Comentario de la película En la casa

EN LA CASA de François Ozon

Ficha

Película: En la casa.

Título original: Dans la maison.

Dirección: François Ozon.

País: Francia. Año: 2012.

Duración: 105 min.

Género: Drama, comedia, thriller.

Interpretación: Fabrice Luchini (Germain), Ernst Umhauer (Claude), Kristin Scott Thomas (Jeanne), Emmanuelle Seigner (Esther), Denis Ménochet (Rapha padre), Bastien Ughetto (Rapha hijo), Jean-François Balmer (director), Yolande Moreau (gemelas), Catherine Davenier (Anouk).

Guion: François Ozon; adaptación libre de la obra de teatro «El chico de la última fila», de Juan Mayorga.

Producción: Eric Altmeyer y Nicolas Altmeyer.

Música: Philippe Rombi.

Fotografía: Jérôme Alméras.

Montaje: Laure Gardette.

Diseño de producción: Arnaud De Moleron.

Vestuario: Pascaline Chavanne.

Distribuidora: Golem.

Estreno en Francia: 10 Octubre 2012. Estreno en España: 9 Noviembre 2012.

 

Sinopsis

Un profesor cansado de enseñar para alumnos sin ningún tipo de interés, descubre de repente, corrigiendo las redacciones que estos le han entregado como deberes, que uno de los chicos, para inspirarse para el trabajo sobre el fin de semana ha conseguido «colarse» en la casa de uno de sus compañeros y escribe como es la vida de la clase media, una vida del todo inaccesible para él.

El profesor, que enseguida queda cautivado por la historia, empieza a alentar a su estudiante para que siga escribiendo, sin embargo, esto les llevará a una situación que empezará a escapar poco a poco a su control.

Comentario

François Ozon, con esta nuevo largometraje, aborda temas variados y complejos, enganchándonos desde el principio con una pequeña sonrisa en los primeros minutos, cuando Germain (Fabrice Luchini) en una situación un tanto cómica, en la que todos los profesores están prestando atención al director que explica las nuevas normas, mientras él sostiene un croissant y lo mira como buscando respuestas en su interior a lo que se está exponiendo. Con un detalle tan nimio como este nos damos cuenta de Germain, es un profesor cansado que lo único que quiere es que le dejen impartir su asignatura como él quiera, y no pensando si el bolígrafo rojo o el verde estresarán más o menos al alumno.

Cuando Germain lee el primer relato de Claude (Ernst Umhauer), se queda fascinado y se lo enseña a su mujer, Jeanne (Kristin Scott Thomas), la cual se convierte de inmediato en una observadora externa. Estos dos forman un matrimonio feliz aunque algo atípico, el es un apasionado de la literatura clásica y ella una defensora del arte contemporáneo, pero la diferencia nunca ha sido una fuente de conflicto, al contrario, el amor que sienten los dos por la cultura es como el hijo que nunca tuvieron y esto solo empieza a pasarles factura conforme se acerca el final de la película.

A todo esto, Claude sigue entregándole relatos a Germain sobre la familia a la que de alguna manera, le gustaría pertenecer. Se ha convertido en el mejor amigo del hijo y a partir de ahí observa de día e incluso de noche, como es la vida en esa familia. Un padre con un trabajo que no le satisface y que está obsesionado con China, una madre, Esther (Emmanuelle Seigner), que pese a sus sueños se ha convertido en un ama de casa aburrida y por supuesto Rapha, su amigo, un chico simplón al que solo parece interesarle el baloncesto.

Los textos que le entrega Claude a Germain son cada vez más frecuentes, y con los consejos que éste le ha dado para mejorar su forma de escribir, Claude da rienda suelta a su imaginación por lo que poco a poco, en la película, se nos va haciendo cada vez más difícil diferenciar que es real de lo que no, se nos va difuminando la línea que marca donde empieza y donde acaba la ficción del chico. La historia va contando nuestro protagonista, se ha convertido en una obsesión para ambos, Claude tiene el ardiente deseo de un muchacho de dieciséis años y en su afán por querer formar parte de la familia y escapar de su triste realidad, parece que se ha enamorado de la mujer, y Germain  que tuvo sueños de escritor pero que nunca lo consiguió, escapa de su frustración mediante lo que le presenta Claude, en ocasiones incluso se le ve «participando» de la propia narración que éste va realizando, como una especie de voz de la conciencia.

Al final, la historia empieza a destruirlos a los dos, Claude ve que no puede pertenecer a esa familia, que se cierra ante su presencia, y Germain se ha cansado de toda la ficción, que se ha vuelvo demasiado obsesiva, llegando a tal punto que su estudiante ha entrado en su casa y llegado a entablar una cierta relación con su mujer.

La escena final de la película, es perfecta, Claude y Germain sentados en un banco frente a un edificio con muchas ventanas, cada ventana representando una nueva historia, un asesinato, una pareja de lesbianas, un matrimonio de ancianos que baila, etc. Un mundo con infinidad de opciones y de posibilidades que descubrir, si de nuevo, vuelven a entrar en la casa.

En definitiva, la nueva cinta de François Ozon está conducida de forma perfecta, como el sultán de Las mil y unas noches que no podía decapitar a Scheherezade porque necesitaba conocer el final de la historia que ésta le contaba, tanto el público como los propios personajes, están siempre expectantes para ver que es lo siguiente que va a ocurrir. Germain y su mujer Jeanne, que aunque crítica al principio con Claude, tiene una actitud un tanto voyeurista, están siempre ansiosos por conocer que es lo siguiente que éste hará cuando vaya a la casa. Y nosotros, el público, que contenemos el aliento cuando le vemos caminando a oscuras por el pasillo esperando que no le descubran, mientras ve a los padres haciendo el amor o discutiendo, nos convertimos también en unos «mirones» pues estamos ansiosos de «volver» a esa casa para ver como continua la historia.

Todo esto está sutilmente acompañado de una banda sonora sencilla pero muy efectiva, nos agarramos al asiento en los momentos en que Claude observa sigiloso por el pasillo y suspiramos aliviados cuando vemos que una vez más no ha sido descubierto. Además la fotografía es muy acertada, no hacen falta grandes escenarios, solo un aula de la escuela, un despacho, la casa de la familia, algo cotidiano a lo que todos estamos acostumbrados y que nos hace un poco más creíble todo lo que nos muestran.

Sin duda alguna, En la casa es una grandísima película, que refleja, de una manera firme y contundente, problemas cotidianos de la sociedad actual, una familia corriente con sus dificultades, un chico que intenta escapar de la realidad, profesores hastiados de alumnos sin interés, y por supuesto, el afán de mucha gente por inmiscuirse en la vida de los demás, ya no es suficiente con mirar por la ventana, sino que deseamos entrar en la casa, y siempre hay una forma de hacerlo.

Un trailer:

http://youtu.be/O1zcbybftIQ

 

Juan Matilla Varas

 

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