Fotografía de una mujer delante de una casa de Essere Colpito

Fotografía de una mujer delante de una casa – Teatro Calderón

Con “Fotografía de una mujer delante de una casa”, Essere Colpito (compañía creada por las actrices Aldana Herrera Möller y Sheyla Niño) ha querido resaltar la importancia de recuperar la memoria histórica. Su compromiso con el teatro está siempre ligado a la recuperación de la mujer en la historia y en el arte.  En este caso, han querido reivindicar el papel de la mujer en la guerra. En concreto, en esta obra, durante la segunda guerra mundial a través de las artistas surrealistas, Claude Cahun y Marcel Moore: dos mujeres que fueron pareja y hermanastras (puesto que sus padres se casaron cuando ellas ya mantenían secretamente una relación).

Su propósito como compañía es dar a las mujeres el lugar que la historia les ha negado. De esta forma, en su creación anterior, “Una enloquecida aventura interior” (1ª Residencia Artística de El Pavón Teatro Kamikaze) ponían en escena a las, para ellas, mal llamadas poetas suicidas: Violeta Parra, Alejandra Pizarnik, Sylvia Plath, Anne Sexton, Alfonsina Storni y Virginia Woolf.

“Fotografía de una mujer delante de una casa” también tiene el objetivo de “escribir” el nombre de Claude y Marcel en el presente. Como artistas surrealistas vivieron el machismo del movimiento y quedaron relegadas a un segundo lugar dentro del arte. Incluso dentro del tándem artístico que crearon, Marcel (personaje interpretado por Aldana Herrera Möller) ha sido aún más olvidada. La apariencia física de Claude, ambigua y andrógina, hizo pensar a los estudiosos de su obra que era un hombre. De ahí que su trabajo artístico fuese rescatado y ensalzado. Hasta tal punto que las creaciones que hicieron juntas se atribuyeron única y exclusivamente a Claude (por ejemplo, muchas de las fotografías calificadas como autorretratos de Claude por parte de los estudiosos. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que muchas de esas fotografías las realizó Marcel. Su forma de firmar era “dejar” su sombra en la esquina inferior derecha de la fotografía).

El texto, escrito por Sheyla Niño, da protagonismo a Marcel, también como una forma de reivindicar su figura, su obra, e intentando hacer justicia.

La obra también tiene un componente de actualidad. Marcel y Claude formaron parte de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. Utilizaron el arte como arma y crearon “El soldado sin nombre”, pseudónimo con el que llevaron a cabo diversas acciones artísticas que lograron desestabilizar a los nazis. Essere Colpito ve una clara analogía con el momento presente debido al auge del fascismo. Como compañía están utilizando también sus creaciones para hacer una llamada de atención ante el avance de la extrema derecha.

Herrera y Niño quieren resaltar el papel de la mujer en la guerra. La mujer que, lejos de los referentes mostrados en el cine (en los que las mujeres durante la guerra se limitan a esperar la vuelta del héroe), no solo tomaron las armas, sino que además utilizaron “armas espirituales”: la palabra y el arte como forma de lucha. Citando a Marcel en la obra: “Con armas de fuego uno sabe de inmediato los daños, pero con las armas espirituales no se puede calcular la repercusión”.

Para las integrantes de Essere Colpito el mayor halago tras las funciones, es que los asistentes a sus espectáculos señalen la necesidad de seguir investigando sobre las mujeres que ponen en escena, el interés que nace en los espectadores después de interpretar los personajes.

Ficha artística:

Intérpretes: Aldana Herrera Möller y Sheyla Niño

Dirección: Essere Colpito

Texto: Sheyla Niño

Diseño de iluminación: Miguel salinero

Espacio sonoro: Manu Solís

Diseño gráfico Jorge Pascual Lobato

Fotografía: Antonio Macías

Vestuario: Marta Pelos

Voces de mujeres: Aída Escuredo, Marta Maestro, Jessica Martínez, Noemí Morante,  Julia Piera, Arantxa F. Román, Raquel Varela Raquel Verdugo.

Suzanne Malherbe va a ser entrevistada con motivo de la colocación de una placa en homenaje a ella y a Claude Cahun, dos artistas surrealistas que formaron parte de la resistencia francesa.

Su forma de resistir se basó en sus creaciones que, adelantadas a su tiempo, se podrían describir como performance. Con ellas buscaron provocar que los soldados nazis se cuestionasen su papel en la guerra: por qué y para qué de sus acciones y obediencia; en definitiva, los ideales que los llevaban a luchar en nombre de Hitler.

Bajo el pseudónimo de «Der Soldat ohne Namen» se ocultaron dos mujeres que desestabilizaron al ejército nazi.

Suzanne lleva años alejada de su faceta artística y viviendo en absoluta soledad. Tratará de omitir ciertos episodios de su vida, pero el surrealismo y la figura de Claude irrumpirán en la entrevista para que recuerde y reconstruya su pasado.

fotografías: Chuchi Guerra

Revista Atticus