Seis puntos sobre Emma. El amor nos vuelve ciegos.

Seis puntos sobre Emma. El amor nos vuelve ciegos.

 

Ficha

Película: Seis puntos sobre Emma.

Dirección: Roberto Pérez Toledo.

Interpretación: Verónica Echegui (Emma), Álex García (Germán), Fernando Tielve (Diego), Nacho Aldeguer (Ricky), Mariam Hernández (Lucía), Antonio Velázquez (Jorge), Paloma Soroa (Lidia), Beatriz López (Eli), Blanca Rodríguez (Reina).

Guion: Roberto Pérez Toledo y Peter Andermatt.

País: España. Año: 2011.

Duración: 85 min. Género: Drama, romance.

Producción ejecutiva: Ana Sánchez-Gijón. Música: David Cordero. Fotografía: Juan A. Castaño. Diseño de producción: Alfonso Ruiz. Vestuario: Gemma García del Álamo.

Distribuidora: Alta Classics. Estreno en España: 11 Mayo 2012.

Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.

Sinopsis

Emma es una joven guapa de apenas treinta años. Es ciega. Trabaja en el Teléfono de la Esperanza porque sabe muy bien como brindar esperanza al mundo. Vive en un pequeño apartamento con la única compañía de su perro Rosca. Alterna sus novios sin encontrar la persona adecuada. Con su último novio no consigue quedarse embarazada con lo cual pone fin a esa relación e inicia la búsqueda de un espermatozoide perfecto, sin complicaciones, sin enamorarse, sin sentimientos. Surgen dos candidatos, por un lado Germán, sicólogo y terapeuta al que conoce en la terapia a la que asiste y el otro será un nuevo vecino, Diego. Lo que en un principio parece un objetivo fácil para Emma no lo será tanto al caer en la trampa de su propio juego. Al final descubrirá que hay muchas maneras de estar ciega y que la ceguera no solamente radica en sus ojos.

Comentario

Un comentario en la radio me bastó para animarme a ver esta película. Su director acudió a una de esas entrevistas promocionales y consiguió captar mi atención. Me siento atraído hacia esas personas que tienen una discapacidad y que son capaces de desenvolverse por la vida. Roberto Pérez es una de ellas. Ve la vida desde un punto de vista más abajo de lo habitual, ya que va en silla de ruedas, pero eso no le hace un minusválido. Narra la vida de una mujer guapa y atrevida, Emma, que es ciega y, circunstancialmente, está ciega pues cree que la única manera de solucionar su descontento es siendo madre.

La película arranca con una imagen, un tanto habitual en muchas películas, pero que aquí se convierte en leitmotiv: Emma tiene una prueba de embarazo y no puede saber si está o no embarazada porque es ciega y su perro, Rosca no se lo puede decir.

Esa secuencia es toda una declaración de intenciones. Es una película dramática pero con estimulantes toques de humor que narra una historia de amor donde la ceguera está muy presente, tanto de forma física como de forma sentimental. ¿Cuántas veces habremos oído eso que se le suele decir a la persona enamorada «si es que estás ciego» o eso otro de «si es que solo ve por los ojos de ella». Roberto Pérez construye, en su ópera prima, una resuelta historia sentimental pero sin caer en los tópicos habituales ni de las situaciones amorosas, ni de los personajes que lucen algún tipo de discapacidad funcional.

En el amor todos somos un poco ciegos, vamos dando palos de ciego por la vida. Caminamos «a ciegas» en busca de la persona adecuada. En eso somos iguales a Emma quién casi nunca abandona su bastón. Emma trabaja en el Teléfono de la Esperanza («pero cobrando eh») porque sabe muy bien como brindar la esperanza al mundo. Pero se siente incapaz de querer a nadie. Tal vez ese sea el motivo que le lleva a un grupo de terapia (no queda muy claro cuáles son los motivos e incluso ella misma manifiesta en su presentación «que no sé muy bien porque estoy aquí»). Acaba de romper con un noviete, una cosa algo habitual en ella como así le recrimina su vecina «cambias más de novio que de gafas de sol», a lo que Emma responde que «no cambio tanto de gafas de sol»). En ese grupo conocerá a Germán, un firme y guapo candidato para su propósito de quedarse embarazada.

El grupo de terapia es un motivo recurrente en el cine. Uno de los últimos que hemos podido ver es el de Gordos de Daniel Sánchez Arevalo (de la cual ya comentamos algo en estas páginas Gordos). Es un recurso que sirve para presentar al espectador los personajes a través de su propia narración, de su yo particular. Cada uno de los personajes integrantes de este grupo tiene detrás de sí una historia, en alguno de ellos más desarrollada que en otros, pero todos con el común denominador de estar asustados ante la vida. Aquí el recurso funciona para mostrarnos lo bien que puede empatizar Emma con todo el mundo, que su discapacidad física no lo impide ser sensible al resto y tomarse las cosas con bastante humor. Emma se muestra ante la vida como una mujer fuerte, dinámica, independiente que odia la compasión y que le digan lo que puede y no puede hacer. Emma se ha construido una barrera emocional, por medio de la ironía, para evitar que la conozcan. Si de un edificio se tratara podríamos utilizar el símil de que Emma tiene una muy buena fachada pero su interior está bastante deteriorado.

Ante una personalidad tan potente el director (y guionista) contrarresta el papel femenino con dos masculinos. Uno de ellos actúa de galán, de guapo, de cachas intelectual. Es Germán, sicólogo y terapeuta que se verá inmerso en un remolino de sensaciones al conocer a Emma y que pondrá patas arriba su vida. Resultará tener una gran discapacidad que tendrá que descubrir el espectador. Y el otro, es Diego. Un joven, bastante más joven que Emma, que asume el papel de protector ante su incapacidad de mostrar lo que siente por la protagonista.

Seis puntos sobre Emma está estructura sobre seis capítulos o puntos, los mismos puntos, seis, con los que en Braille se construye cada una de las letras de su alfabeto.

Algunos puntos de la película no me acaba de gustar por cómo se presentan, ya sea por falta de justificación en la trama (como el porqué acude a terapia) o falta de resolución (las grabaciones de Germán) pero en definitiva estamos o mejor asistimos a una historia narrada de forma brillante, sin tópicos recurrentes sobre discapacidades, valiente, emotiva en algunos momentos (destacaría la bronca con la vecina) nada superficial y que nos propone alguna que otra reflexión. En definitiva, una de las mejores películas españolas del año que aportan una savia nueva de la mano de su director/guionista y la consagración de Verónica Echegui que se muestra sencillamente extraordinaria. Echegui realiza un gran trabajo forzando su papel pero con un resultado natural y creíble (no es de extrañar ese merecidísimo reciente premio de Mejor Actriz de Zonazine del festival de Málaga; también se llevo el de Mejor Guión Novel para Roberto Pérez). Bien arropada por sus compañeros de reparto donde destacaría el conjunto de los personajes, casi anónimos, del grupo de terapia.

Al final salgo de cine con una buena sensación. No he perdido el tiempo viendo esta película. Se acrecienta en mi esa empatía con la gente con alguna discapacidad (sobre todo la de no ver) y me doy cuenta de que hay mucha gente con discapacidad, a algunos se les ve más y a otros no se nos nota tanto.

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus

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