Crítica película Grenn Book de Peter Farrelly

Crítica película de Green Book

Cuando la genialidad no es suficiente

Ficha

Título: Green Book

Dirección: Peter Farrelly

Reparto: Viggo Mortensen, Mahershala Ali, Iqbal Theba, Linda Cardellini, Don Stark, Sebastian Maniscalco, P.J. Byrne, Brian Stepanek, Paul Sloan, Anthony Mangano

Guión: Nick Vallelonga, Brian Hayes Currie, Peter Farrelly

Nacionalidad: USA

Año: 2018

Música: Kris Bowers

Fotografía: Sean Porter

Distribuye en cine: eOne

Género: Drama

 

Sinopsis

Cuando Tony Lip (Viggo Mortensen), un rudo italoamericano del Bronx, es contratado como chófer del virtuoso pianista de color Don Shirley (Mahershala Ali), durante una gira de conciertos por el Sur de Estados Unidos, deberá confiar en El libro verde (Green Book), una guía de los pocos establecimientos seguros para los afroamericanos, para encontrar alojamiento. Son dos personas que tendrán que hacer frente al racismo y los prejuicios, pero a las que la bondad y el sentido del humor unirán, obligándoles a dejar de lado las diferencias para sobrevivir y prosperar en el viaje de su vida.

Viggo Mortensen as Tony Vallelonga and Mahershala Ali as Dr. Donald Shirley in Green Book, directed by Peter Farrelly.

 

Comentario

Antes de iniciar mi comentario es necesario hacer una introducción histórica. La acción se desarrolla en el año 1962. Desde finales del siglo XIX, en los Estados Unidos estaban vigentes lo que se conoce como las leyess de Jim Crow (lo estuvieron hasta 1965). Estas leyes promulgaban una segregación racial en todas las instalaciones públicas bajo un curioso lema: «separados pero iguales», o lo que es lo mismo, juntos pero no revueltos, o lo que es peor, en el mismo espacio pero con distintas condiciones (claro, efectivamente, peores para los hombres de color). Se aplicaban no solo a los afroestadounidenses sino a otros grupos no blancos. Esto supuso, de facto, que estos establecimientos fueran inferiores, con el consiguiente peor trato en la relación personal. Incluso muchos de ellos admitían a los negros pero con la boca pequeña. De ahí la existencia de una guía de establecimientos donde los negros eran bien recibidos. Esto también se hizo extensible a las escuelas o transporte públicos y la segregación en baños o incluso en fuentes de agua potable. El cartel de solo para blancos, se hizo muy popular en aquellas décadas.

Es decir, que el viaje que emprende el Dr. Don Shirley y su asistente Tony es un viaje que se realiza en un momento en el los Estados Unidos viven de forma muy convulsa la integración de los negros. Supone una auténtica carrera de obstáculos en pos de poder celebrar el concierto en cada ciudad. Es un momento en que los derechos civiles no existen para ellos. Es un momento en que el racismo es el caldo de cultivo para constantes enfrentamientos entre la población, por la humillación que sometían a la gente de color y por los privilegios de los blancos. En estas circunstancias surge una importante figura: Martin Luther King (1929-1968), uno de los principales activistas por los derechos civiles. En 1955 apoyó el boicot de los autobuses de Montgomery, cuando Rosa Parks, mujer y afroestadounidense, fue arrestada por negarse a ceder su asiento en el autobús  a un hombre blanco. En agosto de 1963, lideró en Washington la marcha por el trabajo y la libertad, momento en que pronunció su famoso discurso que empezaba con la frase «yo tengo un sueño». Gracias a ese discurso, gracias a su decidida posición, se extendió por todo el país la conciencia y el deseo de que todos los hombres sean iguales. 1962, año en que se desarrolla la acción de Green Book, la situación estaba más que caldeada y tampoco era lo mismo el sur que el norte. Las retrogradas leyes de Jim Crow fueron derogadas por la Ley de los derechos civiles de 1964 y la Ley del derecho al voto de 1965 en que se recogía casi todos los derechos reclamados. Otro hecho que sucede en la película tiene que ver con la prohibición de la llamada «puesta del sol». En determinas poblaciones del sur de los EE. UU. era ilegal que los negros anduvieran por la calle de noche. El arresto era lo menos malo que les pudiera ocurrir al transgredir esta absurda norma. Y, por último, para finalizar esta introducción histórica, el Green Book, el Libro verde, existió de verdad. Fue creado por un cartero neoyorquino afroamericano, Víctor Hugo Green. Su libro se convirtió en un auténtico manual de supervivencia para aquellos que viajaban por carretera. Tuvo vigencia a lo largo de tres décadas, hasta 1966. Abarcaba la mayor parte de Norteamérica, incluso con los años, se extendió a las Bermudas y el Caribe. Cualquier negro que emprendiera el viaje podía poner en peligro su vida. Eran años difíciles y se podía topar con una persona racista en cualquier esquina. La guía trataba de garantizar unas «vacaciones sin agravantes».

