Crítica serie Foodie Love de Isabel Coixet en HBO

Foodie Love en HBO España

Deliciosa Foodie Love

Ficha

Título original: Foodie Love (TV Series)

Año: 2019

Duración: 30 min cada capítulo. 8 capítulos.

País: España

Dirección: Isabel Coixet

Guion: Isabel Coixet

Fotografía: Natasha Braier, Jean-Claude Larrieu

Reparto: Laia Costa, Guillermo Pfening, Tony Thornburg, Agnès Jaoui, Natalia de Molina, Greta Fernández, Yolanda Ramos, Ferrán Adriá, Nausicaa Bonnín, Marina Campos, Eloi Costa, Luciana Littizzetto

Productora: HBO España / HBO / Miss Wasabi. Distribuida por HBO

Género: Serie de TV. Romance. Comedia. Drama | Cocina. Comedia romántica

Sinopsis

Una pareja, ambos apasionados de la gastronomía, tienen una cita tras contactar a través de una app para amantes de la comida. Los dos comienzan a conocerse, con las dudas típicas de los primeros pasos de una posible relación, visitando diversos restaurantes, con la incertidumbre del presente y el recuerdo de las heridas sentimentales causadas por relaciones anteriores. El sabor amargo de una relación puede durar mucho tiempo, pero siempre hay un plato nuevo por descubrir, y entonces las emociones vuelven. Miedo, deseo, embriaguez. El amor, como la cocina, es lanzarse al vacío con los ojos cerrados.

Comentario

Ya nadie duda de que el cambio climático es una realidad. Solo algunos negacionistas y quienes propugnan su derecho al consumo por encima de todo, cuestionan lo incuestionable. Es tan evidente que existe como lo es el cambio en la manera de ver cine. Aquellas grandiosas salas de más de medio millar de butacas, dieron paso a los locales multisalas (a veces los mismos pero reconvertidos) con espacios que abarcan desde cincuenta hasta los doscientos asientos. En los últimos años la industria cinematográfica se salva por los llamados blockbuster (grandes producciones de muchos efectos especiales, todo lo contrario, al denominado cine de autor) que revientan las taquillas, sobre todo en su día de estreno. Ahora, desde hace un par de años, más o menos, las películas se ven en cualquier sitio menos en el propio cine. Una gran paradoja. Cada semana aparece una nueva plataforma que te ofrece cine al momento por un módico precio. Ya no hace falta bajar al vídeo club (algo prehistórico). Pagas tanto al mes y tienes un montón de películas a tu disposición. Netflix, Filmin, Amazon Prime, Google Play… y HBO. Son algunas de ellas. Además de películas disponen de una buena gama de series para la TV. Muchas de ellas creadas con tal fin, no solo para la televisión, sino para las tablets, los ordenadores e incluso los teléfonos (Dios mío, todavía me parece un sacrilegio ver cine en un móvil). No tenemos tiempo para ver tanta oferta.

Descubrí HBO por tener este servicio gratuito con la compañía que me suministra Internet (soy más de cine en la gran pantalla, un romántico, que le voy a hacer). Y de su mano descubrí grandes series como Girls, The Big Bang Theory, por supuesto Juegos de Tronos, la inconmensurable Big Little Lies (una de mis preferidas), True Detective, El cuento de la criada y la magistral Chernobyl, por poner algunos ejemplos acordes a mis gustos.

Foodie Love es la primera serie española estrenada en HBO España. Los responsables de la plataforma de cine en streaming han elegido el proyecto de Isabel Coixet para desembarcar en nuestro país. Todo parece indicar que la directora ha tenido libertad plena para acometer su trabajo. Y eso… se nota.

Protagonizada por Laia Costa y Guillermo Pfening. Laia Costa (1985, Barcelona) cuenta con un rico palmarés, a pesar de su juventud, como el premio Lola en el cine alemán –equivalente a los Goya nuestros- (primera vez que se lo entregan a una actriz no alemana, por su papel en Victoria, 2015, por Sebastian Schipper). Ha participado en interesantes proyectos fuera de nuestras fronteras, algunos de ellos pendientes de estreno. La podemos recordar por su participación en Palmeras en la nieve o en la serie de televisión El tiempo entre costuras.

