Crítica serie de TV – El Ministerio del Tiempo

Series de TV en tiempo de coronavirus

El Ministerio del Tiempo

            Pues alguien ideó unas lecciones de Historia de España sin caer en la pedantería, en la repugnancia o en el acomplejamiento. Correspondiendo estos tres sustantivos a los puristas de la ciencia, ésos que vacían aulas con su tono de monserga de púlpito y tan alejados de la vida como lo está el homo erectus; a la derecha política más rancia donde Felipe II encarnaba los valores del felón gallego (obsérvese la manipulación, resulta que un señor que nace cuatrocientos años antes es el garante de las tropelías de un militar infame, capaz de lanzar sus ataques contra su propio pueblo); y a la izquierda absurda, con sus gafas de actualidad sin corregir al pensamiento de cada siglo. Éstos últimos son quienes primeros compraron la leyenda negra de España, aunque los dos anteriores tampoco dejaron de ir a esa tienda vomitiva con productos mentirosos de importación holandesa, inglesa y francesa.

            Pero llegaron un par de hermanos, uno, por desgracia, con una enfermedad terminal, y decidieron contar pequeños detalles de la historia de España desde Isabel y Fernando, los que construyeron el Estado Moderno, y lo hicieron en Valladolid (sólo hay que leer a Maquiavelo y su El Príncipe, y a los cronistas de la época, extendiéndose ésta hasta el reinado de su nieto, el emperador Carlos), y que comenzaron a pergeñar una unidad territorial que a otros se les antojaba difícil en esos años: Inglaterra tuvo que esperar hasta 1701 para el control absoluto de las Islas, Alemania hasta la Guerra Franco prusiana de 1870, e Italia hasta que Garibaldi por el sur y Cavour por el norte le dieron la oportunidad a Víctor Manuel de ser rey de toda la península y no sólo de Piamonte y Cerdeña. Así que, por mucho que tergiversen los nacionalistas en sus tristes libros para secundaria en los territorios que administran: España nació gracias a aquel matrimonio de adolescentes celebrado en la Casa de los Vivero de Valladolid, y es ahí donde el judío da el secreto de las puertas del tiempo a la reina de Castilla y de León, para que podamos disfrutar de una de las mejores series de producción española, y que han plagiado, sin éxito ninguno, los gringos (que carecen de historia, o casi. Tienen tantas carencias que hablan del Mayflower como origen, pero luego celebran el aniversario de la primera ciudad, San Agustín, en Florida casi un siglo atrás, por cierto, fundada por un asturiano).

            Y las puertas van de un siglo a otro y los protagonistas se mueven a lo largo de ese tiempo común, que es, al fin y al cabo, la Historia como realidad empírica. Así, hay que enrolar a Lope de Vega en uno de los barcos que se salvan del desastre de la Armada Invencible, para que pueda escribir su magnífico teatro. Deben mover ficha a favor de Simón Bolívar, porque la historia, aunque no nos sea propicia, debe seguir su curso y no pertenecer al antojo de ninguno de esos funcionarios especiales y esenciales, entre los que destacan, además de sus protagonistas, algunos grandísimos que vivieron bajo esta bandera, banderas, tres, que engrandecieron y abochornaron esta piel de toro.

De esta manera, aparece Velázquez, siempre intentando salir del ministerio; Spinola, el más grande general de este país y que fue humillado y arruinado por el rencoroso lleno de sebo de Olivares; además del ya citado Lope y Cervantes, quien aparece en el desastroso episodio, sin duda el más alejado de la historia real de España, que se desarrolla en aquel Valladolid cortesano de la ratificación del Tratado de Londres, y que juega con la idea, ayer citada en otra serie, de que Shakespeare y Cervantes se conocieron en aquella ciudad de fastos y gastos sin fin. Cuando más posesiones tuvo España, en los cinco continentes, desde Guam y las Carolinas en Oceanía, hasta Portugal en aquella maravillosa Unión Ibérica con la que, cómo no, acabó el penoso conde duque.

Y nos va contando detalles de la idiosincrasia de ser español, desde la fortaleza de un tercio viejo andaluz, pasando por la inteligencia de una catalana al servicio de España, mal que les pese a los del lacito amarillo; hasta un policía de barrio obrero de aquel país que trataba de levantarse de las cenizas y la bota que le pisaba la cabeza (aquí hay que citar a Bismark y su visión de la fuerza de España).

Y la serie tiene tres sensacionales temporadas que van desde la propia Isabel I, hasta antes de ayer, con dinamismo, inteligencia y sin ningún complejo (bueno quizás el de Blas de Lezo, el tipo que logró que en Colombia, Venezuela o Ecuador se hable español y no inglés después del fregado que le montó a Vernom y que la serie, producida en Cataluña sólo saca en la taberna y malamente porque fue quien reventó con tres barcos las tonterías de la burguesía barcelonesa tras la Guerra de Sucesión, ese desastre que trajo a los Borbones a España, para desgracia de todos, sólo hay que leer un poco sobre esta dinastía de joyitas).

No puedo evitar recomendarla, afortunadamente está en las antípodas de producciones audiovisuales de escaso calado o veracidad limitada, sobreiluminadas y de chiste fácil y plagio en cada plano, salga o no salga una botella de leche de una determinada marca. Por fortuna existe alguien que nos cuenta por qué somos como somos y de dónde venimos para ser así.