Don Shirley en una portada de uno de sus discos

Lo que nos cuenta Green Book es la historia de dos hombres que a pesar de sus diferencias supieron forjar un vínculo, a raíz de un viaje en coche de ocho semanas, y que les unió para el resto de sus vidas. Así de sencillo y así de complejo. Está basada en una historia real. Dr. Don Shirley (Donald Walbridge Shirley, 29 de enero de 1927 – 6 de abril de 2013) fue un pianista y compositor de jazz estadounidense. Un virtuoso del piano que llegó a componer sinfonías, una ópera para órgano, piano y violín e incluso un poema sinfónico basado en una novela de James Joyce. Green Book recoge un momento en el que Don Shirley (interpretado por Mahershala Ali, ganador de un Óscar por Moonlight) se dedicó a realizar conciertos en el sur profundo de los EE. UU. Era una personalidad conocida en buena parte del mundo, llegando a actuar hasta en la Casa Blanca. Para esta gira necesita de un hombre que hiciera las veces de guardaespaldas e incluso asistente personal. Como un candidato más, Frank Anthony Vallelonga, a la sazón más conocido como Tony Lip (Viggo Mortensen) acudió a la entrevista para acceder a ese puesto de chófer. Se había quedado, momentáneamente, sin trabajo por el cierre temporal del club Copacabana, situado en Nueva York, en un club italoamericano del Bronx (donde también vive). Trabajaba como portero de discoteca (eufemismo para designar la figura de un «matón» entendiendo como tal a la persona que soluciona los problemas con la fuerza). La primera recomendación que tiene Tony en su nuevo trabajo viene de la mano de un libro, Green Book. Es la guía de establecimientos «seguros» donde admiten a negros, para comer, dormir…

L to R: Viggo Mortensen and Mahershala Ali in GREEN BOOK

Peter Farrelly había dirigido, junto a su hermano, en las últimas dos décadas, comedias estadounidense como Dos tontos muy tontos (Dumb and Dumber, 1994), Algo pasa con Mary (There’s Something About Mary, 1998) o Matrimonio compulsivo (The Heartbreak Kid, 2007). Ha definido muy bien a sus dos protagonistas hasta el punto de que son perfectos, son antagonistas el uno en relación al otro. El pianista, intelectual, un hombre complejo (y en cierta manera acomplejado), exquisito, elegante, refinado y quisquilloso. El guardaespaldas, corto de luces, bruto, simple y de gustos primarios. No deja de hablar, de comer y de fumar en el lujoso Cadillac. Sus acciones le definen: capaz de comerse una pizza entera doblándola por la mitad; comerse un buen número de perritos para ganar una apuesta y así llevar a casa dinero; o tirar de puños para solucionar alguna discrepancia.

Viggo Mortensen as Tony Vallelonga and Mahershala Ali as Dr. Donald Shirley in Green Book, directed by Peter Farrelly

Hay algunos antecedentes en los cuales puede haberse fijado el director: Paseando a Miss Daisy (Bruce Beresford, 1990), por aquello de ser conductor que lleva a bordo de su coche a una señora, con claras diferencias –él afroamericano y ella judía, Criadas o señoras (Tate Taylor, 2011 -os recomiendo la lectura de mi crítica que incide en los mismos aspectos-) o, más reciente, Figuras ocultas (Theodore Melfi, 2017). Pero también podemos buscar similitudes con películas que tienen protagonistas con carácter. No es una repetición de clichés, sino que Green Book tiene su propia seña de identidad: personajes inolvidables, originalidad a la hora de tratar un tema tan peliagudo como es la discriminación racial, los temas musicales de la mano de un virtuoso del piano, los lugares donde actúan con una última actuación memorable.