Guillermo Pfening (1978, Marcos Juárez, Argentina) es el otro protagonista. Bastante desconocido por esta parte del mundo tanto en su faceta de actor como de director.

La película está dividida en ocho capítulos:

Capítulo 1 – Solo un café

Dos amantes de la gastronomía (foodies) tratan de romper el hielo en su primera cita, pero sortear los nervios y las meteduras de pata es más difícil que hablar de platos únicos. Para su sorpresa, lo que iba a ser “solo un café”, promete algo más.

Capítulo 2 – Breakfast in Kentucky

El segundo encuentro tampoco resulta como se la habían imaginado. ¿Qué pasa cuando te emborrachas esperando a una cita impuntual? Que las máscaras caen. Tras sortear algunos obstáculos, nuestros foodies se encuentran entre pastrami y cócteles. O casi.

Capítulo 3 – La gyoza de Proust

El sabor más inesperado puede despertar fantasmas del pasado. Inseguridades, miedos. Un tira y afloja que cada vez aleja a los dos protagonistas más de esa soledad que tanto temen. Y el beso no termina de llegar. Queda poco y los dos desean degustarlo.

Capítulo 4 – Gelato di neve

Él viaja a Italia por negocios. Ella intenta sobrevivir a una gripe en su sofá. Una llamada telefónica se convertirá en una cita inesperada y en un recorrido por la Roma más sensorial. De camino también conoceremos el mejor helado del mundo.

Capítulo 5 – La última cena

La quinta cita de la pareja es un auténtico viaje del paladar a través de la cocina moderna de un exquisito restaurante. Los sabores y emociones que despiertan su menú dejarán a flor de piel las verdaderas pulsiones de los protagonistas.

Capítulo 6 – El croissant perfecto no existe

Después de una noche perfecta juntos, en nuestros foodies afloran de nuevo las dudas sobre lo que de verdad quiere cada uno. Pero, ¿qué pueden hacer en una cocina dos adultos que se atraen un domingo por la mañana?

Capítulo 7 – Esto es Francia

En su primer viaje como pareja, a Francia, las cosas no ocurren como él tenía previsto. Su verdadero carácter sale a la luz y la relación se enfrenta a su primera prueba. La vida es demasiado corta como para lamentarse por un menú degustación.

Capítulo 8 – Una ofrenda de tabaco, cerveza y chocolate

Una cita sorpresa remueve de nuevo el pasado. Tras una agria despedida, con la promesa de verse al día siguiente, ella desaparece y él se hunde en la desesperación. Ella viaja a Japón para reconciliarse con sus fantasmas y cerrar una puerta entreabierta.

Todo comienza con una cita en un café. Un algoritmo de una aplicación para encontrar pareja entre amantes de la gastronomía (foodies) conecta a los protagonistas. Un café da paso a otra cita culinaria y otra más… así se van conociendo, desvelando sus gustos, sus pasiones, sus miedos, sus temores, sus preocupaciones… su ideal de vida.

La película lleva el sello personalísimo de Isabel Coixet (Barcelona, 1960; Cosas que nunca te dije, 1996; Mi vida sin mí, 2003; La vida secreta de las palabras, 2005; Nadie quiere la noche, 2015). Su pasión por el mundo nipón (ya disfrutamos, en 2009, de su deliciosa Mapa de los sonidos de Tokyo, incluso con incursión en el campo de la restauración), las relaciones personales, con una estética colorista, aprovechando este nuevo soporte (la serie televisiva) para innovar, para introducir detalles como los bocadillos sobreimpresionados de lo que está pensado los protagonistas, con un lenguaje fresco, juguetón, pero serio, sin abandonar el acento en los temas importantes como la soledad, el matrimonio, los hijos… o, el postureo que hay detrás de los platos de largo nombre y sombra escasa.

