Aficionados, como la vida misma

Aficionados

 

Aficionados es una película independiente, producida exclusivamente con financiación privada, escrita por los propios actores, mezclando realidad y ficción, y rodada por un equipo técnico recién salido de las escuelas. Durante la 54ª Semana Internacional de Cine de Valladolid se proyectó una copia de trabajo en dos sesiones de film evaluation, tras las cuales se distribuyó al público una encuesta, cuyos resultados se revelaron muy valiosos durante el montaje definitivo de la película.

 

 

Aficionados, como la vida misma.

Aficionados es la ópera prima de Arturo Dueñas, en lo que a largometrajes se refiere, porque el director vallisoletano ya había realizado anteriormente dos cortos (Run, run, run y Pucela Square).

El film es una “metáfora de la vida” como él mismo lo ha definido: Aficionados son seis historias reales de personajes en crisis, de la incomunicación de nuestra sociedad, de la dificultad que entrañan las relaciones personales y sociales. Todo ello mantiene un lazo común: El teatro. Precisamente, de la improvisación de los ejercicios de un taller de teatro ha surgido el film.

La cotidianeidad que invade todas y cada una de las situaciones planteadas hace que esta película de creación colectiva resulte muy cercana. El espectador puede identificarse con las historias de sus personajes, razón por la cual resulta emotiva, dulce y fresca.

Arturo es un bibliotecario que vive solo. Su soledad se acentúa cuando su asistenta tiene que marcharse a Ecuador. Aunque su situación cambia al cruzarse en su camino Rebeca, una chica a la que ha conocido en el taller teatral. Rebeca trabaja en un hipódromo y es madre soltera. Su dilema es la inexistente relación con su padre, un hombre intransigente y lleno de prejuicios, un personaje que aparece, casi en la sombra, en el film. Por otra parte, Arturo está realizando un tipo de “préstamo peculiar” en la biblioteca de la facultad donde trabaja: Recomienda libros a los estudiantes y tira aquellos libros que no le gustan.

Jesús es un maestro que vive con su hermana. La convivencia es buena hasta que descubre que su hermana tiene una relación sentimental y salgan a relucir sus celos.

Problemas de tipo profesional afectan a Laura, Mauro y Nuria, lo que acabará influyendo en su vida personal. Laura se pasa el día trabajando para su empresa, es el estereotipo de ejecutiva esnob, emprendedora y muy constante en su trabajo, aunque esto le esté costando el dejar a un lado su matrimonio. Nuria es su compañera de trabajo, cuestión que ambas prefieren olvidar al entrar en el taller teatral;  no es valorada en su oficina, a pesar de su esfuerzo y su tesón, se siente ninguneada por su jefe. Mauro es italiano, vive con su mujer y sus dos hijas y trabaja como profesor y cocinero (sin tener ni idea de cocina), aunque su verdadera pasión es el teatro. Su mujer le reprocha constantemente el tiempo que pasa en el taller teatral, con el consiguiente abandono de su familia.

El teatro es lo que une todos los problemas y, a su vez, se presenta como la solución: El toque de dulzura y alivio a los problemas de cada personaje, la semilla de la amistad entre ellos. En este sentido, debemos hacer un merecidísimo recuerdo a “El viaje a ninguna parte” (Fernando Fernán Gómez, 1986), Mejor Película en los primeros premios Goya, de los que este año se han cumplido su 25 aniversario. La película cuenta las hazañas de un grupo de actores durante la posguerra española, sus andanzas y desventuras por los pueblos de Castilla, sumida en la pobreza y el analfabetismo y el surgimiento del cine, nuevo espectáculo de masas, como competidor del teatro. A pesar de todo (el teatro no puede ser su medio de subsistencia y son personajes “mal vistos” – cómicos – ante los ojos de una sociedad hipócrita y cerrada), el arte de Talía es su verdadera vocación y el hilo con el que cosen sus relaciones personales (familiares y amorosas); situación similar es, asimismo, la que viven los protagonistas del film “Pájaros de papel” (Emilio Aragón, 2010) éste, de menor calidad.

Aficionados combina teatro – cine y también tendría un buen enfoque desde el mundo de la televisión, pues de cada historia podría salir un argumento excepcional para una serie.

Me gustaría destacar dos aspectos innovadores del film:

En primer lugar, la música: Como ha señalado Arturo Dueñas, la canción principal (“Que se apague la luz”) ha sido compuesta por la asturiana Margarita Rodríguez Miranda, música aficionada. Es una melodía romántica y pegadiza a la vez ; acompañó (en este caso, convirtiéndose en música diegética) a los seis personajes en la secuencia del cumpleaños de Arturo, que tuvo que “celebrar” sólo por diferentes motivos.

