la pequeña mientras los medios de comunicación les atosigan si importarles su dolor. El padre se siente culpable ante los reproches de su mujer por no haber acompañado a su hija. El policía Krischan que no deja de preguntarse donde falló, que es lo que pasó por alto mientras compara uno y otro crimen. Mientras que el inspector David, tal vez, se sienta culpable tan solo por estar vivo. Y. sobre todo está Timo, su remordimiento, sus años de culpa, su cobardía por no delatar a su compañero y no entregarse a la justicia. Punto y aparte merece Peer Sommer, coprotagonista y vil villano (magnífico personaje sobre el cual me caben un momento de preguntas pero que no cuestiono aquí por no desvelar la trama).

Silencio de hielo aborda un tema tan espinoso como atroz: la pederastia en nuestra sociedad. Una sociedad donde parece que el hedonismo prima por encima de todo y en donde el «diablo» parece que campa a sus anchas y hace del ordenador un buen caldo de cultivo para aquellos que tiene en el ojo de mira a los pequeños infantes. El director no se ha ensañado con macabros detalles ni crueles escenas violentas. Basta ver la cara que ponen ante la pantalla del ordenador para ver qué tipo de contenidos tiene en su disco duro más allá de los proyectos técnicos que un arquitecto puede tener allí almacenados.

 

Silencio de hielo es una buena película. Tal vez abusa de algún subrayado innecesario (un ejemplo claro es cómo el policía da con la motivación de Peer  y como en las escena siguiente el propio criminal lo subraya). Y también hemos visto muchas veces esposas ajenas a las actividades de sus maridos o casos en los que interviene un policía que se acaba de jubilar y no puede dejar el caso. Pero son pegas menores que no desmerecen el conjunto de una película que conjuga el suspense con el drama y que cuenta con unos personajes verosímiles. A destacar la buena presencia tanto de la música como de esos silencios que se vuelven incómodos o de esos diálogos con frases inacabadas o respuestas no emitidas (como muchas veces sucede en nuestras vidas, no todo tiene que estar perfecto en la vida/guión).

El thriller

 

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus

 

 

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