Teatro – La tristeza de los ogros

Teatro – La tristeza de los ogros

Laboratorio de las Artes de Valladolid

El teatro que vemos en el LAVA es útil porque nos proporciona datos. Hay interés por lo que está pasando a nuestro alrededor y una buena manera de saberlo es acudir a la Sala Concha Velasco y ver qué pasa, qué nos cuentan y como nos los cuentan. Y siempre se saca algo en limpio que sirve para el día a día.

Muchos de los autores modernos son hijos de Arthur Miller. El autor del texto La tristeza de los ogros, Fabrice Murgia, lo es. Y lo es porque reivindica el teatro como un proceso de investigación en el que el autor debe buscar el lenguaje apropiado para mostrar la realidad y mostrarla en el escenario. Justo lo que reivindicaba el autor de Muerte de un viajante.

Acto primero. Se escucha una música repetitiva, Andrea San Juan va y viene por el escenario como fuera de sí, se la escucha hablar de la muerte, algo trágico ha pasado. Tiene la cara ensangrentada. Viste como una niña que acaba de hacer la comunión y tiene el vestido con manchas de sangre. Se ven dos ventanales grandes y en los laterales del escenario hay dos cortinales blancos. Tiene varias voces: la del miedo, la de la angustia y la desesperación. Tiene la voz de la tragedia.

Supongamos que ustedes están interesados en cómo viven ciertos adolescentes antisociales a los que no les gusta salir de casa, son dependientes, emocionalmente inestables y no saben lo que es el autocontrol. No tienen valores de referencia y no muestran ningún tipo de arrepentimiento ante el incumplimiento de la norma y siempre tienen justificación para sus actos. Vamos que viven en continuo conflicto y ya se sabe que el conflicto no lleva a ningún sitio.

La tristeza de los ogros es esto elevado al cubo. Es una pesadilla que bien podría haber firmado Stanley Kubrick. Las preguntas ganan por goleada a las respuestas y sales del teatro con más dudas de las que entraste, esa es la gracia.

Por encontrar una respuesta a La tristeza de los ogros, diría lo mal que se llevan los jóvenes con el presente; el presente es lo único que tenemos y sufre un desprestigio tremendo. Ya sabemos que el teatro es una verdad subjetiva pero ha valido la pena venir a ver la combinación de talentos que funden  Nacho Sánchez, Olivia Delcán y Andrea San Juan intérpretes de esta obra.

 

Marcos Pérez

fotografía: Nacho Carretero. LAVA