Crítica teatro – El coloquio de los perros

Auditorio Miguel Delibes – El coloquio de los perros de Morfeo Teatro

La comedia clásica cobró vida ayer en la Sala Teatro Experimental del Auditorio Miguel Delibes, y no podía ser de otra manera, las localidades al completo en la representación El coloquio de los perros de la compañía Morfeo Teatro.

La puesta en escena de El coloquio de los perros está basada en la famosa novela que le da el nombre. Cervantes escribe esta su última novela ejemplar en el ocaso de su vida, demostrando una ironía maestra que le hace adelantarse a su tiempo con una narración sin par. Escenifica la conversación entre dos perros, llamados Cipión y Berganza. Al comprobar que han adquirido la facultad de hablar durante las noches, Berganza decide contar a Cipión sus experiencias con distintos amos, recorriendo lugares diversos de la España de la época. El relato de Berganza está construido según los principios estructurales básicos de la novela picaresca. Mediante el contrapunto de los comentarios del otro perro, Cipión, un viejo y taciturno Cervantes reflexiona sobre las relaciones entre la verosimilitud y la realidad, y lo más importante, sobre la frágil fraternidad del ser humano.

Esta representación es una adaptación de Francisco Negro, actor y director de la Compañía, en la dramaturgia resalta muy bien la picaresca de la época, dos actores en escena Mayte Bona que nos deleita con su caracterización, hasta el punto que cuesta distinguir su feminidad en el sorprendente papel de Cipión, con una gran fuerza expresiva y el propio Francisco Negro (Berganza), ambos con una forma precisa y limpia de decir el texto, muy buenos momentos cómicos y magnifica presencia escénica. Impactante la entrada de Felipe Santiago en el papel de La Cañizares, la hechicera que realizó el encantamiento con los perros. Es necesario tener talento para interpretar a Cervantes y estos actores tienen mucho.  En esta adaptación Cipión y Berganza ya son persona, convertidos en un hidalgo y un harapiento mendigo, también perros desheredados de la fortuna. Se puede decir que el vestuario y ambientación escénica nos recrean retratos de Velázquez.

El público se divirtió y los actores invitaron a reflexionar con esa mezcla de miseria humana y filosofía práctica con la que ambos personajes debaten, de una forma u otra, sobre lo divino y lo humano. Entrañable el papel de Berganza en su relato medio bobalicón, de sus recuerdos como perro. La representación provocó las risas en más de una ocasión entre los asistentes, como cuando Berganza va abriendo el saco donde tiene su comida y cómo Cipión empieza creyendo que es una gran sandía, para ir aminorando sus expectativas hasta concluir que es tan solo una pasa, el resto era el envoltorio.

Y como ellos mismos dicen; “Pues hay perros que como nobles personas proceden, y personas que como perros se comportan”

Morfeo Teatro, es una compañía con residencia en Burgos, reconocida por la singularidad de sus propuestas. En su filosofía está el afán de adaptar obras, tanto clásicas como contemporáneas, que asuman un sentido humanista o de crítica social. La compañía ha participado en foros e importantes festivales internacionales de teatro en numerosos países, habiendo estrenado a la fecha puestas en escena sobre Cervantes, Quevedo, Molière, Voltaire o Valle-Inclán, entre otros.

texto y fotografías: Luisa Valares

Revista Atticus