63 SEMINCI Crítica Noches mágicas de Paolo Virzi

63 SEMINCI Crítica Noches mágicas

Notti Magiche de Paolo Virzi

Al igual que le pasó a la canción de la que toma un verso como título esta película de Paolo Virzi, Verano Italiano, himno del mundial de fútbol de Italia ’90, la decepción y el fracaso se ve desde el principio. Italia, la squadra azzurra, fracasó al no llegar ni siquiera a la final después de un planteamiento más que esperanzador y Virzi, con idénticas palabras hunde su cinta rodeando una buena idea de tres guionistas noveles que viene a competir por un premio del cine transalpino a Roma y que un mes después se ven en una comisaria acusados del asesinato de un productor que vive, más bien sobrevive, de los chanchullos en derredor de la industria.

            Y Virzi se pierde en una narración irreal, que trata de homenajear a los grandes del cine italiano, pero lo convierte todo en una suerte astracanada, de circo de tantas pistas como despistes tiene el guion. Y aquello nos lleva a buscar como un mal católico la confesión justo antes de morir la esfera de nuestro reloj de pulsera para ver si aquello se acaba.

Tres personajes que podrían enriquecer la propuesta se convierten en tres pendones al viento. Y claro, el viento para Virzi en esta narración es en su contra porque acaba sin pies ni cabeza lo que, repito, tiene uno de los comienzos más esperanzadores de lo visto en SEMINCI esta sexagésimo tercera edición.

Me gustaría destacar, casi por lo feliz que era yo en aquella Italia de mil novecientos noventa, la visión de Roma y de la sociología del fútbol para los ciudadanos de aquella península, pero no me engaño, Virzi masacra la gloria de la gran comedia italiana y la convierte en una bufonada absurda, grotesca y desmesurada, a la que le sobran treinta minutos y le falta coherencia.

            Porca troia!!!… Ché cazzo hai fatto? Quo vadis, Paolo Virzi? La belleza del cine italiano convertida en esta bosta en la que lo más destacable (o sólo lo único salvable), repito es el principio el resto son clichés de lo irracional, entre lo inadmisible y lo más genuinamente pateable…

Así no se hace cine… Ni mucho menos homenajes a los grandes de la comedia porque no tienes ninguno de sus elementos. En palabras del más grande, el maestro florentino Mario Monicelli:

Los temas que hacen que uno se ría siempre provienen de la pobreza, el hambre, la miseria, la vejez, la enfermedad y la muerte. Estos son los temas que hacen reír a los italianos, al menos. Y Virzi los toca todos sin fijarse en ninguno.

Paolo Virzi, nos debes una disculpa a los espectadores. Por favor, que sea en forma de gran película y podamos perdonarte esta desfachatez.

Os dejo un tráiler:

 

Carlos Ibañez

Revista Atticu