Crítica película Moonlight de Barry Jenkins

Moonlight

La lucha por encontrarse uno mismo

Ficha

Título original: Moonlight

Director: Barry Jenkins

Reparto: Trevante Rhodes, André Holland, Janelle Monáe, Ashton Sanders, Jharrel Jerome, Naomie Harris, Mahershala Ali, Shariff Earp, Duan Sanderson, Edson Jean

País: Estados Unidos

Guion: Barry Jenkins

Música: Nicholas Britell

Fotografía: James Laxton

Género: Drama

Duración: 111 min.

Estreno: 10 de febrero de 2017

 

 

Sinopsis

Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia, adolescencia y madurez que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo y encuentra el amor en lugares inesperados. Al mismo tiempo, tiene que hacer frente a la incomprensión de su familia y a la violencia de los chicos del barrio.

 

Comentario

Moonlight nos cuenta la historia de un personaje desde su más tierna infancia hasta la edad adulta interpretado por tres actores diferentes. La película arranca con el pequeño Chiron al que todos llaman Little (Alex R. Hibbert). Convive con su madre más preocupada de lograr su chute que en la educación de su hijo. Un traficante (papel interpretado por Mahershala  Alí –conocido por su intervención en House of Cards-) lo acoge en su hogar, casi actuando, junto a su «chica», como padres adoptivos del pequeño. Años más tarde, lo vemos como adolescente (Ashton Sanders) al lado de su amigo Kevin. Ambos mantienen una curiosa amistad. Otro salto de tiempo nos sitúa al joven como Black (Trevante Rhodes). Ya no es tan joven, su cuerpo ha experimentado un gran cambio y el modus de vida de aquel que hiciera las veces de padre se ha convertido en su propia vida. Luce fundas de oro, collar también de oro y un extravagante y llamativo coche como signo de su estatus. Pero hay algo que todavía no ha abandonado de aquel entonces: el hermetismo sobre su propia vida que apenas deja vislumbrar sentimientos, lo cual lo convierte en un hombre retraído y algo arisco.

No es una película sobre pandilleros o sobre el mundo del trapicheo de la droga. Como sucediera con Boyhood (Richard Linklater, 2014) es la historia de un muchacho a lo largo de tres etapas bien diferenciadas de su vida en los suburbios de Miami. Pero pone el acento en la condición sexual del protagonista. Y ahí la película se vuelve casi única. No he encontrado ninguna que centre el argumento en la homosexualidad de un negro. Barry Jenkins lo narra de forma magistral, no muestra sexo, ni tan siquiera hay una escena subida de tono, apenas un roce, una muestra de cariño y todo lo demás es sufrimiento. Tiene su apogeo en esa segunda etapa cuando el joven se encuentra con sus compañeros de clase y lo toman por rarito porque rehúye el trato. Sufre bullying, sufre el abandono de su madre y experimenta el primer acercamiento a una persona de su mismo sexo. Intenso.

Uno de los grandes logros es la encarnación de los tres actores para un mismo papel (magnífico póster que recoge este aspecto) en las etapas de infancia, adolescencia y adulto (o madurez) que nos transmiten perfectamente (a través de esa mirada perdida) los miedos, los recelos, las preocupaciones del personaje; con una presencia muy importante de los silencios. También es muy meritoria la técnica de la elipsis, esos saltos en el tiempo, sin brusquedad, que mantiene el hilo argumental de una forma lineal en la que no caben explicaciones o subrayados innecesarios.

La fotografía le aporta un plus al estar muy bien resuelta. Muchos planos secuencia y algunos con cámara en mano para crear la tensión necesaria. Ayudan a crear un retrato naturalista. El mérito se debe a James Laxton.

Moonlight es la adaptación de la obra de teatro de In Moonlight Black Boys Look Blue de Tarell Alvin McCraney. Este título hace referencia a que los chicos negros parecen azules bajo la luz de la luna. Tras su ópera prima, Medicine for Melancholy (2008) Barry Jenkins decidió acometer este proyecto semiautobiográfico tras sufrir el rechazo de varios guiones. Ha conseguido hasta ocho nominaciones para los premios Oscar (entre ellas mejor película y mejor director). No lo tiene fácil. La la land arrasó en la antesala. Moonlight se llevará alguna pedrea como pueda ser el mejor guion adaptado y, tal vez, al mejor actor secundario. El producto final es original. No es una película que guste a todo el mundo, por su temática y por tener un ritmo muy pausado. No parece que pase nada relevante pero todo está en los pequeños detalles, en el drama interno de vivir en un cuerpo de hombretón negro y no poder manifestar lo que sientes porque eso es de maricones. ¡Qué valentía la de su director (y la de todos aquellos que ha apostado por este proyecto) para llevar a la pantalla este tema! Y qué pena que todavía haya gente (al frente de todos un tal Trump) que piensen que eres menos persona porque amas a otra de tu mismo sexo. Y que tu color no es digno. ¿Cuántos años tendrán que pasar para aceptar esto como una cosa normal? Mientras eso llega, Moonlight se ha convertido en una experiencia cinematográfica hermosa que pone luz y poética en un tema tabú. Moonlight es el retrato de un drama, personal y social, de un joven que lucha por encontrarse mientras vive la vida.

Trevante Rhodes, Naomie Harris, Mahershala Ali, Alex R. Hibbert, Barry Jenkins (director), André Holland

Os dejo un tráiler:

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus

 

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