En segundo lugar, la manera original de presentar Valladolid ante la cámara: No han sido muchas las veces que los cineastas han elegido la antigua Pintia como escenario: La película más reciente ha sido “Un buen día lo tiene cualquiera” (Santiago Lorenzo, 2007), protagonizada por los excelentes actores vallisoletanos Juan Antonio Quintana y Diego Martín. Tradicionalmente, siempre se han mostrado los monumentos emblemáticos de la ciudad (iglesias de Santa María la Antigua, San Pablo, museos – Nacional de Escultura y Museo de Arte Contemporáneo…etc), sin embargo, Aficionados nos da una visión joven y cosmopolita de la ciudad: Valladolid cultural (Universidad, Teatro de Calle, concurso de esculturas de arena), moderna (crecimiento urbanístico: Parquesol) y abierta al exterior (vías del A.V.E.). Gran acierto, como lo ha sido también la presentación de esta película en la 54ª edición de Seminci: Las encuestas a las que el público respondió, cambiaron el contenido y la forma del film. Nueva forma de hacer cine y de sumergir al espectador en el arte.

Como colofón, sólo me queda desear mucha suerte a todo el equipo de Arturo Dueñas, para los Goya del próximo año y para sus nuevos proyectos y recomendar a los cinéfilos que acudan a ver Aficionados, una película “como la vida misma”.

La web es una chulada. Probar a enchufar el magnetófono para escuchar los temas musicales: http://aficionadoslapelicula.com/

Lástima que no te permita la descarga de imágenes.

                                                                                  Cristy G. Lozano.

 ENTREVISTA A ARTURO DUEÑAS

Con motivo del estreno de la película Aficionados, nuestra colaboradora Cristy G. Lozano realizó una entrevista a su director. Por motivos de espacio os dejamos un extracto de la misma.

Entrevista a Arturo Dueñas Herrero, director de Aficionados.

De izq a der Jesús Burgoa (actor), Arturo Dueñas (director y actor) y Nuria Torres (actriz y coguionista). Foto Pilar González

Domingo, “hora del vermouth”. Nos citamos con Arturo Dueñas Herrero en una céntrica cafetería vallisoletana para hablar de Aficionados, su primer largometraje. Le acompañan dos de los actores de la película, Nuria de Torres y Jesús Burgoa y Nieves Centeno, ayudante de montaje y “consejera”. Aficionados es una película de creación colectiva, divertida, dulce, y sobre todo, muy real que nos habla de seis vidas diferentes pero con algo en común: Como en  nuestra sociedad actual, todos ellos se encuentran en crisis.

 ¿Cómo surgió la idea de hacer este largometraje, Aficionados, después de sus dos cortos, Run, run, run y Pucela Square?

 La idea surgió, precisamente, después de hacer Pucela Square, en el que participaron los mismos actores, nos habíamos conocido en un taller de teatro. Fue Jesús (Jesús Burgoa) el que me propuso hacer un largometraje y mezclar así la experiencia del teatro con sus propias vidas.

Lo que más me ha sorprendido del film es que carece de un guión previo. ¿Por qué tomaste esta decisión? ¿Esta forma de trabajar entraña mayor o menor dificultad?

 Lo decidimos así porque la película surgió a raíz de los ejercicios de improvisación que realizábamos en las clases de teatro. A veces, los diálogos de algunas películas son muy obligados, muy forzados. En cambio, Aficionados se fue construyendo poco a poco. Esta forma de trabajar resultó muy complicada a la hora de llevar a cabo el montaje.

Es casi de obligado cumplimiento preguntarte (por la cuestión de actualidad) ¿Qué opinas de la controvertida Ley Sinde?

La Ley Sinde es innecesaria y está dividiendo mucho a la gente. Es necesario que autores, intérpretes y técnicos vivan de su trabajo. Las descargas masivas hacen que este sector desaparezca y condenan a los estudiantes de Cine al paro. Lo más irónico es que todo esto se haga “en nombre de la libertad”. El cierre de páginas no es la solución. La solución es la creación de plataformas para descargas legales, algo que ya se hace en Estados Unidos y que está comenzando en España con una suscripción mensual (5 o 6 euros al mes). Pero las leyes impositivas no aportan nada.

La música de la película me ha parecido excelente, sobre todo, la canción que acompaña a Arturo en la secuencia en que está esperando a sus amigos en el restaurante para celebrar su cumpleaños. ¿Quién es el autor e intérprete?

 La canción es letra y música original para la película. Se titula “Que se apague la luz” y la presentaremos a los Goya del próximo año para que opte al premio a la mejor canción original. La autora de la letra y música es la asturiana Margarita Rodríguez Miranda, también música aficionada, no profesional. La cantante es Verónica Ronda, profesora de voz del taller de teatro. Al violonchelo, José María Villarreal y al piano, Pablo Rodríguez, profesor del curso del taller de teatro, tanto en la ficción como en la realidad.

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