Nosotros esperamos que nos cuente, alguna vez, que el primer buzo de la historia lo hizo en aguas del Pisuerga, que Farnesio logró la paz a base de dejar a los flamencos sin puertos, o que los derechos humanos nacieron en el Colegio de San Gregorio. Que España seguirá siendo grande porque es tierra de grandes hombres y de muy pequeños mandatarios, desde Olivares hasta el actual, tan limitado. Y que alguna vez lograremos comprendernos y enriquecernos mutuamente, más allá de las taifas administrativas actuales y la incapacidad de todos por tener una sola voz. Ahora sería un buen momento porque esta pandemia nos ha puesto en idéntica altura: desde el jefe de Estado al que nadie ha elegido, hasta el hombre al que la mala suerte o las pésimas decisiones mantenía durmiendo en la calle. Todos somos vulnerables y poseemos un cuerpo común, en nuestro caso tenemos la inmensa buena suerte de que se llame España y que estuviese llena de valientes que surcaron los mares, comerciaron con todos y se mezclaron hasta comprender una gran nación mestiza y multicultural, mal que les pese a los de ultraderecha y a los nacionalistas, que no están tan lejos en sus postulados si sabemos leer entre líneas.

A disfrutar de tan magnífica serie y que nos lleve a la enciclopedia para darnos cuenta de que este es un grandísimo país. No sólo lo fue.

Ficha

Título original: El Ministerio del Tiempo (TV Series)

Año: 2015

Duración: 70 min.

País: España España

Dirección: Javier Olivares (Creator), Pablo Olivares (Creator), Marc Vigil, Miguel Alcantud, Jorge Dorado, Abigail Schaaff, Paco Plaza, Javier Ruiz Caldera, Óskar Santos, Oskar Santos, Gabe Ibáñez, Marco A. Castillo, Anaïs Pareto Onghena, Ignasi Tarruella, Koldo Serra

Guion: Javier Olivares, Pablo Olivares, Anaïs Schaaff, José Ramón Fernández, Diana Rojo Martín, Alonso Laporta, Abigail Schaaff, Paco López Barrio, Carlos de Pando, Javier Pascual, Peris Romano, Juanjo Muñoz, Ángel Aranda Lamas, Alberto López, Diego San José, Pablo Lara, David Sainz, Borja Cobeaga

Música: Darío González Valderrama

Fotografía: Unax Mendía, Isaac Vila, Curro Ferreira, Rita Noriega, Raimon Lorda, Juan Hernández, Manel Aguado, Javier Agirre, Migue Amoedo

Reparto: Rodolfo Sancho, Aura Garrido, Nacho Fresneda, Hugo Silva, Francesca Piñón, Cayetana Guillén Cuervo, Juan Gea, Jaime Blanch, Mar Ulldemolins, Belén Fabra, Macarena García, Susana Córdoba, Natalia Millán, Víctor Clavijo, Julián Villagrán, Mar Saura, Rikar Gil, José Ramón Iglesias, Tamar Novas, Pere Ponce, Ángel Ruiz, Fernando Cayo, Noemí Ruiz, Jimmy Shaw, Enrique Alcides, Guillermo Vallverdú, Marta Nieto, Luisa Gavasa, Javier Laorden, Mario Mayo, Fanny Gautier, Luis Iglesia, Markos Marín, Xavier Boada, Richard Sahagún, Ramón Langa, Carlos Cuevas, Maria Rodríguez Soto, Paco Obregón, Borja Maestre, Nieve de Medina, Óscar de la Fuente, Garbiñe Insausti, Jaime Pujol, Jordi Vilches, Aitor Merino, Elena Rivera, Miguel Rellán, Miguel Ángel Muñoz, Fernando Guillén Cuervo, José Ángel Egido, Pedro Casablanc, José Luis Torrijo, Nancho Novo, Carlos Hipólito, Pep Tosar, Miki Esparbé, Fernando Conde, Roberto Drago, Gary Piquer, María Adánez, Cuca Escribano

Productora: Cliffhanger / Onza Partners / TVE

Género: Serie de TV. Aventuras. Ciencia ficción | Viajes en el tiempo

Grupos: El ministerio del tiempo

Sinopsis

    Serie de TV (2015-Actualidad). 34 Episodios. El Ministerio del Tiempo es una institución gubernamental, autónoma y secreta, que depende directamente de Presidencia de Gobierno. Como en los Estados Unidos se guardan los secretos y la llave para un posible ataque nuclear, de presidente a presidente, lo mismo pasa con este ministerio español: sólo reyes, presidentes y un número muy exclusivo de personas saben de él. El paso hacia otras épocas se realiza a través de puertas vigiladas por las Patrullas del Ministerio. Su objetivo es detectar e impedir que cualquier intruso del pasado llegue a nuestro presente -o viceversa- con el fin de utilizar la Historia para su beneficio. Para ello las Patrullas tendrán que viajar al pasado y evitar que lo logren.

    En la 4ª temporada, se podrán ver de nuevo a Julián (Rodolfo Sancho), Amelia (Aura Garrido), Pacino (Hugo Silva), Alonso (Nacho Fresneda) y Lola (Macarena García), los miembros de la patrulla del tiempo, acompañados por Irene (Cayetana Guillén Cuervo) en muchas misiones,se transformarán en galanes de cine, soldados de poderosos ejércitos, damas en las cortes más influyentes, espías o periodistas para cumplir las misiones encargadas por Salvador (Jaime Blanch). El objetivo: que el pasado no cambie para que nuestra Historia, con sus luces y sus sombras, pueda continuar como la conocemos.

Os dejamos un tráiler:

Pilar Cañibano – Carlos Ibañez

Revista Atticus