Cuando estamos con Ella y Él, cuando estamos ante esos dos amorosos protagonistas, estamos participando de eso que es el gran hermano, pero lejos de los focos. Somos voyeurs intimistas, estamos allí con ellos, sentimos su aliento, sus susurros, sus miradas lascivas sobre nuestro propio cuerpo. Damos vueltas al coco como lo dan ellos, una y otra vez. Deseamos chupar ese dedo pringoso del postre hipnótico. La cámara ha desaparecido. Ese es el gran acierto de Isabel Coixet. Lo mismo que nos traslada a los garitos donde se degusta desde un buen café hasta el mejor ramen a lo largo de una variada geografía (Roma, Japón, Barcelona, Montolieu en el sur de Francia). Pero también nos adentra en esa otra geografía: la humana, la sensual geografía humana, tan cercana y, para algunos, tan desconocida.

¡Qué ricos están ellos!: Laia Costa y Guillermo Pfening. Existe, se palpa, una gran química entre ambos. Se lo han pasado de maravilla. Han comido (¡¡¡y lo que beben!!!) y han gozado (¡y cuánto!). Y eso traspasa la gran pantalla (uy, perdón, dejémoslo en pantallita -qué bueno hubiera sido ver esta película en una gran sala-).

Ellos, Laia y Guillermo, sostienen el proyecto creado bajo los mimbres de la directora catalana. Es una película (me refiero a ella así porque no deja de ser una producción de cuatro horas, eso sí, dividida en capítulos que se estrenaron todo el mismo día, el 4 de diciembre de 2019). Demuestran una gran química ante la pantalla. Actúan con mucha naturalidad, desparpajo, impregnando a sus papeles una gran dosis de credibilidad. De esa manera asistimos, desde el primer capítulo, a las dudas ante una primera cita, a los miedos, a las inseguridades, a los recelos y, según avanza la historia, también seremos partícipes de ese lado oscuro presente pero que no se acaba de verbalizar. Es lo que da sentido a todo el relato y que, con el último capítulo cerrará el círculo perfecto de toda narración. Y, además, este último capítulo, condensa en uno solo la filosofía de la serie: estética cuidada, la proposición de un viaje culinario (nos ofrecen unas anchoas con dulce de leche -y no tiene por qué ser en un estrella Michelín-), buena música y referencias al cine (Hiroshima mon amour de Alain Resnais, con suculento diálogo en torno a esa relación de la pareja japo-francesa).

Un personaje secundario destaca. Es el único que tienen un poco de continuación de un episodio a otro. Se trata del que interpreta una genial Yolanda Ramos. Es la que regenta la coctelería Paradiso donde tienen un nuevo encuentro nuestros protagonistas (episodio 2).

La comida es el catalizador del relato. Quién no ha gozado ante un buen plato. No solo de la comida, sino de la conversación. Desde el mismo momento en que el maître nos presenta el plato y nos dice su composición, pasando por el miedo a desmenuzarlo y llevarnos un trozo de nube a nuestro paladar y… compartirlo. Un ejercicio lúdico con la necesidad urgente de hacérselo probar a alguien. Ahí radica la cuestión. Se come como se ama. O se ama como se come. Disfrutando, tomando su tiempo, recreándose en el arte como el buen maestro a punto de culminar su faena.

La propuesta es un viaje gastronómico que de la mano de los personajes recorremos una serie de lugares que destacan por su comida. No han reparado en gastos y viajamos Desde Barcelona hasta Japón, pasando por Montolieu o Roma (solo para comer el mejor helado del mundo en el Ice Crome). Y todo ello aderezado por una extraordinaria banda sonora (disponible en Spotify -ah, otra manera de oír la música, el mundo gira-). No falta un guiño a uno de los grandes como es Ferrá Adría o al local de los hermanos Torres.

Maravillosa y deliciosa Isabel Coixet.

Os dejo el enlace a Spotify con la buena música:

Y un tráiler de la serie Foodie Love (no te la puedes perder).

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus