Ríos Revueltos. Western posacopalíptico donde amistad y venganza cruzan sus caminos.

Ríos Revueltos.

Western posapocalíptico donde amistad y venganza cruzan sus caminos.

Ficha

Equipo artístico

Alberto Millán (Largo); Nicola Reale Bartolotto (Candolini); Judit Molero (Tuerta); Leticia García Brea (Muda); Paco Alonso (Padre); José Gallego (Reverendo); Fernando Ganzo (Pascual); César Guer (Guer)

Equipo técnico

Director/ Guionista/Productor/Productor Ejecutivo: Enrique Diego

Productor/Productor Ejecutivo: Rubén Arnaiz

Ayudante de dirección/Montaje: Álvaro Arroyo

Director de Fotografía: Jose Ligero

Vestuario: Dani Hache

Maquillaje y Efectos especiales: Rita Navarro Trespaderne

Sonido Directo/Montaje sonido: Leticia Argudo

Compositor: Dani Hijo

 

 

 

 

Sinopsis

Largo y Candolini son dos amigos que vagan en un mundo donde el caos se ha instalado. Todo lo establecido, lo conocido, se ha derrumbado. Cada uno tiene que buscarse el sustento sin descuidar su espalda.  No te puedes fiar de nadie en un mundo que se ha vuelto hostil.

 

 “Es una historia de supervivencia en un futuro cercano, de personajes que vagan por un mundo hostil, distinto al que conocían “

Enrique Diego

 

 

 

Comentario.

Me enfrento a este comentario con una tremenda dificultad: ser objetivo. Esto es una de las premisas necesarias en todo comentario o análisis fílmico, pero en el caso de Ríos Revueltos representa un plus de dificultad. ¿Cómo ser objetivo cuando conoces a su director, Enrique Diego, y convives con él de forma asidua?  También conozco a sus padres que me han acogido en su casa y que forman parte de Revista Atticus y es allí donde surgió el embrión que se desarrollaría hasta tener esta hermosa criatura en forma de revista.

Dicho lo cual, me libero de toda carga y procedo a comentar Ríos Revueltos de la forma más objetiva posible.

Ríos Revueltos en palabras de su propio director «es una historia de supervivencia en un futuro cercano, de personajes que vagan por un mundo hostil, distinto al que conocían». La acción transcurre en los páramos castellanos desolados tras un cataclismo que no vemos pero que intuimos. Las personas vagan en busca de sustento y de un refugio donde resguardarse por unas horas. Tratan de evitar todo contacto humano no siendo que ese sea su enemigo. Largo y Candolini, dos amigos, se ven inmersos en una refriega. En la lucha uno de ellos es herido de gravedad. A partir de ahí para los dos amigos comienza su propia supervivencia, más solos si cabe, y con el peso de la conciencia en la mochila. En su camino, amistad y venganza se cruzarán.

Ríos Revueltos es un western posapocalíptico construido sobre un sólido guión, con una historia bien contada, de forma sencilla y sabiamente llevada a la pantalla.

El film en ciertos momentos tiene su reminiscencia en The Road (2009) de John Hillcoat donde un padre y su hijo, de corta edad, vagan por una carretera en un mundo destruido.

No me duelen prendas al decir que Enrique Diego es más que una joven promesa. Su futuro si dependiera de su talento estaría más que asegurado y nada tendría que temer. Pero como los protagonistas del film, Largo y Candolini, el panorama actual, el camino, es más que incierto. La lucha debe ser continua y debes de demostrar una y otra vez tu valía. Tienes que pelear y lo que ayer conseguiste, de nada te vale para hoy pues tienes que afrontar un nuevo reto, buscar fuentes de financiación, buscar la confianza en aquellos que tienen cierto poder de sacar adelante un proyecto.

Enrique en Ríos Revueltos demuestra, en 42 minutos, que sabe hacer buen cine, que domina el terreno y que disfruta ejerciendo de maestro. La fotografía está muy cuidada, al igual que el sonido. El paisaje es un protagonista más de esta historia y el equipo ha sabido encontrar una ambientación perfecta en las tierras salmantinas limítrofes con Portugal. La banda sonora, como se comentó a la salida de estreno, nada tiene que enviar a las de Quentin Tarantino. E. D. demuestra también que las historias hay que planificarlas para que la puesta en escena sea impecable. He visto sus cientos y cientos de fotogramas que él mismo ha dibujado para elaborar el storyboard de Ríos Revueltos. En definitiva, Enrique Diego no es un proyecto, ya es un director de cine.

En detrimento de la película y por señalar algún pecado venial, destacaría la bisoñez de los jóvenes actores, pero propios de su juventud y de su amateurismo, que lo atenúan con su entrega y que se equilibra con el peso del resto del plantel. Y algún pequeño fallo, sin más importancia, debido a la falta de presupuesto, como es el utilizar un fusil de asalto (kalashnikov)  que permanece impoluto durante toda la película. Como he dicho, veniales que poco perjudican a la calidad de la obra.

Ríos Revueltos se presentará a varios certámenes (es muy posible que esté en SEMINCI) y a buen seguro que alcanzará algún premio. Es una lástima que al ser un mediometraje tenga dificultad para ser exhibida en las salas cinematográficas. Pero todo el equipo y en especial su director al frente, debe de estar muy orgulloso del trabajo ofrecido. En su estreno ha compartido por unos momentos cartel con Miel de naranjas (por citar una española) y eso te tiene que subir las pulsaciones.

 

 

Deseo a Enrique Diego un largo camino a Ríos Revueltos y que tenga el reconocimiento y galardón que se merece. Enhorabuena, amigo.

Por último, al comienzo se proyecto un maravilloso y elaboradísimo corto de animación en el que participa el propio Enrique Diego. Lleva por título Cara de Luna. No se lo pierdan.

Luisjo Cuadrado

Revista Atticus

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