 

La  road movie tiene como finalidad el acercamiento de ambos personajes, limar esas asperezas para formar un vínculo que une a los dos hombres muy diferentes hasta el final de sus días. Los dos personajes que vemos partir para realizar ese viaje de ocho semanas poco se parecen a los que llegaron. Esa es la cuestión de todo buen guion/película. Experimentan un sustancial cambio. Todo realizado con notas de humor, jugosos diálogos, buenos sentimientos, con un buen ritmo.

Dr. Donald Shirley (Mahershala Ali, right) gives an impromptu performance in Green Book, directed by Peter Farrelly.

El pilar fundamental sobre el que se sostiene la película radica en el binomio de actores protagonistas: Viggo Mortensen/ Mahershala Ali. El primero tuvo que adecuar su acento, pero también su cuerpo (engordó veinte kilos) para transformarse en el rudo Tony, con la camisa abierta y el cigarro en la comisura. Él crea un personaje. Ali se adapta, se mimetiza, con el refinado músico. Está muy solicitado desde su galardón por Moonligth. Recientemente ha intervenido en la nueva entrega de True Detective. Para los secundarios, han echado mano de la propia familia de Vallelonga e incluso la de Dolores, esposa de Tony (Linda Cardellini) los Venere, dando así un toque de realismo.

 

Un guion (del propio hijo de Tony con la ayuda del director) perlado de detalles algunos de ellos no explicados pero que acaban de encajar. Detalles muy sutiles. Una mirada, un gesto, un objeto con mucha carga simbólica. Si tengo que elegir un par de ellos y que pone de manifiesto esa evolución del personaje, un es al principio de la película. Es cuando dos negros se encuentran arreglando el suelo de la cocina de la casa de Tony. Su mujer le ofrece un refresco. Cuando terminan Tony tira los vasos a la basura. Su mujer, al abrir el cubo de la basura, los mira y acaba por recogerlos dejándolos, de nuevo, en el fregadero. Esa misma mirada la veremos al final, pero ha cambiado por completo. Una mirada de alegría, de aceptación, de orgullo que dirige a su marido. Aunque si tuviera que destacar una escena me quedo con la de los dos protagonista entrando en una tienda (esa no figuraba en el libro) donde Don Shirley iba a comprarse un traje. El dueño del negocio por supuesto que no quiere despreciar una venta, pero no admite bajo ningún concepto que un negro se pruebe un traje que lo mismo no lo compra. Y cómo va a tener el ahí un traje «tocado» por un negro. Eso sí le dice: si lo compra luego se lo arreglo.

Parte como una de las favoritas para la próxima gala de los Óscars. Tiene cinco nominaciones a los Oscar (Mejor película, Mejor actor –Viggo Mortensen–, Mejor actor secundario –Mahershala Ali–, Mejor guión original y Mejor montaje).

 

Green Book  además de ser un canto a la amistad (en 2013, tras 50 años de amistad, Tony Vallelonga falleció y tres meses después Don Shirley lo hizo el 6 de abril a los 86 años), Green Book nos lleva a la pantalla una cuestión que ya hemos visto en otras películas como es la segregación racial. Pero aquí, a diferencia de esas otras propuestas (nombradas anteriormente) el atractivo radica en ofrecernos otro punto de vista. Es el de un hombre negro, refinado culto, al que muchos de los hombres blancos adoran, le cortejan para que les deleite con su música pero que sin embargo no le dejan que use el mismo baño o se siente a comer junto a ellos (ojo, no he dicho en su mesa, sino en el mismo comedor). Es difícil meterse en la piel de Don Shirley, ahora nos cuesta, pero no me puedo imaginar cómo sería en aquellos tiempos de odio, donde la segregación por el color de la piel era lo habitual. Don Shirley se mostró como un Gandhi negro. Su activismo pacífico era su norma. Él podía haberse quedado tranquilamente y ver pasar la vida desde su atalaya, ese palacio situado encima del Carnegie Hall de Nueva York y acudir a los conciertos en su limusina embutido en sus mejores galas. Pero prefirió sufrir en la arena, en sus propias carnes el desdén. Don Shirley, un genio, no solo tenía que demostrar su valía, sino que quería tener el valor para cambiar el corazón de la gente.

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus